El Indio Gómez – Cap. II: Sus primeros años en la A

El regreso de Quilmes a Primera División en 1976, fue más que auspicioso, dado que el equipo se asentó rápidamente a pesar de una importante renovación del plantel, dado que, de los titulares del gran campeón de Primera B solo quedaron el Indio, Palín González, Mainonis, Lupo, Gaño y el Ruso Kaliszuck. El secreto es que los refuerzos que se trajeron continuaron con la mística de aquel plantel del año anterior. Vale recordar que entre los nuevos llegaron el “Abuelo” Néstor Togneri y el Tato Medina, campeones Intercontinentales, ocho años antes, con el histórico Estudiantes de Osvaldo Zubeldía, que además lograra tres Copas Libertadores de América, Mane Ponce, con pasado de campeón en Boca y jugadores que se meterían en la historia grande de Quilmes como Horacio Milozzi, Bernabé Palacios, Fito Salinas y Héctor Rando, entre otros. Además hubo un cambio de técnico, dado que D’Accorso se fue a trabajar al América de Cali, Colombia, y fue reemplazado por Miguel Angel Basílico.

Recordando esa época contó el Indio en la Revista El Cervecero, muchos años después, “en aquel plantel, entre otras cosas, era obligación sentarse a tomar un vermouth después del entrenamiento. Mainonis iba al bar y pedía una picada para 18 personas, se sumaba el técnico, el preparador físico y aquel que no se quedaba le daba las explicaciones al Chancho (Mainonis). Pero siempre debía ser una razón de peso para no estar, caso contrario no te podías ir. Nos divertíamos como locos, sobre todo cuando se paraba Mané Ponce para cantar y nosotros lo seguíamos a la par, una cosa realmente muy linda y que hacía a la mística que muchos reconocen de aquel equipo”.


Foto izq: El Indio ha dejado atrás a Fillol y está, con sus botines blancos, a punto de convertir su gol más famoso. Fue el segundo de Quilmes en el 3 a 1 a River en 21/3/76 en Guido y Sarmiento. Al lado: El Indio (11) en un ataque cervecero, en la victoria como local ante Racing por 3 a 2, el 14/3/76. El 10 es René Manceda.

Una anécdota que pinta a los integrantes de aquel plantel dice que el Viejo Togneri se preocupaba en que la joven estrella de su equipo desayune religiosamente todos los días en la Confitería Oriente, que estaba en la esquina de Rivadavia y Gaboto, frente a la estación de Quilmes. El se hacía cargo de la “cuenta” y tenía instruídos a los mozos del lugar para que lo tengan al tanto si el Indio pegaba algún “faltazo”. La explicación del experimentado defensor era que él tenía que cuidar especialmente a los que le hacían ganar plata.

El torneo comenzó con un empate en 1 en cancha de Atlanta (la cancha de Quilmes estaba suspendida por una sanción del año anterior), ante Unión, el gol fue convertido por el Indio. El miércoles siguiente en Villa Luro, Quilmes visitó a Vélez y con una gran actuación lo derrotó por 3 a 1. Imborrable me resulta el recuerdo del segundo gol Cervecero, una obra maestra de nuestro héroe. Era el primer tiempo y estábamos 1 a 1; con Vélez al ataque el Tato Medina rechazó “fuerte y lejos” una pelota alta que cae en la mitad de la cancha sobre el lado izquierdo. Ahí la tomó Omar y comenzó su carrera hacia el arco rival dejando en el camino con su gambeta a dos defensores y quedando solo frente al arquero a quien engaño amagando tirar, lo eludió y definió con el arco vacío. En una entrevista realizada por la desaparecida Revista “El Cervecero” el Indió dijo que lo recuerda como el mejor gol de su vida y que luego de hacerlo miró hacia los costados y vió a hinchas de Vélez aplaudiendo.


El penal que le cometen a Omar en la victoria como local ante Racing por 3 a 2, el 14/3/76, y que convirtió en gol Milozzi. El defensor racinguista, Paggiola, traba con sus dos piernas la derecha del Indio. Ocho minutos antes, el mismo defensor le había cometido otro penal que el árbitro, Roberto Maino, ignoró. Foto der.: Escapa el Indio llevándola pegada a la cara interna de su zapato blanco zurdo. Lo persigue su marcador, Glaría, que cada vez que pudo alcanzarlo, le pegó. Fue en la victoria como local ante Racing por 3 a 2, el 14/3/76.

