Les voy a contar sobre un jugador que llegó a Quilmes con 27 años de edad, el antecedente de un solo año como profesional, sin registrar pasos por divisiones inferiores y se convirtió en uno de los jugadores más importantes de la historia futbolística del Cervecero, el Flaco Horacio Antonio Milozzi.
- La imagen del Flaco Milozzi en la “Ciudadela” tucumana, una semana después de consagrarse Campeón Metropolitano con el Cervecero.

Con 294 partidos representando al club de mis amores, es solo superado en el rubro “presencias” por el “Loco” Juan Ramón Santos, histórico delantero de las décadas del ’40 y el ’50. Es sí el jugador Cervecero con más presencias en Primera A (241). Pero además su curriculum nos dice que este Zaguero Central goleador, es solo superado en la historia de Quilmes en goles convertidos con nuestra camiseta por 5 jugadores, todos delanteros, por supuesto. Esto indica que, con sus 55 goles es el defensor que más convirtió con la “blanquita” y está también entre los más goleadores de la historia del fútbol argentino. Por si todo esto fuera poco podemos mencionar que es el jugador que ejecutó más tiros desde el punto de penal, lo hizo en 46 oportunidades, y también quien más convirtió por esa vía, 34 goles. Fue una de las figuras del equipo que logró el máximo logro para nuestro club, el Campeonato Metropolitano, también fue titular indiscutido en el equipo que logró el ascenso en 1981 y en el Subcampeón del Nacional de 1982, en Primera A.
A quienes no lo conozcan o no tengan mucha idea de quien fue, leyendo esta introducción se habrán dado cuenta que se trata de un verdadero Prócer de la Historia Cervecera. Un marcador central muy alto, gigante, con gran personalidad, fuerte, seguro, con muy buen juego aéreo en ambas áreas y un potente remate, que lo especializó en convertir golazos de tiro libre. A propósito, preparando este informe encontré una nota en la que decían que sus remates de tiro libre eran “fuertes y rectos”, yo les puedo asegurar que eran fuertes, pero también fui testigo que esos misiles tomaban su buena curva, tanto que más de una vez parecía que se iban desviados pero se metían adentro junto al palo.
Nacido el 8 de Junio de 1948, llegó a Quilmes a principios de 1976 proveniente de Sarmiento de Junín, donde en su primer año como jugador profesional había formado parte de una muy buena campaña del equipo verde, que terminó tercero del glorioso Cervecero de 1975, Campeón de la Primera B. También desde ese club llegó junto a él Julio Apariente, la figura del equipo juninense. Como ha pasado en otras oportunidades en nuestro club, el jugador que llegó con menos cartel terminó siendo figura y el de más renombre no llegó a alcanzar las expectativas puestas en él.
- En el Nacional del 76 Quilmes, con ausencias, ratificó la campaña del Metropolitano y llegó a cuartos de final. Arriba: Carrizo, Palacios, Milozzi, Rando, Togneri y Gaño; Abajo: Reynoso, Filardo, Raschia, Paruzzo y Apariente.

El equipo de 1976, el primero que integró, hizo una gran campaña para un equipo recién ascendido. El séptimo puesto en el torneo Metropolitano y la llegada a Cuartos de Final en el Nacional (eliminado por River) lo certifican. En él formó una gran dupla de centrales con el “Abuelo” Néstor Togneri, experimentado defensor integrante del Estudiantes tricampeón de América y Campoeón Intercontinental, que cumpliría el último año de su carrera como jugador, y pensaba yo lo importante que debe haber sido para Horacio jugar ese año con Togneri, cuando casualmente encontré una nota de 1982 de la revista Estadio, previa a las semifinales del Torneo Nacional, donde el Flaco dice refiriéndose a su campaña en Quilmes “…Cuando llegué tuve la suerte de encontrarme con un tipo como Togneri que me ayudo en todo. Dentro y fuera de la cancha. Fijate un detalle, yo vine para jugar de “6” y las circunstancias hicieron que tuviera que entrar como primer marcador central. Y ahí apareció Néstor para guiarme. Ese año anduve bastante bien…”. Fue titular indiscutido, el “2” de ese equipo sorpresa, en una temporada en la que se jugaron 51 partidos Horacio sólo falto a un partido, el desempate con Boca para decidir el rival de Cuartos de Final, en el que ambos equipos alistaron jugadores suplentes. Para completar los datos de una temporada debut que lo tuvo como una de las figuras del equipo, convirtió 12 goles, 9 de ellos desde el punto del penal.
