A empujar el carro

A los milagros hay que acompañarlos. No podemos esperar que actúen solos, de la nada, como pasó con All Boys. Esas cosas pasan una vez y si no jugamos como para merecerla, la mano divina no aparece. Y así nos vamos al tacho. Así, jugando como contra Boca, es imposible que no cortáramos la mini buena rachita que llevábamos.

Lamentablemente, no queda otra que decir que nos ganaron bien. Que prácticamente no generamos peligro y que si el resultado no fue más abultado fue porque el palo, Galíndez y la puntería de ellos eran de Quilmes. De nuevo rescato la actitud, esos primeros quince minutos que nos ilusionaron. Pero fue sólo eso, una ilusión. Un leve reflejo que quedó de los últimos momentos del partido contra los de Floresta. Después, justificamos una derrota que nos complica.

No queda otra que sacar cuentas. Nos queda San Lorenzo y Olimpo. En el segundo no podemos regalar ni medio punto. Y en el primero… tampoco. Pero viendo lo que vimos el domingo, es pedir demasiado. Aunque mínimamente cuatro de los seis necesitamos, y, en lo posible, tres tendrían que ser en Bahía Blanca. Y bueno, ni hablar de hacer una campaña de 25 puntos el año que viene. No me parece una utopía. Es posible.

Pero claro, para eso tenemos que volver a ser los que fuimos contra Racing. Los que fuimos los últimos minutos contra All Boys. Madelón es capaz de lograrlo de nuevo. Lo demostró. Al mismo plantel que Tocalli, Leonardo Carol le sacó un jugo impensado. Aunque ahora nos van a faltar esos segundos tiempos de Caneo (atando cabos, creo que nunca estuvo del todo recuperado de esa lesión en el soleo que lo aqueja desde la campaña del ascenso) y las ganas de Cerro.

Se vienen dos fechas cuesta arriba, y para subir tenemos que empujar todos juntos. Desde la tribuna y desde el campo de juego. Tropezamos en La Boca. Era difícil no hacerlo jugando así. Pero ahora tenemos que ganar como sea para que el carro no se nos venga encima. Ya estamos llegando a fin de año. Necesitamos brindar con ilusión.

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