Úna goleada ante San Telmo y dos empates posteriores hicieron que Quilmes confirmara su buen arranque en un torneo que se jugaba en zonas de 11 equipos cada una, donde los 6 mejores ubicados de cada uno jugaría por el título y el resto por el descenso. En esa época contaba el Indio, en una entrevista realizada por la Revista Goles, “La diferencia entre la Primera y la Primera B es que los partidos ahora tienen más ritmo, más continuidad. Los defensores son más vivos, no te salen con todo. Yo ahora juego con el 11 en la espalda pero sin la responsabilidad de estar atado a la raya y me puedo mover tranquilamente”, y también decía “El plantel de Quilmes tiene los pies sobre la tierra. Empezamos este campeonato tratando de salvarnos del descenso. La verdad es esa. Si podés entrar en los 6 primeros puestos, fenómeno. Lo mejor de este plantel es que somos una familia. Vamos a todos lados juntos. Nos reunimos después de cada entrenamiento. Eso lo implantó D’Accorso (el año anterior) y quedó como una costumbre.»

También le hizo en esos momentos una nota la Revista Codex Deportiva, tengamos en cuenta que el Indio era la figura del equipo sorpresa del torneo y esto no pasaba desapercibido para las revistas especializadas. Esto contó Omar: “Todavía no tuve tiempo de darme cuenta que esto es en serio. Que no es un cuento. Tengo miedo que alguno venga a despertarme. Después de tanto pensar en llegar a esto, ahora que lo vivo no lo puedo creer. En Primera y haciendo esta campaña. Tener la posibilidad de jugar contra River, Boca, San Lorenzo. Encontrarte en la cancha con jugadores famosos”.

Antes de volver a ubicarnos específicamente en la campaña, veamos esto que sucedía entre semana, de acuerdo a lo contado por el Indio en la Revista El Cervecero (1993): “Me quedé sin zapatos y me dieron botines Adidas nuevos, y el jugador normalmente dice que con los nuevos no se puede jugar, que hay que ablandarlos; como no había un par amoldado le dije al utilero que me diera el par de botines blancos que ya había utilizado contra Chicago en cancha de Vélez el año anterior, con los que había convertido dos goles, y me los puse por cábala. Cuando estaba en eso el Tato Medina me dijo -vos tenés que jugar con esos zapatos-, me lo dijeron varios más y me embalé y me los puse, todo un caradura yo, pero me fue bien”. Para los más jóvenes es válido señalar que en esa época no se usaban botines de color, solo había botines negros.

En la sexta fecha del torneo Quilmes recibió a Racing y lo venció por 3 a 2. El Indio estrenando en primera sus zapatos blancos volvió loca a la defensa de Racing. Su marcador, Rubén Glaría, se cansó de pegarle, le hicieron el penal que convirtió Milozzi para el primer gol cervecero y no le cobraron otro muy evidente. Tuvo que salir faltando más de 20 minutos maltrecho físicamente por el trato recibido. Lesionado, no pudo jugar en la victoria como visitante por 2 a 1 sobre Argentinos Juniors, pero el domingo siguiente se jugaría otro partido memorable y en ese si estaría presente, y de que manera.


Foto izq.: Quilmes festeja el primero en el 3 a 1 a River en 21/3/76 en Guido y Sarmiento. Lo convirtió René Manceda que festeja en primer plano, Omar lo grita de cara a la tribuna de la calle Guido, más atrás la alegría de Walter Mainonis. Foto der.: El segundo de Quilmes en el 3 a 1 a River en 21/3/76 en Guido y Sarmiento, tiene, por la importancia del partido y la cobertura realizada por distintos medios, varias fotos para recordarlo. Aquí está el Indio eludiendo a Fillol.

El segundo de Quilmes en el 3 a 1 a River en 21/3/76 en Guido y Sarmiento, tiene, por la importancia del partido y la cobertura realizada por distintos medios, varias fotos para recordarlo. Aquí, el Indio eludiendo a Fillol, desde otro ángulo. A la derecha se ve a Omar que se va y Fillol ya no puede detenerlo.

