El Indio Gómez – Cap. I: Sus inicios, su primer título

El único jugador que ganó 3 campeonatos con nuestra camiseta, actuó en 279 partidos, es el tercer jugador cervecero en la historia con más presencias y nos hizo gritar 49 goles, hasta el más distraído de los cerveceros se da cuenta que hablaremos de nuestro querido Indio, Omar Hugo Gómez. De la verdad de esos números y de la fantasía que dibujó en las canchas, me dedicaré a contarles en este informe.

Tanto significa para el Cervecero el Indio que ahora se convirtió en tribuna, y bien merecido tiene el homenaje, el primero de ese tipo que se le hace a un jugador en nuestro club, y se imaginan que yo también quería brindarle mi humilde homenaje, para el que decidí reforzar mis recuerdos con material escrito en distintos medios locales y nacionales para brindarles este informe en etapas, y contar con detalle la historia futbolística de Omar en nuestro querido Quilmes, sin que les resulte demasiado larga su lectura.

Nació en el Hospital de Quilmes, el 3 de Octubre de 1955. Hijo de Luciano Gómez y Argentina Monzón. Vivió su infancia en el barrio “el Monte”, cerca de la cancha de Argentino y el Tiro Federal. Sobré sus inicios contó en una entrevista publicada en el Periódico “Informe Kilme”, en Junio de 2006, “… de muy chico jugaba con los pibes del barrio en las canchitas que armábamos en los potreros, y un día me dijeron que jugábamos con los de “arriba”, que eran los del asfalto para el oeste, los de acá éramos los de “abajo”, y jugamos en la cancha de “7 Estrellas”, que estaba ahí en Conesa entre San Martín e Yrigoyen, donde hoy está Coto, y me vio Tito Siani, un señor que tenía un equipo que se llamaba “Rayo Rojo” y ese mismo jueves me invitó a jugar el domingo para su equipo que estaba en un campeonato. El no sabía si yo iba a ir, pero a mí me encantaba jugar y como se lo prometí, ahí estuve a las nueve de la mañana, y me encontré con un ambiente de pibes de bien, buenitos, equipados, tenían sus camisetas, buenos botines, bañaditos, bien peinados, y me dieron todo, la camiseta número cinco, pantalón, medias e inclusive zapatillas para jugar porque yo no tenía, y como aparecí con el pelo tan largo escuché un rumor entre los pibes que decían ¿Este indio, quien es?; Y ahí me quedó como apodo “El Indio Gómez”. Ese día ganamos, la rompí y bueno, después los chicos se peleaban por invitarme a la casa a comer, para hacerse amigos míos y la pasé muy bien. Después hubo lío con el club “7 Estrellas” que me llevaron, junto con otros más del “Rayo Rojo” a ese club. En el “7 Estrellas” le ganábamos a todos, así comencé mi historia con el fútbol”.

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En la primer foto vemos la imagen del pibe Omar Hugo Gómez en la platea baja que daba espaldas a la calle Sarmiento en el viejo estadio. Al lado un equipo de 1974, Arriba: Cigogna, Lupo, R. García, Paredez, Piazza, J. Carrizo. Abajo: Gottardi, Massip, Di Franco, el Indio y O. López. San Telmo 1 – Quilmes 0, en la Isla Maciel, el 1/6/74.
 
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Primera foto: El grito de gol del Indio, el festejo sentido de quien iba camino a convertirse en ídolo cervecero. Foto de la derecha: El Indio acaba de convertir y sale a festejar el primer gol cervecero en la victoria por 5 a 1 sobre Almagro el 22/2/75. Atrás festeja Palín González.

Y el relato lo continuamos con lo que le contó al periodista Carlos Ares, de la Revista El Gráfico en 1975: “…Cuando tenía doce años ya jugaba en los campeonatos de baby para un club que se llamaba Siete Estrellas. Eran casi todos partidos nocturnos; a mí me convenía porque al poco tiempo empecé a trabajar en una fábrica de paraguas y podía hacer las dos cosas a la vez… Ahí en ese club, me vio jugar un señor Pérez Cruz, muy conocido en la zona; él fue quien me convenció y me acercó a Quilmes. Yo en el baby jugaba al medio, de cinco…”.

