Video del gol de Jota Jota. Le damos la bienvenida a Camilo Francka como nuestro cronista en cada partido.
Todo el mundo sabe que, salvo en el fútbol, 2 + 2 siempre da 4. Parece irrisorio marcar una cosa de ese calibre, pero en el fondo, si se analiza, todo tiene una explicación. Alberto Pascutti, que en la previa se jactó de conocer la idiosincrasia futbolística de Ricardo Kuzemka (hizo su estreno como director técnico de Platense), cuando tuvo que escribir el resultado de la suma ridícula presentada en un comienzo, en vez de empujarla al gol y despejar el camino, terminó contestando todo menos 4 y se buscó un problema sin ningún tipo de necesidad.
Absolutamente todas las personas que se hicieron presentes en el estado Centenario sabían como iba a salir a plantear el partido el conjunto visitante, el único individuo que leyó mal el partido fue el verborrágico DT, que tardó cuarenta y cinco minutos en darse cuenta que con el esquema utilizado desde el primer minuto iba a ser difícil dañar al rival. El mismo era más factible utilizarlo de visitante que jugando en casa contra Platense y con toda la responsabilidad de ganar para no seguir dejando escapar el tren.
Quilmes, que estrenó la coqueta camiseta negra, saltó al campo de juego con un dibujo táctico compuesto por cuatro defensores, cuatro volantes y dos hombres de punta (4-4-2 para los amantes del famoso «número telefónico»). Roberto Bonet, Nilo Carretero y Juan Manuel Herbella fueron los refuerzos que actuaron desde el arranque, Gustavo Reggi siguió las acciones del partido desde el banco de suplentes. Kuzemka dispuso un 4-4-1-1 bien marcado, en el cual todas las pelotas pasaban por los pies de Brian Robert. El rubio ex Almagro y Talleres arrancó muy activo pero con el correr de los minutos fue entrando en roses innecesarios y su actuación se fue desluciendo con el correr de los minutos.
El Cervecero, en su primera incursión ofensiva, tuvo una de las posibilidades más claras cuando Diego García recibió un buen pase en profundidad de Carretero sobre el sector izquierdo pero el entrerriano, al enfrentar mano a mano al arquerito Matías Vega, definió de zurda y su disparo se fue por arriba del travesaño.
De ahí en más se hizo un partido muy malo y Quilmes nunca pudo encontrar los caminos para quebrar a una línea de fondo que estaba bien ordenada. El equipo local, además de cometer demasiadas infracciones en defensa (Herbella, Fassi y Almada fueron amonestados), tuvo dificultades para gestar el juego en la mitad del campo ya que Aparicio levantó la bandera del pelotazo siempre que el balón pasaba por sus pies y Kalinski estuvo muy impreciso.
Desde el punto de vista táctico, Quilmes dejó al desnudo muchísimas falencias que deberán ser tenidas en cuenta por Pascutti para que el equipo empiece a tener un mejor funcionamiento, por ejemplo, Bonet, al ser un jugador con más ida que vuelta, le quita espacio al Gurí García sobre la banda derecha y éste debe moverse por todo el frente de ataque para buscar en algunas ocasiones el sector izquierdo aprovechando las jugadas en las cuales Carretero se cierra, dejando un buen hueco para que pueda hacer la diferencia por afuera.
A todo esto, el Calamar, que resignó el ataque por completo, no llegó nunca al arco defendido por Pontiroli.
El primer tiempo pasó con más pena que gloria, pero en definitiva Platense fue inteligente para llevar a Quilmes a jugar en el terreno que más le convenía. Los jugadores interpretaron a la perfección el mensaje de Kuzemka y cada uno hizo su papel sin salirse del libreto. Estaba más que claro que la idea era no perder, entonces, teniendo en cuenta que el Cervecero prácticamente no inquietó a Vega, el negocio Calamar cerraba a la perfección.
Para la segunda parte Pascutti puso en cancha a Juan Olivares en lugar de Enzo Kalinski (tenía tarjeta amarilla). La falta de cabeza fría para meter una pelota en los metros finales era evidente y el Beto, indirectamente, terminó reconociendo con el cambio, que se había equivocado a la hora de sacar al pibe de Wilde del once inicial. El traje de candidato todavía estaba colgado en el perchero del vestuario y esperaba ansioso que los protagonistas hagan uso de él. La corbata del mismo iba apretando, virtualmente, cada vez más el cuello de los jugadores, que debían cambiar las cosas en el epílogo.
