Mucha gente se pregunta por que Quilmes, con la historia y la convocatoria que ha sabido tener, por ejemplo, en su último paso por la máxima categoría, lleva tan poca gente mientras disputa el Nacional B. Los golpes recibidos, las finales perdidas, la negativa en cuanto a resultados y las frustraciones (deportivas e institucionales) parecen ser algunas de las causas por las cuales el hincha se aleja cada vez mas de Vicente López y Esquiú.
El partido terminó siendo uno de los tantos que Quilmes perdió (si, en la tabla figuramos con un punto más, pero el equipo, por como se dio el partido, ayer perdió) tontamente y este fue, como muchos otros, un encuentro que sirvió para alejar un poco más a la gente del equipo y si quieren, de la concurrencia a la cancha. El fantasma lamentablemente está instalado y ronda, cada vez que Quilmes va ganando, las inmediaciones del Estadio, como la figurita fácil que todos tienen quince veces repetida.
Pasen y vean……el comentario de un equipo que insinúo mucho pero que, como siempre, terminó tropezando con la misma pierda.
Quilmes y Almagro llegaban con muchas necesidades, de distinta índole, pero necesidades al fin. El Cervecero venía de dejar una triste imagen en sus dos primeras presentaciones y necesitaba ganar en casa para no perderle pisada a los de arriba, más teniendo en cuenta que los resultados de los competidores le abrían una puerta para entrar de lleno en la lucha grande. La institución de José Ingenieros llegaba con el deseo de ganar para cortar una racha de 48 años sin halagos visitando al Decano y, por sobre todas las cosas, engordar un promedio que por ahora lo obliga a disputar una promoción para mantener la categoría.
Alberto Pascutti, viendo que el equipo carecía de claridad en los últimos metros, recogió el guante y dejó de lado el apático 4-4-2 para pasar al 4-3-1-2, con Olivares como generador de juego. Gustavo Reggi por Diego García, Mauricio Almada y Roberto Tucker por los suspendidos González Bordón y Ramiro Fassi fueron las otras variantes con relación al último partido. Los Motta plantaron el mismo esquema, con la clara intención de no replegarse y de, en la medida que se pueda, lastimar al rival. Las acciones, en los primeros minutos, fueron parejas. Quilmes tomó la iniciativa pero Almagro, lejos del arco de Diego Pave, presentó batalla en el mediocampo con Matías Raposo como estandarte.
El Cervecero, aprovechando los dos hombres de área, buscaba los costados para llegar al fondo y meter el centro. Con el buen desempeño de Olivares y la conexión entre Luna y Bonet el peligro se empezó a generar sobre el sector derecho. A modo de anticipo, tras la salida de un tiro de esquina desde la derecha, Tucker ganó arriba, metió un frentazo y la pelota pasó muy cerca. Almagro tenía poco peso ofensivo y como no lograba tener la pelota, Dos Santos y Cayetá tuvieron que retroceder y así no pudieron explotar sus virtudes.
Sobre el minuto 12 se conjugó todo para que el QAC llegue a romper el cero: Olivares capturó el balón fuera del área y metió un pase en profundidad para la llegada de Bonet, quien le ganó la espalda a Marcos Lamolla y llegó al fondo. El volante paraguayo tiró un centro preciso al corazón del área chica y Nilo Carretero, en total soledad, metió la cabeza para someter a un Pave que solo pudo mirar como la pelota besaba la red. Quilmes era más ambicioso y el gol fue algo justo que se pudo conseguir por que los intérpretes realizaron su tarea a la perfección e hicieron lo que pedía la jugada.
El partido, más allá de la ventaja, continuó a merced del Cervecero, que beneficiado por la poca claridad de Almagro, cuidó la ventaja teniendo la pelota y llegando al arco contrario, aunque con poca efectividad. Reggi, de buen partido, tuvo una volea que pasó muy cerca del palo izquierdo. Aceptable rendimiento de los marcadores laterales, poco trabajo para los dos centrales y mucho menos para Pontiroli, que respondió bien ante un remate de Román Díaz en la única llegada del Tricolor en el primer tiempo. Juan José Morales prácticamente no participó del juego y se lo notó incomodo con la presencia de otra referencia de ataque que le sacó protagonismo a la hora de terminar las jugadas.
La primera mitad pasó y Quilmes, si bien fue claro dominador, se fue con una ventaja corta que le daba vida al contrincante, que al perder por la mínima todavía andaba con la esperanza de empatar en el epílogo. El partido estaba abierto y la relajación era una mala compañía, mucho más teniendo en cuenta que al equipo le cuesta mucho bajar la persiana y evitar el sufrimiento hasta el último suspiro.
El complemento recibió a los mismos veintidós jugadores que abrieron el fiego, aunque los técnicos de Almagro habían mandado a calentar a sus suplentes cinco minutos antes de la finalización del primer acto. De arranque Almagro, que cambió el esquema y pasó a defender con tres hombres, apretó arriba y Quilmes, retrasado en el campo, tuvo que defender. Por suerte la tendencia se revirtió y el conjunto de Pascutti pudo volver a ser el del comienzo. La línea de tres, cuando el Tricolor atacaba, quedaba desprotegida y con muchos espacios; sin dudas era el momento ideal para que el Gurí García entre por Morales y, con toda su velocidad, haga desparramos.
