Era el partido en donde cada hincha de Quilmes llegaba al Centenario con la ilusión de ver al equipo ganar y así despegar de una racha negativa y entablar el camino hacia un campeonato que nos permita soñar con un club de primera.
Como se viene dando en cada fecha el acompañamiento del hincha es digno de reconocimiento, porque esa ilusión seguía en pie a pesar de la realidad y de los resultados, los hinchas cuando dejan el corazón de lado hacen cuentas y no encuentran explicación a la realidad, hasta hoy Quilmes tenía 3 puntos sobre 18 posibles, ya habían pasado 6 fechas del campeonato.
Durante la semana de trabajo en cada practica se veía un solo cambio en el equipo, el cambio de la gente Caneo por Nuñez, por lo tanto el equipo que saldría a la cancha sería el mismo que jugó contra Independiente pero con el japonés desde entrada, por lo tanto el orden táctico parecía encontrado.
El 4-4-1-1 que se esperaba ver en realidad no existió, Caneo se inclinó por jugar delante de los volantes Hirsig-Coronel-Aránguiz para asociarse con Raymonda y llevar una pelota limpia al inagotable JJ Morales.
En los primeros 15 minutos de juego el equipo tomó una forma ofensiva que por distintos medios lograban mantener la pelota del lado local, meter presión en mediocampo peleado y tener algunas jugadas que permitian soñar con el gol.
En frente un Argentinos que llegaba con una situación peor o igual que Quilmes, en los comentarios previos al partido los jugadores visitantes hablaban de una necesidad de salir a buscar los 3 puntos, n o fue mas que el Cervecero por lo contrario en los horrores de su defensa el local encontró los dos goles.
Pero la mirada debemos centrarla en Quilmes, en este empate no hay otro culpable mas que el equipo. En los pies de Niell los visitantes metían presión, dejaban al descubierto las falencias de una defensa que parece que se acomoda pero que demostró las llegadas de peligro con los goles de Argentinos incluidos fueron errores de la misma mas que merito del visitante.
Y confirmamos esto porque a los 3 minutos del segundo tiempo y luego de un centro que pasó por entre las piernas de toda la defensa cruzando toda el área Sábia puso el 1 a 0 y la ilusión empezó a quebrarse.
Pero no solo estábamos debajo en el resultado sino que 2 minutos luego de eso Aránguiz fue expulsado luego de recibir la segunda amarilla por parte de Loustau.
Nunca uno sabe de donde saca fuerzas en los peores momentos, pero era necesario que el equipo encontrara rápido el empate, ya sin Aránguiz el mediocampo se acomodó con un doble 5 formado por Coronel y Hirsig dejando a Caneo, Raymonda y JJ Morales como únicos delanteros.
Tocalli intentó leer el partido y buscó llegar al arco rival para lograr el empate, por eso a los 13 minutos sacó a Coronel para el ingreso de Diego Torres, de esta manera el dibujo táctico quedó armado de una manera en la cual Quilmes nunca había jugado con un 4-1-4 dejando a Hirsig solo en el mediocampo, un error de concepto ya que este no solo se lo notaba cansado si no era el jugador que mejor podía tener la responsabilidad de pelear la línea de medio en los contraataques del equipo visitante.
Pero el camino se abrió a los 17 minutos en la cabeza de Diego Torres luego de un gran centro de Caneo. La gente explotó y la ilusión volvió en cada corazón quilmeño porque nos merecíamos ganar, nos merecíamos dejar nuestras gargantas secas de tanto gritar…
Si hacemos un análisis sobre futbol sacamos como conclusión que Tocalli se equivoca en su lectura sobre lo que pasaba dentro del campo de juego, Hirsig obtenía su primera amarilla, entonces ya no solo estaba cansado, no solo habíamos perdido el rumbo en el mediocampo sino que el único jugador que tenía el equipo en ese lugar estaba amonestado. Digo que el DT no leyó el partido porque no hizo el cambio necesario por Hirsig y a los 30 minutos luego de un foul innecesario recibió la segunda amarilla que provocó la expulsión.