Y la seguimos con lo que le cuenta a Ignacio Lombán y Juan Manuel Pollini en el libro Azul y Blanco Mi Corazón “…Fui a “la Bernalesa” a probarme. La prueba era dirigida por Mingo Capparelli, que empezó a armar el equipo: faltaba un “seis”. Preguntó quien jugaba ahí y dije Yo. No me quedaba afuera ni en pedo. En esa categoría quedé como segundo central y debuté en el torneo en ese puesto. Ahí ya había llegado Anibal ‘el Gordo’ Díaz a manejar las divisiones inferiores. Debuté contra Banfield por el torneo de novena. Quise salir jugando dos veces y perdíamos 2 a 0. En el entretiempo me mandó como ‘ocho’. Empatamos 2 a 2 con dos goles míos. Así comenzó mi historia en el club”. Aquella novena fue la única categoría del club que salió campeona en un torneo de Primera A. Respecto de aquella época tiene una apreciación muy interesante en la entrevista de “Informe Kilme”: “…el gordo don Aníbal Díaz, que fue un DT que me enseñó mucho sobre lo que era la historia de ser un jugador de fútbol. Yo venía con una desventaja porque era chiquito y flaquito, era de los pibitos que por ahí no tenía la alimentación que había que tener, pero bueno jugaba bien al fútbol y con eso suplantaba la aspiración que tenía él, de tener jugadores potentes, fuertes y que jugaran bien”.

Cuenta el Indio en una nota que le hace el periodista Juan José Panno en la Revista Goles en Abril 1976: “… mis viejos, mis hermanos y mis amigos me ayudaron mucho. Ya antes de aquel debut en primera no me dejaban jugar en los picados del barrio. Es más, ni siquiera me venían a buscar. ¿Sabés lo que me decían mis amigos? No importa que perdamos, lo que queremos es que vos llegues a la primera así le podemos decir a todos que sos amigo nuestro. Yo quería jugar, pero no había caso. ¿Sabés como valoro esas cosas?».

La década del 70 había comenzado muy mal para Quilmes, destrozado económica e institucionalmente, el panorama no era mejor en lo deportivo, volvió a jugar en el ascenso en 1971, luego de 5 años en Primera A, y su andar en la Primera B no era digno de la historia cervecera. Paradójicamente, a pesar de lo mal que le iba al Cervecero comenzaron a aparecer en su primer equipo jugadores que serían transferidos a otros equipos para hacer notables carreras en el futbol nacional e internacional, son los casos de Fillol, quien a principios de 1972 pasó a Racing, Bertoni -compañero del Indio en aquella novena campeona y su “compadre” en inferiores durante casi 3 años, hasta que Daniel fue subido a primera-, que con 17 años pasó en los primeros días de 1973 a Independiente y de Villa, quien luego tendría suceso en Racing, tras jugar con éxito en los dos grandes de Tucumán. Salían jugadores de primera línea que se consagrarían a nivel nacional e internacional, pero no llegarían a ser ídolos de Quilmes. Hasta que, en 1974, ocurrió lo que merecíamos los cerveceros, apareció el que sería nuestro ídolo.

Esto cuenta el libro “Azul y Blanco Mi Corazón”: «… la tarde del 2 de marzo de 1974 se jugó la quinta fecha del torneo Preparación de Primera B y Quilmes le ganó en Guido y Sarmiento a Almirante Brown por 2 a 0, con goles de Richard García y Ricardo Villa. Cuando estaban 0 a 0, durante el primer tiempo, luego de un choque con el arquero visitante, Héctor Pistone, el volante derecho cervecero Oscar Rodríguez se fracturó dos costillas. ¿Habrá pasado desapercibida en ese momento la entrada de su reemplazante? Lo cierto es que, por su cabellera negra, sus rasgos aindiados, su cara de nene y sus condiciones, quien esa tarde ingresara a los 37 minutos empezó a llamar la atención».