Aquella tarde del Domingo 21 de Marzo de 1976 Quilmes recibió al River, bicampeón del año anterior, que no presentó a todos sus titulares por estar jugando también Copa Libertadores, lo venció por 3 a 1 con una gran actuación colectiva ante una multitud, en uno de los partidos con mayor asistencia de público en la historia de la vieja cancha de Guido y Sarmiento. Además alcanzó la primera ubicación en la tabla de posiciones de su zona. Me parece muy interesante recurrir a una visión “imparcial”, la de César Pasquato, «Juvenal», un periodista deportivo muy prestigioso de aquella época, que dentro del informe del partido encribió lo siguiente:

«Se llama Omar Hugo Gómez. Ahora juega de wing. Usa zapatos blancos que se confunden con sus medias blancas y el estilo potreril de su juego, su facilidad de arranque y su freno, dejan la sensación de que juega en medias.. Ya había sido decisivo como arma de ruptura frente a la defensa de Racing, un domingo atrás. Y a partir del instante en que se cruzó al medio para conectar de zambullida el pase atrás de Ponce, exigiendo a Fillol una de esas atajadas que definen al Fillol monstruo de este momento futbolístico, entró en el partido para desgracia de todo defensor contrario que intentara salirle cuando venía con pelota dominada.

Así llegó el segundo gol de Quilmes, pasada la media hora del primer tiempo, cuando ya el Indio Gómez y Mané Ponce hacían estragos en la defensa de River, partió el contraataque quilmeño, Mainonis metió un túnel en media cancha y colocó el pase en profundidad para la diagonal de Gómez desde la izquierda. El pibe de los zapatos blancos, como un bailarín de ballet, enfrentó al monstruo de verde (Fillol) que salía a enfrentarlo, se paró sobre las puntas de sus pies, balanceó su cintura y se deslizó raudamente hacia adelante, pasando por el sitio que un instante antes ocupaba el cuerpo de Fillol depositando suavemente la pelota en la red. ‘Que bien ese pibe’, comentó Fillol después del partido, ‘en el segundo gol me dejó sin chance. Salí a enfrentarlo parado, pensando que lo iba a atorar y me amagó tan bien que volqué todo el peso de mi cuerpo sobre el pié derecho. Estaba seguro que iba a salir sobre su pié izquierdo pero siguió derecho y no tuve nada que hacer’.

Cada vez que Gómez encaraba, desequilibraba con el amague y salía limpio por el lado ciego del rival, lo bajaron a guadañazos. Varias de esas caídas, sumadas a una lesión que venía arrastrando desde el partido con Racing – donde también lo sirvieron en forma – lo obligaron a pedir cambio antes de hora.»

Otro prestigioso periodista, que en ese momento escribía en la revista Codex Deportiva con el seudónimo «El Veco», comentaba esto sobre el Indio y su tarde memorable: “Me quedo con la cabriola inesperada de Omar Hugo Gómez, con sus 20 años que quieren abreviar calendarios, con sus extraños zapatos blancos que parecieron prolongarse con el albo redondo de esa número cinco que domina, audaz, descarado para enfrentar a nombres famosos que no lo preocuparon jamás. Mi impresión es de un pibe de villa, de villa nuestra, que denuncia la pobreza del origen hasta en el paso desparejo, como si estuviera habituado a gambetear cascotes y con una linda suficiencia rea que lo hace jugar así, como si las tribunas estuvieran vacías, como si ese estadio con puertas clausuradas (porque no entraba más gente) fuera un espejismo. …Sus zapatos blancos fueron luz de triunfo en cada jugada concertada con González y se fue lesionado cuando faltaban doce minutos para el final. Ya había complido”.

Años después, Omar recordaría aquella tarde, en la revista Patria Cervecera: «Me quedé sorprendido y aún tengo esa imagen con la cancha de Quilmes llena y la gente eufórica. Me quedó el recuerdo para toda mi vida de los hinchas apretados en el pasillo y cayéndose de la tribuna después de mi gol».

Respecto de los famosos zapatos blancos, consagrados en esa recordada tarde del gol a Fillol, el Indio contaría que los defensores rivales empezaron a buscarlo con dureza con la excusa de que usaba ese calzado para compadrear. “Jugué pocos partidos con esos botines, ya veía que me buscaban con mala leche. Antes de que la cosa se pusiera peor decidí sacármelos”.

El partido siguiente fue derrota con San Lorenzo en el “Viejo Gasómetro”, Quilmes dejo allí su invicto de nueve partidos en el torneo y el Indio no se puso los “Fulvence blancos”, sino unos Adidas, tal como puede verse en la foto.


Foto izq: El segundo de Quilmes en el 3 a 1 a River en la tapa del Clarín Deportivo del 22/3/76. Omar a punto de culminar su obra, Fillol mira el desenlace. Foto der.: El Indio salta con Pedro Chazarreta, de San Lorenzo. Fue en el partido disputado en el viejo gasómetro el 28/3/76, en el que el Ciclón venció por 1 a 0 y Quilmes se quedó sin invicto. Fue en la fecha siguiente al partido con River y Omar, como puede verse, usó botines negros.