- El equipo que luego se consagraría Campeón Metropolitano ’78, la tarde que, por la fecha 26, venció como local a Racing por 2 a 0. Arriba: Fanesi, Palacios, Milozzi, Gáspari, Zárate y Medina: Abajo: Milano, Bianchini, Andreuchi, Omar Gómez y Salinas

1977 no fue un buen año, ni para Milozzi ni para el equipo, el Cervecero “zafó” del descenso en la penúltima fecha del Metropolitano y en el Nacional terminó 5° en una zona de 8 equipos, aunque se puede decir, de acuerdo a dichos de los protagonistas, que la llegada de Yudica como DT para dirigir las últimas 20 fechas del Metro y en todo el Nacional marcó el nacimiento de la epopeya que ocurriría el año siguiente. El Flaco participó en solo 24 de los 58 partidos de la temporada, convirtiendo 4 goles, 1 de ellos de penal y otro tomando el rebote de un penal que le habían parado. En la misma nota referida más arriba, Horacio hace mención a su actuación “… en el ’77 casi no jugué. Fue por culpa mía. No quise escuchar los buenos consejos que quiso darme Yudica y me quedé afuera”.
El Torneo Metropolitano de 1978 fue la cumbre en la carrera de Milozzi, convertido en un líder del equipo cervecero, el flaco tuvo asistencia perfecta a los 40 partidos, brindó la acostumbrada seguridad defensiva y aportó 10 goles a la campaña del Campeón, solo dos desde el punto del penal, algunos de ellos con inolvidables tiros libres que aún están grabados en mi memoria, la particularidad de estos tiros libres fue que llegaron en las últimas fechas del torneo y alguno de ellos fueron decisivos, como el de la fecha 38 que fue el segundo gol cervecero y sirvió para dar vuelta un partido que Platense había arrancado ganando en Guido y Sarmiento.
En la fecha anterior había metido otro tiro libre precioso, aunque no sirvió porque fue cuando estábamos 0-3 con Huracán en el Ducó solo para decorar el resultado, pero no olvidare que estando en la tribuna que aún usan los visitantes disfrute la hermosa y violenta curva que hizo la pelota para meterse contra un palo derecho del arquero. Pero seguramente el más recordado es el de la fecha 40 y que sirvió para ganar 1 a 0 a Banfield como visitante y quedar a solo dos fecha del final con los mismos puntos que Boca, con quien peleábamos la punta, se trató de otro misil dirigido al palo izquierdo del pobre arquero del taladro, que solo pudo mirar (ver foto).
Otro gol que recuerdo con gran admiración, y que no fue de tiro libre, es el que le marcó a River (fecha 27) cuando fuimos visitantes en cancha de Huracán. El millonario se había puesto en ventaja al iniciarse el segundo tiempo por intermedio de un pibe llamado Ramón Díaz, pero 3 minutos después una pelota llovida cruzó el área de River y el Flaco, muy cerca de la línea final, metió un sablazo muy cerrado que se convirtió en el empate (ver foto)
El torneo Nacional de 1978 empezó una semana después de la epopeya cervecera en Rosario, fue lógico que Quilmes estuviera en “otra cosa”, la formación titular, o con mayoría de titulares llego solo a completar la primera rueda, las otras siete fecha fueron afrontadas por suplentes, dado que se le otorgó descanso a los titulares. Horacio jugó 7 partidos y no convirtió goles y Quilmes terminó 6| en una zona de 8 equipos.