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Omar define con zurda ante la salida del arquero, luego de recibir un pase de Cottón. Fue el tercer gol cervecero, segundo personal, en la goleada por 5 a 1 sobre Almagro el 22/2/75. En la foto de la derecha, la “delantera” de Quilmes en la victoria ante Estudiantes de Caseros por 1 a 0 en Guido y Sarmiento el 23/4/75. La delantera con cinco jugadores no existía hacía ya muchos años. Pero la costumbre de la foto aún quedaba. El Ruso, Jorge Kaliszuk, El indio, Cali Cottón, el Grandote Héctor López y el Loco Abel Coria.
 
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Foto izq.: El equipo que enfrentó a Tigre, el 17 de mayo de 1975. Fue póster central de la Revista Goles. Como se ve, ya era “el “boom” de la B”. Ese día se estrenó la bandera de 200 metros cuya parte central se puede observar detrás, sobre las cabinas de transmisión. Arriba: Cigogna, Gaño, Tocalli, Fucceneco, Mainonis y Lupo. Abajo: Kaliszuk, Cottón, Omar Gómez, Héctor López y Osvaldo González. Foto contigua: El Indio define con un zurdazo cruzado abajo ante la salida del arquero de Tigre, luego de realizar una pared con Mainonis. Primer gol de la victoria por 3 a 1 del Cervecero, el 17/5/75.

Y continúa el Indio en la mencionada nota de El Gráfico en 1975: “Fue casi de casualidad, el año pasado (1974) el titular de la primera era Oscar Rodríguez y el suplente Massip. El día anterior se lesionó Massip y yo fui al banco. A los 20 minutos se lesionó Rodríguez y el señor Federico Pizarro, que era el técnico en ese momento, me dijo: “Gómez prepárese que va a entrar usted”… Casi me muero, me temblaban las piernas. Le ganamos 2 a 0 a Almirante Brown. Me parece que anduve bien porque al otro partido me pusieron de titular en la cancha de Lanús«.

También recordó su debut en esta web, charlando con Camilo Francka: “En la primera me tocó llegar al fondo y enganchar. El defensor pasó de largo, tiré un centro y generé una situación de gol. Después tiré unas paredes con Villa. Me sentí tan cómodo y tan bien que realmente fue el día más feliz de mi vida porque se convencieron de que podía jugar a pesar del pelito largo, de que era flaquito y que tenía las patitas chiquititas«.

En 1974, en la Primera B se jugaron dos torneos de 18 fechas cada uno con los equipos divididos en dos zonas. Quilmes terminó noveno (entre diez) en el primero de ellos “Torneo Preparación – Zona Sur” y séptimo, con solo tres detrás en el siguiente, la “Copa Campeonato – Zona Sur”, ganando solo 8 partidos de los 36 disputados. Nuestro héroe jugó en el año de su debut, 29 partidos, siendo el segundo jugador del plantel con más presencias, sólo superado por el marcador lateral izquierdo Carlos Montenegro, comenzó jugando como volante por derecha (8) e incluso como delantero por derecha, pero a poco de iniciarse el segundo torneo de la temporada, ante la ida de Ricardo Villa, comenzó a ser el 10 del equipo, coincidiendo también este cambio con la llegada de un nuevo técnico, Antonio D’Accorso. Convirtió 3 goles: El primer gol de su carrera fue en la derrora por 2 a 1 ante Arsenal en Sarandí, el 23/3/74, luego convertiría en la derrota sufrida en Lomas de Zamora por 3 a 1 ante Los Andes y en Remedios de Escalada el quinto gol en la victoria sobre Talleres por 5 a 1. Lo claro es que ya en sus primeros pasos comenzaba a destacarse su habilidad, buen manejo y un llamativo pique corto empezaban a hacer el deleite de los pocos cerveceros que asistíamos a la cancha en esa temporada.

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En la foto más chica se ve como le hacen penal a Kaliszuk. En la grande la definición del Indio, fuerte, abajo y al palo izquierdo del arquero. Segundo de Quilmes y también de Omar en el 3 a 1 del Cervecero a Tigre, el 17/5/75. Foto derecha: Terminó el partido con Tigre, el 17/5/75, y los jugadores levantan los brazos saludando a la gente. El Indio, Mainonis, que tapa a Lupo, y más atrás Gaño. En esa época no se usaba el aplauso al público, se saludaba de este modo.
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A la izq.: La dupla goleadora del Cervecero en 1975. Osvaldo “Palín” González conquisto 12 goles en el torneo, el Indio 13. Der.: La estampa del crack, ante el marcador de Defensores de Belgrano. Fue el 7 de junio de 1975 en la victoria por 3 a 1 del Cervecero.

