Chile, Bella Vista, Brasil, Quilmes, Tucumán Capital… Donde está Jota Morales. Lejos de Quilmes, es probable. Pero solo en lo geográfico porque el ex delantero de la Universidad Católica tiene un pie en Quilmes. Al menos eso manifestó su representante, Sergio Grecco quien tras un par de reuniones con José Luis Meiszner limpió ciertos resquemores pasados, tras aquel abultado préstamo (250 mil dólares por año) para jugar un año más en Quilmes en la B Nacional. Finalmente “Corazón Valiente” llevó sus goles a la católica: 17 en 40 partidos. Pero el teléfono eleccionario sonó y aquel préstamo hoy es comprar el 50 por ciento de la ficha del goleador. Un número que se estaría cerrando en el medio millón de dólares, unos verdes menos aunque el grupo inversor que pone a Jota en Quilmes debe pulir ciertos detalles en la negociación. El negocio del Cervecero? Tener un buen delantero un año a préstamo y tener un porcentaje de una futura venta sin correr el riego de poner dinero por el jugador. Jota esta cerca, con miles de ofertas en el eter, ninguna confirmada, intentando estirar la situación aunque la llegada de Cristian Núñez fue un aviso, y ahí fue donde aceleró el mismísimo jugador quien se comunicó con el dueño de la “vaca al hombro” y le dijo “quiero cerrar con Quilmes, como está todo???”. De Morales a Grecco y ahí si, a renegociar entre el representante y el J con más peso. De repente, en el éter y en el futuro inmediato las ofertas del futbol vernáculo, Turquía y México parecieron desaparecer y ese fue el preciso momento en que Morales comenzó nuevamente a vestirse de blanco, recordando aquellos goles en la B Nacional, ayudando al clamor popular de esa tribuna que brama por el rompe redes. Vuelve Jota, con las elecciones en dos meses y pasto para las fieras. Que el lunes llega, firma, se calza los cortos y arranca los entrenamientos, es tan incierto como su geografía.