Por el bien de Quilmes…

CAMILO NOS TRAE UNA NOTA DE OTRO MUNDO

Se sentía, podía preverse. Todos los caminos conducían a un destino lleno de gloria, regocijo y placer. Una nueva demostración de que la vida es justa con quienes hacen las cosas bien. Con transparencia y seriedad. Dios otorgó el pan, la “Comisión Directiva” armó el comedor y Alberto Pascutti, a pesar de no haber podido concluir el campeonato, afiló los dientes para alimentar y, a la larga, cumplir un sueño. Una vez, después de tantas finales perdidas, la fortuna tenía que tocar la puerta de los hinchas de Quilmes. Al fin se dio. El Cervecero, empachado de virtudes, consumó el ascenso a Primera después del pitazo final del árbitro Julio Barraza. Con la receta del grupo de apoyo y del “todos tiramos para el mismo lado por el bien del club”, el QAC vuelve para quedarse.

La visión premonitoria del Beto Pascutti asombra. Además de ser un gran director técnico, dejó en claro que con trabajo se pueden alcanzar los objetivos, a pesar de las piedras que aparezcan en el trayecto. En la pretemporada, cuando nadie confiaba en el grupo que se estaba gestando, vislumbró: “Estoy viendo un equipo que va a salir campeón. Y no me equivoco muchas veces. Yo estoy viendo un equipo campeón”. Nunca más cerca de la realidad. Luego, para motivar a la figura del plantel, en un entrenamiento, soltó el “Pontiroli se pensó que estabamos jugando la Copa Libertadores”. Y sí, los rendimientos del arquero avalaron esa frase, que fue utilizada por los amarillos para vomitar carcajadas. ¡¡¡Gracias Alberto!!! Trabajo en la semana, discreción a la hora de declarar para mantener los pies sobre la tierra, horas extras e identidad de grupo. ¿Qué más se puede pedir?

Por otra parte, el plantel de futbolistas estuvo a la altura de las circunstancias. La llegada de refuerzos de jerarquía, como Mauricio Almada, Ricardo Aparicio, Gustavo Reggi, Antonio Piergüidi, Nilo Carretero, por citar los más relevantes, hizo que rápidamente se olviden las figuras de Gastón Schimidt, Raúl Gorostegui, Luciano Rodríguez, el uruguayo Walter Horacio Peralta y, sobre todo, los goles de Dante Senger, quien se transformó en la Nicole Neumann del mercado de pases. El complemento con los pibes de inferiores fue fundamental: Pascutti hizo debutar a diez chicos. Todos estos elementos se conjugan en un simple concepto: amor e identificación con la camiseta del Quilmes Atlético Club.

Para testificar la unión, nada mejor que un ejemplo cabal. Ponti, mientras el micro se dirigía al campo de entrenamiento, chicaneó: “El sábado a la noche muchachos, libre para todos. Y el que me viene antes de las seis de la mañana se vuelve a Buenos Aires”. ¿Qué Pablo Batalla y Walter García, la temporada pasada, entraron con prostitutas al hotel? ¿Qué otros se toman hasta el agua del florero? No señores. Eso quedó en el pasado. Ante la propuesta del 1, sus compañeros se revelaron y el sábado a la noche hubo payada al mando de Andrés Manzanares y de un tapado, Alfredo González Bordón, quien apoya sus cualidades de marcador de punta cantando en un coro. Cuando el reloj marcó las 22:00 PM, los players se acostaron. Otra muestra de fidelidad hacia la historia, porque se puede superar la abstinencia cuando el objetivo es lo principal.

Sin ánimo de vanagloriar el desempeño (vital) del DT, su exactitud a la hora de encarar los micrófonos adjuntó un nuevo capítulo. “Piergüidi va a hacer el gol del campeonato”, advirtió cuando el delantero apenas jugaba para pocos puntos. Así fue. En la retina de todos los Cerveceros quedó aquel cabezazo de Agustín Alayes que terminó con la felicidad de toda una ciudad. Seis años más tarde, el ex hombre de Gimnasia La Plata entró en la historia grande (¿se viene la estatua al lado de la confitería de la sede?). Roberto Tucker, como a lo largo de todo el torneo, salió jugando por abajo. Aparicio distribuyó con mucho criterio y abrió para Roberto Bonet, quien jugó la pared falsa con Carretero y desplegó todo su manejo de balón para llegar al fondo. Amago con tirar un centro a la olla pero, inteligentemente, asistió a Reggi. A partir de ahí, los televidentes descorcharon cerveza fría con maní para disfrutar de una obra de arte: el grandote pelilargo enganchó, pisó el fulbo y desairó a su marcador. Con la melena al viento, y dominando con el borde externo al mismo tiempo que sacaba la lengua al mejor estilo Diego Maradona, enamoró con una bicicleta y ahí si salió el envío al primer palo. Fideo Fernández abrió sus piernas y Tony Piergüidi se la picó al portero. Jogo Bonito y gol histórico.

Queda esa imagen llena de glamour. Pero sobrevuelan algunas otras fuertes, como el golazo de Almada tirándose de tijerita ante Platense, el de Ramiro Fassi de paloma en cancha de Ferro o el de Jorge Medina, que después de patear 1.500.000 veces de media distancia, clavó una en el ángulo para sumar de a tres en la visita a Atlético Tucumán.