En la nota de El Gráfico, tuvo palabras para ese cuerpo técnico que llegó a mediados de ese año y luego conduciría al campeón de 1975: “Cuando vino el señor D’Accorso de técnico y el profe Torrecillas, hable mucho con ellos. Me dieron confianza para que les contara cualquier problema que pudiera tener. Yo les dije que me cansaba mucho. Que aguantaba un tiempo solo, después no daba más. Usted no se imagina lo que era para mí trabajar ocho horas en la fábrica y después venir a entrenar. Estaba muerto, quedaba agotado. Eso lo hablamos también con el presidente y enseguida buscaron la solución. Me dieron un viático para que pudiera dejar el trabajo y el profe me empezó a matar en los entrenamientos, cada vez un poco más. Ahora tengo más aire. Al tener más aire me siento más fuerte para ir y venir…”. Otro comentario referido a D’Accorso lo hace en una nota aparecida en la Revista Codex Deportiva, de Marzo de1976, realizada por el periodista Beto González, “Cuando llegó, me llamó y habló mucho conmigo. Me convenció para que jugara de volante ofensivo. Ahí empecé a sentirme más cómodo. Tenía más la pelota. Y como me gusta jugar arriba tenía más posibilidades de hacer gol. Además me sacó la responsabilidad de marcar”.

En el año 1975 Quilmes produciría una revolución en el fútbol del ascenso, con un gran plantel armado bajo la batuta de Don Antonio D’Accorso, ganaría el torneo de Primera B (era la segunda categoría del fútbol argentino), de punta a punta, consagrándose campeón tres fechas antes de la finalización del torneo y con un acompañamiento espectacular de su hinchada batiendo récords de recaudación muy a menudo. En ese campeón, brillaba la figura del Indio, era el desequilibrio, la velocidad, la gambeta y el gol, a tal punto de terminar siendo el goleador del equipo.

El el primer partido como local en aquella gran campaña, fue figura en la victoria frente a Almagro por 5 a 1. El Indio metió 2 goles y Palín González 3, pero el gol que quedó en mi recuerdo tuvo como protagonista a ambos. Tiro libre para Quilmes que atacaba hacia el arco que daba a la calle Guido, unos metros fuera del área. Se pararon los dos para ejecutar la falta, Palín pasó por encima de la pelota y enfiló hacia el arco, el Indio la “picó” por arriba de la barrera para que la reciba el nueve del otro lado y quedara solo frente al arquero para convertir. Golazo. El 1 a 0 del Indio había sido en el arco de Guido, eludiendo al arquero y el otro había sido el tercero cervecero, en el arco de Solis, cruzando un zurdazo ante la salida del “1” rival.

El siguiente gol del Indio fue en la quinta fecha en cancha de Atlanta, frente a Platense y sirvió para el transitorio 2 a 1 del Cervecero. El partido terminó en empate en dos. El sábado siguiente hubo una nueva conquista de Omar, el segundo gol en la victoria como local ante Italiano por 2 a 1.

Se contaba en aquel tiempo que una de las preocupaciones del técnico era mantener “concentrado” a su joven figura de tan solo 19 años. La solución que se encontró fue que lo hiciera en el departamento que su compañero Héctor “el Mudo” Cigogna habitaba en Avellaneda, frente a la sede de Independiente. Todo bien, pero lo que no se tuvo en cuenta era que un amigo del Mudo, que compartía también la morada y se encontraba estudiando en Buenos Aires, lo llevaría una noche al Indio, sin que se entere Cigogna, a ver teatro de Revistas en la calle Corrientes. Pequeño lío se armó cuando se enteró el “compañero responsable”.

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Foto izq.: Otra imagen del partido con Defensores de Belgrano en Guido y Sarmiento. El Indio parece volar, los rivales solo pueden mirar. Foto der.: El 18 de octubre de 1975 Quilmes visitó a Defensores de Belgrano en la cancha de Boca, le ganó 2 a 1 y acariciaba el campeonato. El primero lo convirtió el Indio. Aquí la secuencia del gol y su relato.
 
