Caruso no encuentra la dupla, no encuentra el 9 que lo salve, que le ponga el partido 1-0. La llegada de Pablo Vazquez remite a manotazo administrativo posible. Por eso jugó 60 minutos en Reserva ante Argentinos, simbolizando en parte lo que quiere el Tano: cabezazo. Es lo único que se pudo rescatar del ex Atletico de Tucumán en esa hora anti Bicho. Jota convive con su ineficacia a la que le sumó nerviosismo, tensión, sabiéndose que ya no es indiscutido. Y un tal Romeo, con gestos que invitan a las palmas fuera del terreno de juego, no puede con sus lesiones. Pero un lunes volvió y dejó un mensaje: «Si el jueves puedo hacer fútbol con normalidad, quiero estar. Pero quiero probar para poder aportar lo mejor». Romeo no es una debilidad de Caruso, pero tampoco desconoce su palmares y lo tiene en una mejor consideración que Jota y Cauteruccio. Si Romeo responde y Caruso lo decide, Romeo irá al banco el domingo ante River.