DECIMOSEPTIMA FECHA – APERTURA 2006
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Quilmes | 1 | 3 |
Independiente |
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22 |
Damian Grosso González Bordón Andrés Manzanares Gonzalo Juarez Raúl Saavedra Esteban García Fernandez Di Alessio Martín Romagnoli Sebastian Rusculleda Diego Torres Bustos Montoya |
Oscar Ustari |
23 |
Goles: PT 9′ Abraham (I), 20′ Orteman (I), 27′ Bustos Montoya (Q) y 29′ Denis (I) Cambios: ST 11′ Ibáñez X Juárez , 16′ Soria X Rusculleda Arbitro: Pablo Lunati Estadio: Centenario Campo: Bueno |
Que sea lo que dios quiera
Al día de hoy, con tan solo seis puntos por sobre 54 disputados, el hincha de Quilmes debe empezar a jugar entre la línea de la esperanza (falsa o no, esperanza en fin) y la resignación. Comenzar a prepararse para Agosto de 2007, en donde el destino de Quilmes se marcará definitivamente, llámese descenso o permanencia.
Preparar nuestras cabezas, corazones, sentimientos, porque este torneo hace ya siete u ocho fechas que finalizó, y el próximo vendrá tan o más duro que este.
Vale la pena rescatar, al menos, las ganas de Dieguito Torres, un pibe del club, uno de los que transpira la camiseta. Al “Tati” que pese a sus lesiones supo adaptarse y en algunas oportunidades ser carta de gol en los escasos ataques buenos de Quilmes en este Apertura. También, porqué no, Grosso y Romagnoli, dos jugadores que supieron ganarse la titularidad a base de buenos rendimientos en el caso del arquero, y una especie de liderazgo en el medio campista. También rescato a Chatruc, que si bien estos últimos partidos o no rindió o no jugó, ninguno de nosotros olvidará los goles del “Pepe”, como el de River por ejemplo.
Algún nombre seguro estaré olvidando, pero en tiempos en donde nadie nos regala nada (Osea… no tenemos billetera ni agenda de la AFA como nuestros primos de Sarandí) es preferible rescatar los puntos “altos” de este Quilmes, para no caer en la siempre repetitiva crítica a la defensa cervecera.
Independiente fue más, eso esta claro. Tan claro como que los goles del rojo fueron más regalo de la defensa que mérito del visitante.
Los rivales cabecearon siempre que quisieron, e inclusive, fue tan sumisa la línea de fondo cervecera, que Denis se dio un gusto, y saltó 20 metros para acomodarla de cachetazo a un ángulo imposible para Grosso.
Por el lado de Quilmes, de mitad de cancha para adelante, tuvo vestigios de buen juego. Torres por derecha, hizo lo que pudo. Bustos Montoya siempre firme en el centro del área, clavando un cabezazo espectacular por sobre Ustari para darle una luz en el camino, en una época del partido en que se soñaba con un empate.
Y no hablo ni de momentos, ni de instancias del partido, sino de EPOCAS. Porque los momentos de Quilmes no existen. Son tan solo épocas en que capaz algún jugador se levanta con el pie derecho y hace algo.
Insisto, que este torneo sirva para algo, que esta vergüenza sin precedentes por una catástrofe futbolística inmensa sirva en Quilmes.
Que se vayan los que se tengan que ir, y que vengan los que tengan que venir. O que no venga nadie, que aparezcan las inferiores, los pibes de la 5ta división, que con la blanquita pelearon a muerte SU torneo. Seguramente no rindan tan bien en primera división, pero puta, los prefiero a ellos.
La “primera” de Quilmes, así, no puede ni DEBE jugar más. Por ende, apelo a un poco de dignidad en los jugadores y cuerpo técnico (que sé algunos la tienen) y pido pasos al costado.
Lamentablemente el experimento de Pogany como Director Técnico salió mal. Capaz tenga otra posibilidad en algún otro club. La realidad lo marca, lo muestra y lo exime de toda posibilidad de “re trucar” los números que el cervecero cosechó en este Apertura. Y el Clausura vendrá como sea, será capaz el último de un Quilmes que marcó historia en primera división en lejanos momentos de éxtasis futbolístico, y que hoy, desprotegido, violado, humillado y pisoteado (y no por los rivales, sino por los mismos integrantes de Comisión Directiva, Cuerpo Técnico y Plantel) pide a gritos desaforados un colchón que amortigüe el impacto.
Vayan cerrando los ojos, se viene.
El Mejor
Diego Torres; porque siempre fue para adelante, buscó, intentó, falló y volvió a intentar. Porque él no es “el mejor de los peores” sino que “el mejor de Quilmes”, y por continuar transpirando la blanquita, Diego Torres, el mejor.
La Banda
Unas 4.500 personas presentes en el Estadio Centenario alentaron sin parar. Con el partido ya definido y a pocos minutos del final, al grito de “Porque a Quilmes lo quiero lo vengo a alentar, en las buenas, y en las malas mucho más”, ese “mucho más” quedó en evidencia, dejando clara la postura y el aguante del HINCHA DE QUILMES.