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El plantel Campeón, una linda foto en un día de entrenamiento. Arriba: Torrecillas (PF), D’Accorso (DT), Tocalli, Fucceneco, Mainonis, Cigogna, Cottón, Carranza, Chiappe, Luis González, Angrisani, Cassarino, Antonio Gómez. Abajo: Gaño, Kaliszuk, Coria, Lupo, Carrizo, Osvaldo González, el Indio, Héctor López, Paredez, Ramírez, Bourgeois, Ignacio.

En la novena fecha Quilmes recibió a Central Córdoba y lo venció por 3 a 0 el Indio convirtió los dos primeros goles cerveceros, el segundo de penal, para lograr la séptima victoria del equipo (tenía 2 empates). El Cervecero ya era sensación y toda la ciudad lo respaldaba sábado a sábado.

El séptimo gol de nuestro héroe sería el sábado siguiente en Lomas de Zamora, por la décima fecha Quilmes venció a Los Andes por 3 a 1, con una multitud en la popular visitante, y el Indio abrió el marcador a 3 minutos de iniciado el encuentro metió un bombazo desde 40 metros que se coló, por arriba del arquero en un ángulo del arco “milrayitas”.

En la mencionada nota de El Gráfico se reflejan palabras del DT, Antonio D’Accorso, “Para mí, el Nene Gómez está técnicamente a la altura de un Bochini o de un Alonso. Claro, todavía le falta continuidad, resto físico. Pero usted lo habrá visto, cuando aparece hace goles o crea situaciones para los demás”. Vale mencionar también que el entrenador había aceptado, meses antes, la ida de Ricardo Villa, un hábil “10” del Cervecero, para darle un lugar como mediocampista ofensivo al Indio.

Por la fecha 13, en un partido que quedó en el recuerdo porque no cabía un alfiler en la vieja cancha de Guido y Sarmiento, y por el estreno de una gran bandera de 200 metro que circundaba gran parte del perímetro de la cancha, Quilmes venció a Tigre, uno de sus seguidores, por 3 a 1 y el Indio abrió la cuenta con dos goles en el primer tiempo, el primero de zurda ante la salida del arquero, luego de una gran pared con Mainonis y el segundo mediante un penal al palo izquierdo del arquero, para la décima victoria en el torneo. La desaparecida revista “Nuestro Ascenso”, de aquella época tituló: “Gómez los mete… Quilmes los mata…”.

Dos victorias más, ante Talleres de Escalada en Racing por 1 a 0, en un partido recordado por la convocatoria cervecera que copó la bandeja superior del “cilindro” y otra como local por 3 a 1 ante Defensores de Belgrano. En la semana siguiente aparece la citada nota del periodista Carlos Ares en El Gráfico. “Alma de Potrero, Futuro de Crack” se titulaba. Para darles una idea de la real dimensión de lo que estaba produciendo el Indio en las canchas vale citar que era muy difícil que una revista tan importante, de circulación nacional, se fije en un jugador del ascenso para hacerle una entrevista y darlo a conocer a su público.

En el mismo sentido una nota de la Revista Mística, que publicaba en el año 2000 semanalmente el diario Olé, rememora su carrera y en un pasaje cuenta: «Omar Hugo Gómez comenzó a ganarse un lugar en el ambiente futbolístico en 1975, cuando fue convocado para la selección juvenil sub 20 que debía viajar al Sudamericano Perú. El llamado fue sorpresivo. A nadie se le escapaba que pertenecía a Quilmes, un equipo de Primera B, y que de esa categoría no suelen surgir juveniles seleccionables. Sin embargo no se discutió su convocatoria. Aún en el ascenso, aquel muchacho de flequillo largo y cara aindiada, que jugaba con el mismo desparpajo que lo hacía en los potreros de la zona, había demostrado ser lo suficientemente talentoso como para merecer una oportunidad. Pero Gómez nunca jugó en la selección, Quilmes era gran candidato a ascender y no podía prescindir ni un minuto de su jugador más habilidoso. El club pidió a la AFA la desafectación, la AFA aceptó el pedido y Gómez no viajó. Unos meses después Quilmes logró el ascenso a Primera conducido por su gran figura. Al respecto el Indio dijo: ‘Los dirigentes hicieron lo correcto y yo también estuve de acuerdo, Yo también quería ascender con Quilmes a Primera’”.