Quilmes con 9 jugadores en la cancha ya no tenía mediocampo alguno, Tocalli llamó a Kalinski y la duda era quien sería el reemplazado, Caneo o Raymonda, el DT se inclinó por el 10 y se perdió a un jugador que tenía pelota en sus pies, si el cambio hubiese sido antes, si Kalinski hubiese entrado por Hirsig tal vez la historia hubiese sido otra.
En la cabeza del segundo mejor jugador de Quilmes en la cancha, el guerrero JJ Morales Quilmes encontró el gol que lo llevaría a la gloria, a romper el maleficio que se instalo desde que comenzó el campeonato. Era 2 a 1 y soñar despiertos señores, una vez mas dejamos las gargantas secas de gritar, ¿en donde teníamos tantas fuerzas guardadas? solo los Quilmeños sabemos eso…
Aún quedaban varios minutos por delante, y la pregunta era ¿Cómo íbamos a mantener la ventaja? Y en eso momento es en donde Tocalli vuelve a tener una lectura errónea del partido. A los 35 minutos llamó a Ojota Morales y la pregunta en la tribuna volvía a realizarse ¿A quien saca? Y la duda era Caneo o JJ Morales, en mi opinión un cambio innecesario, si hablamos de futbol en el pizarrón en la escuela de DTs sabemos que tal vez un cambio de un delantero por un mediocampista es lo lógico para una circunstancia como tenía Quilmes en el partido.
Pero la realidad marcaba que en este caso el ingresante Ojota Morales no tenia el futbol ni el estado físico para sostener un partido como el que se había dado, no solo porque no llegaría a cortar ningún ataque sino que la presión de Argentinos sería mayor aún a lo acostumbrado por la simple razón de que el equipo tenía 9 jugadores.
Entonces me pregunto ¿porqué el cambio? ¿Para sostener el resultado? A costa de sacar a un jugador que se caracteriza de hacer lento el juego, justo lo que necesitaba Quilmes que le pase, tener la pelota, administrarla, jugar a un contraataque directo con JJ Morales y Diego Torres que estaban picantes…
No solo fue desacertado el cambio sino que en la única jugada en donde Ojota Morales pudo cortar una pelota llegó a destiempo cometiendo un foul sin sentido obteniendo una tarjeta amarilla que solo sirve para las estadísticas.
Pero más allá de esto la ilusión seguía en pie, no se quebraba, no resignaba a romperse más allá de que cada ataque del Bicho era un peligro inminente en el arco de Tripodi. Seguramente que el arbitro tuvo sus errores, y el mas grave fue no haber terminado el partido cuando ya estábamos en tiempo adicional cumplido y el corner a favor del visitante no debía realizarse. Pero que no se utilice esto como excusa para justificar el gol del empate, la defensa tuvo su gran falla ¿y por qué digo gran? Porque por la falta de un despeje no realizado dentro del área llegó el empate que nos dejó con bronca, enojo, con un sabor de impotencia cuando el triunfo estaba al caer.
Hay una realidad que pocos no quieren ver, si el triunfo se daba no debíamos quedarnos con lo heroico del equipo (aunque debemos resaltar el corazón puesto, sobre todo el segundo tiempo luego del primer gol de AAJJ) sino analizar que el equipo no tiene rumbo, no se encuentra el camino que tanto deseamos…
El domingo que viene estará River de local esperándonos, un equipo que pelea una lucha directa por salir del fantasma del descenso, debemos cambiar la manera de jugar, no hay tiempo, no hay espera…desde nuestro lado como hinchas no podemos fallar, no podemos faltar, debemos acompañar al equipo, debemos seguir demostrando que “estuvimos en las buenas y en la malas mucho mas…” como dice la canción.
Fotos exclusivas de Silvana Livigna para Pasión Cervecera
Fotos de Pablo Di Maio exclusivo para Pasión Cervecera