El QAC se imponía fácilmente pero la poca contundencia para traducir en gol todo lo que generaba hizo que el partido comience a complicarse lentamente. Una corrida de Bonet que terminó en un tiro al arco/centro sin que nadie la pueda empujar, un cabezazo de Reggi que tapó Pave increíblemente, otro disparo del mendocino que salió cerca del ángulo derecho, entre otras situaciones claras que se fueron desperdiciando. A todo esto Almagro aguantaba como podía y rezaba para que Quilmes no haga el segundo y cierre el partido. Pablo y Rodolfo Motta tomaron cartas en el asunto y, viendo que el equipo no llegaba, decidieron cambiar las piezas en el ataque: Matías Saad y Gonzalo Klusener entraron en reemplazo de Eduardo Dos Santos y Cristian Cayetá.
Mientras el banco visitante agotó los cambios (antes había ingresado Julio Junco por Marcos Lamolla), el de Quilmes seguía sin movimiento. Se dice que las variantes en el fútbol son estudiadas como los movimientos de las fichas de ajedrez, y en ese aspecto Almagro comenzó a empatar el partido a través de una modificación que le terminó dando resultado. En fin, la frase histórica que dice “los goles que no se hacen en un arco se pagan en el otro”…
Habían pasado 75´ del comienzo del partido y Almagro, en la única chance que tuvo en el complemento, agarró mal parada a la defensa quilmeña y no perdonó. Klusener dominó sobre el sector derecho del área y sacó un tremendo derechazo que, tristemente para nosotros, terminó transformándose en el empate.
Pascutti, que demoró mucho en hacer el cambio, mandó a la cancha al Gurí García (por Olivares) para ver si éste podía inventar algo. Ya era tarde. Para colmo, faltando cinco minutos, Matías Raposo vio la segunda amarilla y se fue a las duchas antes de tiempo, pero el DT de Quilmes prefirió no arriesgar cuando era el momento de hacerlo. Luis Álvarez, de excelente trabajo, señaló el final del partido y la desazón entró nuevamente en el cuerpo de los hinchas Cerveceros.
Queda el consuelo de haber levantado el nivel con respecto a los otros partidos, pero tratándose de un club grande en la divisional como lo es Quilmes, el sabor es muy agrio. El equipo, a pesar de algunos matices, sigue sin convencer y la irregularidad ya se transformó en una constante. Finalmente nos quedamos con las manos vacías ante un rival que con nada fue a empatarlo y terminó llevándose un punto que lo festejó como si hubiesen sido nueve. Desde mi punto de vista Quilmes no tuvo “mala suerte” como dijo el técnico. Estuvo falto de autoridad como para definir el encuentro y eso, a la larga o a la corta, lo terminas pagando caro.
La diferencia, al menos para mi, fue que los Motta leyeron mejor el partido que Pascutti y lógicamente, el gol de Klusener les terminó dando la derecha. El Beto tardó demasiado, especuló con el triunfo transitorio y cuando quiso reaccionar no había tiempo. Es preocupante, como marcó el propio DT, que te lleguen dos veces en todo el partido y que te conviertan. Esperemos que de una vez por todas se tengan en cuenta estos detalles por que los hinchas de Quilmes queremos otra cosa, no siempre el mismo final. Por suerte se dio cuenta que el ingreso de Olivares era importante, ahora debe tomar nota de lo demás.
Todavía la cosa está muy verde y mientras los demás dejan puntos en el camino nosotros no tomamos la posta para de una vez por todas meternos en la charla. El tren se está yendo y muchos todavía miran como todo pasa.
Quilmes (1)
Marcelo Pontiroli; Sebastián Luna, Roberto Tucker, Juan Manuel Herbella y Mauricio Almada; Roberto Bonet, Ricardo Aparicio y Nilo Carretero; Juan Olivares (80′ Diego García); Juan José Morales y Gustavo Reggi.
DT: Alberto Pascutti.
Suplentes: Matías Giordano; Andrés Manzanares, Marcelo Guzmán, Enzo Kalinski, Nelson González y Antonio Piergüidi.
Almagro (1)
Diego Pave; Gabriel Lobos, Jonathan Schunke, Alejandro Meloño y Marcos Lamolla (55′ Julián Junco); Gerardo Rivero, Matías Raposo y Sergio Viturro; Román Díaz; Eduardo Dos Santos (74′ Gonzalo Klusener) y Cristian Cayetá (74′ Matías Saad).
DT: Pablo y Rodolfo Motta.
Suplentes: Darío Caviglia; Agustín Farías, Damián Nieto y Maximiliano Salina.
Goles: PT. 12′ Carretero (Q) ST. 31′ Klusener (A).
Amonestados: Carretero (Q). Cayetá y Lamolla (A)
Expulsado: 85′ Raposo (A) -doble amarilla-
Juez: Luís Alvarez.
Estadio: Centenario.