Respecto a la fiesta que se vivía en ese momento el Indio contó en la nota de El Gráfico “No se imagina lo que se siente cuando uno va a salir por el túnel. El recibimiento de la hinchada es increíble. Se ven miles de banderitas, tiran papeles, cantan, tiran bombas. Hay una bandera de 200 metros que pesa 75 kilos y la ponen dando vuelta a media cancha. ¡Ahh!, sí, yo siempre salgo corriendo ligero y salto en el círculo central, esa es una cábala que tengo de chico y siempre me dio resultado«.

Parecía mentira, pero cada vez que un medio tan importante como el Gráfico (era una revista semanal muy prestigiosa, no existía el Olé), destacaba a Quilmes, al partido siguiente la suerte no acompañaba. Y para alimentar la “leyenda” Quilmes perdió el invicto en cancha de Huracán ante Comunicaciones. Fue un 2-3 luego de haber terminado el primer tiempo 2 a 0 arriba.

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Foto izq.: Fucceneco acaba de convertir de cabeza el segundo gol cervecero en la victoria ante Comunicaciones por 4 a 2, y así lo festejó el Indio con la gente. Ese 25 de Octubre Quilmes se consagró campeón. A la derecha la foto del Campeón todo vestido de blanco, la tarde del 6/11/75. Quilmes fue local en Vélez, contra Chicago. Lo goleó por 5 a 1 y siguió festejando el título logrado dos semanas antes. Angrisani, Cottón, Chiappe, Palín, Antonio Gómez, Kaliszuk, Gaño, Mainonis, Massip, Tocalli, López, Carranza, Fucceneco, el Indio, Lupo y Carrizo.

Tres fechas después, Quilmes recibió a uno de sus escoltas, Sarmiento de Junín, y lo venció por 2 a 0, el Indio abrió el marcador a solo 6 minutos de iniciado el partido. El arquero había atajado su remate desde el punto del penal, pero Omar conectó el rebote y convirtió su decimo tanto en el torneo. Quilmes ganaba la primera rueda del torneo con 14 victorias, 4 empates y una sola derrota, con 3 puntos de ventaja sobre San Telmo (por las victorias se conseguían 2 puntos), 5 sobre Sarmiento y 6 sobre Platense. El Indio con 10 goles había sido el goleador de su equipo, el dueño de la camiseta número 10 en los 19 partidos y figura del equipo sensación.

En la segunda rueda Quilmes decayó algo en su rendimiento y esto también le sucedió a nuestro héroe, que mermó su brillo en mayor medida que el equipo. Ausente en los dos primeros partidos, reapareció contra Dock Sud en Guido y Sarmiento en el empate 1 a 1 recordado aún hoy por los hinchas del rival como una gran hazaña, dado que empató el partido faltando 5 minutos jugando con 2 hombres menos. Cuando el cervecero estaba en ventaja, el arquero rival le había atajado un penal al Indio. En la fecha siguiente en cancha de Lanús, volvería a lucir la “10”, cumpliendo su partido número 50 en la primera del Cervecero. Pero su momento no era el mejor, En la siguiente fecha no jugaron los profesionales por una huelga y en los cuatro partidos posteriores fue suplente, ingresando en el segundo tiempo en todos esos encuentros.

Volvió a la titularidad en la fecha 30, en la victoria como visitante 3 a 1 frente a Estudiantes de Caseros en cancha de Independiente y ya no volvió a dejar la titularidad, aunque en algunos partidos jugó como puntero izquierdo. Al respecto contaba Omar: “El mismo D’Accorso me puso en la punta izquierda, porque decía que por dominio y velocidad, por mi manera de encarar podía jugar en ese lugar”.