1979 presentaba la novedad de afrontar, además de los torneos locales, la Copa Libertadores, que se jugaba de un modo distinto al actual. La primera fase estaba dividida en zonas de 4 equipos pero coincidían en ella los dos equipos representativos de un país con dos de un mismo país. En este caso El Cervecero e Independiente participaron en una misma zona con el Deportico Cali y Millonarios de Colombia, pasando de ronda solo un equipo. Quilmes ganó un solo partido, el último del grupo a Deportivo Cali en Guido y Sarmiento y el Rojo de Avellaneda, que en aquellos años tenía equipos de real jerarquía, fue el que se quedó con el grupo. Milozzi participó en 5 partidos en ese torneo, convirtiendo un gol, el primero del partido disputado en Cali contra el Deportivo en un partido que terminaría 3 a 2 a favor de los locales con dos goles olímpicos en los que nuestro arquero, Palacios, terminó metido dentro del arco empujado por sus rivales, sin que el árbitro peruano Labó se dé por enterado.
El Metropolitano transcurrió sin pena ni gloria, el Flaco faltó solo a uno de los 18 partidos y convirtió 2 goles, en el Nacional la cosa empeoró redondeando una mala campaña. Nuevamente Milozzi faltó solo a un partido y convirtió 2 goles. Un recuerdo de ese torneo fue la actuación de Fillol en el 0-1 con River en Guido y Sarmiento que el arquero recuerda como uno de los mejores partidos de su extensa y consagrada carrera, en el que mandó al córner un tiro libre de Milozzi que se metía en el ángulo y luego del córner en una atajada espectacular le sacó nuevamente al Flaco un cabezazo otra vez en el ángulo.
En la nota que ya mencionamos, Horacio se refiere a este año de la siguiente manera: “la eliminación de la Copa Libertadores nos derrumbó anímicamente. La falta de experiencia a todo nivel, jugadores y dirigentes, fue fundamental.”
La mala campaña en el Metropolitano de 1980 trajo aparejado el descenso. Solo 6 partidos ganados de 36 condenaron al descenso al Cervecero, que bajó junto a All Boys y Tigre. Milozzi nuevamente falto sólo en un encuentro y convirtió 2 goles, uno de ellos de penal. Esto dijo en nuestra nota de referencia “arrancamos con Baudillo Jauregui (técnico) trabajando bien, pero la tribuna no lo quería y se tuvo que ir. Estoy seguro que si se quedaba no nos íbamos al descenso. De todas maneras, si Roberto Rogel (el reemplazante como DT) hubiera venido 5 fechas antes quizás pudimos habernos salvado”.
A pesar del descenso el equipo participó en el Torneo Nacional hilvanando otra pobre campaña. Milozzi participó en los 14 partidos del cervecero sin convertir goles.
En Noviembre del 80 José Yudica se hizo cargo del equipo que ya descendido, se preparaba para afrontar, al año siguiente el Torneo de Pirimera B. Sin brillar y con una defensa muy fuerte, a Quilmes no le costó mucho ascender, cinco fechas antes de finalizar el torneo ya había logrado su objetivo, y lo haría como segundo de Nueva Chicago, el campeón. Tan tedioso fue el torneo por la ventaja que lograron los dos punteros que a partir del año siguiente se establecieron los torneos reducidos para determinar el segundo ascenso. El Flaco, que jugaba su primera temporada para Quilmes en el ascenso, fue nuevamente puntal en el equipo, y aportó su cuota habitual de presencias, jugó 41 de los 42 partidos del torneo, pero la novedad fue que se consagró como goleador del equipo. Si, aunque cueste creerlo, en un torneo de 42 fechas el goleador fue un defensor central, que convirtió 12 goles, 7 de ellos de penal. Dijo en nuestra nota de referencia “ Cuando Yudica se hizo cargo dejamos atrás el mal momento. Todos juntos nos propusimos volver y lo conseguimos. Además Dios se acordó de nosotros y al año siguiente descendieron los que se habían salvado de milagro (San Lorenzo).