En este caso, las famosas cuatro patas de la mesa (jugadores, cuerpos técnicos, dirigentes e hinchas) convivieron a la perfección. Los jugadores respondieron, primero el cuerpo técnico de Pascutti, que más allá de haberse ido a Boca Juniors (de Río Gallegos, militando actualmente en el Argentino B) por un irresistible oferta, dejó su huella imborrable, y luego el de José María Bianco, que completó el éxito. Los directivos cumplieron con los sueldos, respetaron el presupuesto y bancaron un proyecto serio en juveniles. Para nosotros, los hinchas, queda la tranquilidad de haber llenado el Centenario durante todas las fechas.

Un día se volvieron a ver signos de grandeza. El trabajo del Beto, digno de ser remarcado una y mil veces, dejó en el avispero una parva de ensayos (y goles en los partidos) con jugadas preparadas, disciplina táctica, compromiso y sacrificio con el compañero… Nada es casualidad. Lo que nace bien tiene un final feliz. Y Quilmes retornó al estrellato, en gran medida, por la labor del gran Pascutti. Ah… Otro factor fue tener las agallas que tienen sólo los grandes para reconocer errores y para hacer autocrítica en los momentos de bajón. Eso es digno. Enaltece su trabajo Don Alberto.

Ya en el pedestal, hay que planificar el futuro. La ayuda del grupo Sonda será fundamental: los valores humanos siguen vigentes y, en un acto ejemplar, los empresarios ayudarán al QAC. Ahora sí las inferiores tendrán de todo, desde infraestructura integral hasta Play Station 3 en las habitaciones. Quilmes, de la mano del Sonda, avanzará al ritmo de la globalización. Además, los amigos generosos le pagarán el sueldo a Bianco y a las incorporaciones de elite que se vienen. Después de innovar con el Exxel, ahora los directivos Cerveceros van por un nuevo golpe de efecto. Bajo el lema “NADA MEJOR QUE EL SONDA PARA APACIGUAR LOS CANTOS DE LA HINCHADA”, se seguirá prosperando. Por un Quilmes de primera.

Y casi en forma exclusiva, le adelantamos algunos detalles que no han sido publicados por los medios partidarios. ¿Qué se lleva a cambio el Sonda? El 50% de Planté, el 30 de Narvay, el 25 de Cerro, el 15 y el Ford Fiesta de Toloza, la prioridad para comprar al hijo de Ortiz Zarza (cuando lo tenga), el 60 de Damián Gómez, un pack de ocho Sub-14, el 70 de Saldaña, un set de mate que dejó olvidado Richard Pellejero, el balde de Álvaro Pereira, cuatro mancuernas y tres cintas del gimnasio, 50$ de la venta de González Bordón a Deportivo Remis de Formosa, el respaldo del sillón del Jefe, una copia de la llave del Centenario, 15 televisores LCD que eran para la pensión, diez sillas de la confietaria de la sede, dos heladeras para almacenar bebidas, los vidrios del Mundo Cervecero, los arcos de la cancha principal de Alsina y Lora y la instalación de gas natural que acaban de colocar. Y claro, el sueño de los hinchas. También, según trascendió, se podría gerenciar el buffet para duplicar los ingresos. Una ganga…

Las voces del campeón

Alberto Pascutti 1: “Después de mucho trabajo se pudo. Me tuve que ir antes pero, más allá de la llegada del Chaucha, el mérito es todo mío”

Pascutti 2: “Los que ganan los partidos son los técnicos y los que pierden son los jugadores; siempre fue así”.
José María Bianco: “Gracias al apoyo del grupo (empresario) se pudo alcanzar el objetivo”.

Gustavo Reggi: “Resigné dinero para volver de Europa y por suerte se dio. Se lo quiero dedicar a los que decían que vine roto y con osteoporosis”.

Marcelo Pontiroli: “Se lo dedico a los hinchas que siempre me bancaron. Y al que me tiró ácido en la camioneta le digo que está todo bien igual. Comimos un asado y quedó todo solucionado”.

Roberto Bonet: “Siempre dejo todo en la cancha, eso se nota. Corro y meto como si fueran todas finales. Estoy feliz porque transpiré la camiseta a muerte”.

Nilo Carretero: “No pude completar el campeonato porque me pusieron hielo y quedé helado tras la patada que me metieron. Igual me considero campeón”.

Roberto Tucker: “Pensar que un día como hoy, pero hace dos años atrás, estaba terminando de pintar mi casa en Olavarría… Esto es magnifico. ¿Qué país generoso, no?”.

Mauricio Hanuch, cara visible del grupo Sonda: “Venimos a ayudar. Yo, como ex jugador, estoy dispuesto a volcar los conocimientos que aprendí en Platense. Esto es una gran familia. ¿Si sale mal que pasa? Y bueno… problema de Quilmes. Nos llevaremos hasta las macetas”.

María Elena Walsh, algún día, dijo: “Vamos a ver como es el reino del revés…”

Y acá es así…

Lamentablemente.

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