El primer partido que jugó en esa posición fue la derrota como visitante de Tigre por 2 a 1. Los medios resaltaron que en ese partido fue amenazado el árbitro por la barra brava local por lo que el desarrollo no fue normal. El Indio contó una anécdota: “En el túnel de la cancha de Tigre, estábamos por salir a la cancha y se nos acercó gente de ellos. Nos pusieron dos “45 en el pecho y nos dijeron que teníamos que perder. Sobre ese “apriete”, salimos a la cancha y hubo un penal para Quilmes. Me tocaba patearlo a mí, y Mainonis me vio la cara y me dijo “Correte que lo pateo yo”. Mandó un bombazo al medio del arco, hizo el gol y lo queríamos matar”.

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Otra vez la foto, esta vez en un plano más cercano, de la tarde en que jugó por primera vez con botines blancos. Eran solo para la foto, pero el Indio se los dejó y convirtió dos goles. En la foto Carranza, Fucceneco, Omar, Lupo y el tongo Carrizo. A la derecha: Finalizado el torneo se jugó un partido a beneficio de los jugadores Cerveceros, con el otro campeón del año, River Plate. Casualmente el equipo del que el Indio era simpatizante de pibe. En la foto, arriba: Pedro González, Kaliszuk, Tocalli, Fillol, Mainonis, Passarella, Chiappe, Merlo, Lupo, Artico, Sabella, Carranza. Abajo: Cottón, Comelles, Reinaldi, J.J. López, el Indio, Fucceneco, Perfumo, Gaño, Bareiro y Palín González.

Dos fechas después, en la cancha de Boca, Quilmes visitó a Defensores de Belgrano y lo venció por 2 a 1. El Indio convirtió el 1 a 0, su primer gol de la segunda rueda vino luego de una entrada con pelota dominada por el centro, tras recibir del Ruso Kaliszuk, dejando 2 rivales en el camino y definiendo con derechazo rasante ante la salida del arquero. Aún recuerdo que, de vuelta en Quilmes, lo encontramos esperando el colectivo en Alem y Moreno para ir hasta el Monte, lo invitamos a subir al auto y lo llevamos hasta su casa.

El sábado siguiente hubo fiesta en Quilmes. El Cervecero le ganó por 4 a 2 a Comunicaciones en Guido y Sarmiento. El cuarto gol en aquella tarde de Campeón del 25 de Octubre de 1975 vino después de una obra maestra que el Indio, con la “11” en la espalda, inició su jugada cerca del banderín del córner, en la esquina de Solis y Sarmiento, dejando tres rivales en el camino a pura gambeta y asistiendo a Palín González quien remató y ante el rebote en el arquero el Ruso Kaliszuk, que acompañaba la jugada, logró la conquista.

Quedaban solo 3 partidos por jugar pero ya el Campeonato había sido logrado. En el segundo de ellos, ante Nueva Chicago, como local en cancha de Vélez, por una publicidad de la marca Fulvence, Quilmes salió a la cancha vestido todo de blanco, camisetas, pantalones medias y botines para hacer una foto de promoción. Contó el Indio: “Salimos a la cancha vestidos así, hicimos la foto y volvimos al vestuario a cambiarnos. Pero a mí me gustaron los botines blancos y me los dejé puestos. Cuando me vieron los hinchas se mataban de risa. Anduve bien, hice dos goles y ganamos”. El resultado fue 5 a 1 para el campeón y Omar convirtió los dos primeros. Para la próxima entrega les prometo la continuidad de la historia de los botines blancos.

Como resumen, el gran Campeón de Primera B de 1975, jugó 38 partidos, ganó 24, empató 10 y perdió sólo 4 (uno en los escritorios cuando ya era campeón), aventajando por 5 a su escolta, San Telmo. El Indio faltó sólo en 3 partidos, fue el goleador del equipo con 13 y lo definió muy simplemente “D’Accorso armó un grupo humano sensacional. Empezamos a ganar y el equipo se fue agrandando”.

Para contarles más verdades de la carrera de nuestro héroe y las fantasías que dibujaba en la cancha los espero en el próximo informe.

Continuará…

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El Indio Gómez – Cap. II: Sus primeros años en la A
El Indio Gómez – Cap. III: Su segundo título, su experiencia en el exterior
El Indio Gómez – Cap. IV: Su tercer título, ultima etapa como jugador


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