- Antes de iniciarse el Quilmes 0 River 1, el de las comentadas atajadas increíbles de Fillol. Horacio entra a la cancha con su hijo Matías y con Hugo Tocalli. Detrás aparece Miguel Batalla. Nacional 79, fecha 13, 25/11/79.

Nuevamente en Primera, esta vez cambiaba el orden de los torneos. Primero se jugaría el Nacional y luego el Metropolitano. Recuerda Horacio “Pensar que el 6 de enero eramos solamente 6 jugadores. Si hasta faltando dos semanas no podíamos armar un equipo completo”. El renovado Quilmes, del que se alejaron varios históricos, como Fanesi, Batalla, Bianchini, Lupo y Fito Salinas, entre otros, mezcló juventud y experiencia y, con la conducción técnica de Roberto Rogel, sorprendió a propios y extraños. Se adjudicó su zona y luego eliminó en cuartos de final a Unión y en la semifinal a Estudiantes de la Plata, para llegar a la final con el consagrado Ferro de Griguol que luego de un empate en Guido y Sarmiento lo vencería en Caballito. Horacio nuevamente faltó a solo uno de los 22 partidos, convirtió 6 goles, todos de penal y además convirtió otro en el desempate con Unión con tiros desde los “doce pasos”.
Totalmente distinto fue el Metropolitano del 82. Nuevamente el descenso, en este caso luego de un desempate con Unión. Muchos cambios de técnicos. Comenzó el debutante Suñé y tras su ida lo siguió Adolfo Pedernera pero solo hasta la fecha 12, luego la vuelta de Rogel hasta el final del torneo. Milozzi, que tuvo un inconveniente con el técnico Rogel jugó su último partido de la temporada en la fecha 24. Participó en 20 de los 37 partidos disputados y convirtió 3 goles, todos de penal.
- El equipo que empató con River 1 a 1 en Guido y Sarmiento, por el metropolitano de 1980,fecha 12. Arriba: Fanesi, Palacios, Milozzi, Moralejo, Zárate y Bourgeois; Abajo: Godoy, Bianchini, Andreuchi, Gáspari y Salguero.

En el año 83, con Quilmes en Primera B y luego de no jugar la última parte de la anterior temporada, Horacio estaba en conflicto con el club. La incorporación más importante de la temporada era precisamente un marcador central, Oscar Craiyacich y el Flaco había participado solo en 6 partidos cuando en la fecha 25 jugó su último partido, fue en el 1 a 1 como visitante de Almirante Brown. Entró a los 5 del segundo tiempo, debido a la expulsión de Craiyacich reemplazando a Walter Parodi y un cabezazo suyo le dio el empate al Cervecero, que jugaba con 2 jugadores menos y con Jorge Gáspari como arquero, porque había sido expulsado Tocalli. En la semana siguiente pasó a Belgrano de Córdoba, que jugaba el Torneo Regional que clasificaba equipos para el Torneo Nacional de Primera A.
- El equipo que jugó la segunda final con Ferro en Caballito por el Torneo Nacional de 1982. Arriba: Clide Díaz, Tocalli, Milozzi, Gáspari, Zárate y Oscar Emilio Gizzi; Abajo: Lorea, Frediani, Acevedo, Converti y Oscar Antonio Gissi.

Luego jugó en Primera B en All Boys (1984), en la C en Defensa y Justicia (1985) donde ascendió y jugó además en el 86/87, donde se retiró como futbolista a los 39 años- en una época en que esos muchachos querían aprender, razón por la cual no tenían aún rivalidad con Quilmes, sino amistad.
Luego fue técnico de Berazategui, Argentino de Quilmes, Cambaceres y participó también en un cuerpo técnico de Ferro. Actualmente cumple tareas de coordinación de las actividades del plantel del Quilmes.
Este ha pretendido ser el recuerdo de un jugador ha dado todo por el Cervecero, con personalidad, fuerza, potencia y amor propio, estoy muy complacido de haber podido ser testigo de la época en que el Flaco jugaba para el Cervecero.
Solo me queda decir: Muchas gracias Sr. Horacio Milozzi por haber transpirado mi camiseta.