El ingreso de Olivares fue clave para que el equipo pueda disponer más tiempo de la pelota y como consecuencia, empezar a tener situaciones que lleven a la apertura del marcador. A medida que el reloj se iba consumiendo, Platense cada vez jugaba más cerca de su propio arco, solo se limitaba a darle la pelota a Robert para que éste gane alguna falta en posición de ataque. Quilmes pasó al 4-3-1-2 y a partir de entonces los carrileros tuvieron libertades para atacar, aunque el funcionamiento general distaba del ideal a pesar de haber sido apenas mejor al mostrado en el PT. En cuanto al árbitro, Ruiz debió haberle mostrado la segunda amarilla al Colo Fassi por una dura entrada a Fernando Rigoni, pero el de negro hizo vista gorda y solo sancionó la infracción.
Mientras Brian Robert se encargaba de discutir con casi todos sus rivales (tuvo cruces con Almada, Herbella, Aparicio, Carretero y García), nuevamente la figura excluyente de Quilmes dijo presente: a los 27´, Alfredo González Bordón se proyectó por el flanco derecho y como nadie le salía decidió meter un centro al corazón del área. Lionel Pilipauskas habilitó a todo el mundo y Juan José Morales, en total soledad, puso la cabeza para tocarla por encima del arquero. El tucumano, que sumó su gol numero once en el campeonato, volvió a salvar al Cervecero de los que hubiese sido otra actuación para el olvido.
Con la ventaja en el bolsillo, el DT introdujo variantes defensivas, en una acción que catalogaría como «PELIGROSA». Platense, ya sin fuerzas para buscar el empate, se las ingenió para que los hinchas de Quilmes sufran hasta el último segundo de juego, más allá de la situación del final que frustró primero a Olivares y después a Herbella.
Se ganó, es cierto, pero el equipo sigue en deuda. Se sufrió más de la cuenta con un oponente que de entrada dejó en claro su postura de no atacar y de defender con uñas y dientes. Desde mi humilde opinión, la idea debe ser otra, Quilmes tiene que pensar más en Quilmes que en lo que puede hacer el rival.
Usted deducirá que no estoy de acuerdo con Pascutti y está en lo cierto. No puedo pensar otra cosa de un técnico que se equivocó infantilmente al plantar un esquema erróneo para la clase de partido que afrontaba el equipo. Tampoco puedo dejar de mostrar mi desacuerdo con los cambios que hizo, por que no solo sus variantes acentuaron la tendencia a defender los últimos minutos, sino que además no arriesgó en ningún momento, ni siquiera cuando el partido estaba cero a cero. Quedó claro que a Quilmes le sobraba gente en el fondo, hasta Stevie Wonder se hubiese dado cuenta
Ya en zona de vestuarios, el DT Cervecero declaró que «me pone feliz ver que hay equilibrio y que al equipo no le llegan tanto», además, agregó que «tenemos que convertir más goles. Marcar el primero y enseguida ir a buscar el segundo». Éste partido no es parámetro para «festejar» que al equipo no le llegan, si Platense cruzaba la mitad de la cancha y no sabia que hacer. Para ir a buscar el segundo se necesita seguir atacando con gente que sepa definir, no sirve acumular futbolistas en el medio y esperar los cascotazos. A favor del Beto digo que tuve el lujo de ver ¡!!UNA JUGADA PREPARADA EN UN TIRO LIBRE!!!. Si, aunque no lo crea, en el primer tiempo, Diego García cortinó a Nieva para que Kalinski aparezca libre por el segundo palo. El «trabajo de laboratorio» no dio sus frutos, pero vale la intención.
El Doctor E. Quilibrio bien podría dejar la psiquiatría para dedicarse a la cardiología, seguro así se llenaría los bolsillos de plata. Los buenos hinchas de Quilmes debemos sufrir SIEMPRE, aunque el final termine siendo feliz.
Quilmes (1)
Pontiroli; González Bordón, Fassi, Herbella, Almada; Bonet, Aparicio, Kalinski (45′ Olivares), Carretero (87′ Luna); D. García (80′ M. Guzmán) y J.J. Morales.
DT: Alberto Pascutti.
Suplentes: Giordano; Tucker, Planté y Reggi.
Platense (0):
M. Vega; G. Torres (E. Rodríguez), Pilipauskas (Hanuch), P. Nieva, Zunino; Rigoni, Scatolaro, N. Torres, Frean (M. Navarro); Robert; D. Gamarra.
DT: Ricardo Kusemka.
Suplentes: A. Sánchez, Chumba, N. Ojeda y Solignac.
Gol: 27’ST J.J. Morales.
Amonestados: Herbella (Q), Fassi(Q), Kalinski(Q), Almada(Q), Morales(Q), Olivares(Q) y Carretero(Q). Pilipauskas (P) y Rigoni (P).
Juez: Javier Ruiz.
Estadio: Centenario.