Nadie discute que sea duro. Es como cuando te comés un pollo y un huesito se te queda atragantado en la garganta. La impotencia de no poder gritar, de tratar de meterte la mano hasta la traquea para poder sacarte ese elemento extraño que se clavó en el lugar de donde salen las palabras. Ahí mismo, en esas coordenadas exactas del cuerpo humano se nos quedó atravesado el gran festejo… y la gran puteada. Pero claro, cuando estuvimos a punto de expulsar el insulto relacionado con la zona de riesgo femenina de dios y de nuestro arquero, florecieron los recuerdos. Y ya no hay nada que decir. Cómo no perdonar al único ídolo que nos quedó del ascenso entre los 11. Al fenómeno que todavía dejó huellas en las áreas de los pequeños clubes que dejamos atrás, allá en la B Nacional. Es más, ni siquiera tiene derecho a pedirnos perdón, porque el gracias que te decimos va a durar muchísimo más. Y si perdonar es divino, Trípodi es sagrado…
Todo esto descontando la posterior reivindicación que tuvo el arquero más grande de los últimos años. Porque si por él empatamos, por él no perdimos. Es algo que Tocalli tiene que rever en la semana para que al Cervecero no le pase lo mismo con Tigre. Arrancamos con todo, es cierto. Pero gracias a que Morales viene dulce. El DT planteó un esquema muy inteligente para borrar de la cancha a los habilidosos de Lanús, pero en el diagrama se olvidó de buscar variantes a la Jota dependencia que Quilmes viene teniendo dentro del área. Porque Aranguiz y Núñez hacen muy bien la banda, pero son desaprovechados en el momento que hay que abrir la cancha, y el juego se centraliza demasiado. Y si el Pato Raymonda no encuentra los caminos por esa zona, nos cuesta horrores generar situaciones de peligro. Así, Marchesín terminó sin tener demasiado laburo después del tanto de nuestro goleador. Probablemente sea hora de que Hugo meta mano y ponga otro punta para ser un poco más ambiciosos donde se ganan los partidos. Si todavía no está Diego Torres, por qué no Narvay que el otro día mojó en reserva. No podemos dejar pasar la oportunidad de darle golpe de KO a Caruso en Tigre (que dicho sea de paso, en su momento los eligió a ellos antes que al equipo que luego agarró Ghiso). Y ya que estamos sumar de a tres por primera vez en el torneo, que no vendría nada mal para calmar las aguas y tener más tranquilidad para ensamblar a este nuevo conjunto de jugadores.
De cualquier manera, parece que vamos por el buen camino. Obvio que se puede mejorar y mucho, pero los primeros pasos ilusionan a que este equipo algún día pueda correr. Se vio una defensa más sólida, con el importante aporte de Paco Gerlo, que era lo que más hacía temblar las estanterías en las primeras fechas. Y el arquero no preocupa, porque sabemos lo que es, y sino pregúntenle a Verón y compañía. Errar es humano, no pecado capitán.
Sebastián Diaz
Periodista de Diario Olé, exclusivo para Pasión Cervecera
Fotos de Silvana Livigna para Pasión Cervecera
Fotos exclusivas de Diego De Vicentiis para Pasion Cervecera