Quilmes continúo su buena campaña, que terminó a un punto del primero, River, y lo clasificó al torneo en el que se jugaría el título, el Indio no volvió a convertir goles en el torneo, pero lo malo vendría sobre el final cuando un desgarro sufrido en la última fecha de esa etapa clasificatoria lo dejaría alejado por un tiempo de las canchas.

En la etapa clasificatoria de ese Metropolitano, Omar jugó en 19 de los 22 partidos, en todos como titular y marcó tres goles, pero no pudo ser protagonista en la parte definitoria del torneo, en la que se jugaron 11 fechas pero su participación, debido a su lesión fue muy escasa. Volvió 5 semanas después de aquel desgarro, ante Newell’s en cancha de Independiente pero debió retirarse a 20 minutos del inicio por haberse resentido. Reapareció 25 días después ante Huracán en la anteúltima fecha, como titular y en la última fecha en cancha de River, ante el ya consagrado campeón, Boca, jugó los últimos 30 minutos. En síntesis, en la ronda final solo pudo actuar en 3 partidos (140 minutos) y no convirtió goles.

En el receso, antes de jugar el torneo Nacional hubo interés manifiesto de San Lorenzo, River y Boca por contar con sus servicios. Al respecto, hace un tiempo en una entrevista realizada para esta web por Camilo Francka, se le preguntó si tuvo algún inconveniente con Juan Carlos Lorenzo, el técnico de Boca, por el cual no se hizo el pase a ese equipo. El Indio respondió: “Nos reunimos en una estación de servicio con Lorenzo, su socio y mi gran amigo del fútbol que fue Ricardo Lupo. Charlando con ellos me dijeron que me querían comprar para que fuera a Boca, pero que un dinero que me correspondía no lo iba recibir yo. Querían pagármelo después, en premios y no sé que más. Me negué totalmente y no quise saber nada con Boca. La plata mía era mía”.

El torneo Nacional de ese año 76 dejó un hermoso recuerdo al hincha de Quilmes, dado que empató el primer puesto de su zona con Boca y clasificó para jugar cuartos de final con River, que lo eliminó con dos goles en posición dudosa de su autor, Oscar Más. Para el que no dejó un buen recuerdo el torneo fue para el Indio.

Tendría su debut en el torneo en la segunda fecha, cuando Quilmes recibió a Boca, que lo derrotó por 1 a 0. El Indio, que estaba jugando como puntero derecho, cometió un grave error. A los 24 minutos de iniciado el encuentro le pegó un codazo a su marcador, el “colorado” José María Suarez y fue expulsado por el árbitro Jorge Romero. En el Libro Azul y Blanco Mi Corazón, Omar comenta que estaba muy fresco el tema del pase frustrado a Boca y que aún no había arreglado su contrato con Quilmes, que le prometía una casa y no se la daba, y relata “…Basílico me pidió que jugara contra Boca. Jugué y a ganar, como siempre. El partido fue duro y en un tiro libre Suárez me escupió y me dio una piña en la espalda. Le metí un codazo cuando me puse en la barrera rival. Se me vino al humo. Le tiré otro codazo y le erré, pero me vio el línea. Más que la sanción me dolió la reacción de la gente, que estaba caliente porque pensaba que fui para atrás, que me había dado guita Boca, pero ellos no sabían lo de la casa y el contrato que no se arreglaba”. Por un tiempo se rompía el idilio entre el Indio y algunos hinchas de Quilmes.

La vuelta se produjo en la octava fecha, en el empate 1 a 1 en Jujuy, ante el Gimnasia local, donde jugó los últimos 35 minutos del encuentro, entrando cuando el equipo estaba perdiendo. En la fecha siguiente jugó los últimos 12 minutos del encuentro en que el Cervecero visitó y venció a Chacarita por 2 a 0.


Foto izq.: Una formación del torneo Metropolitano de 1976, con una novedosa camiseta azul y blanca a rayas horizontales. Arriba: Miguelucci, Mainonis, Milozzi, Rando Togneri y Medina. Abajo: Ponce, Manceda, González, el Indio y Lupo. Foto der.: La formación que enfrentó a Boca el 19/9/76, y fue derrotada por 1 a 0. Fue el día que expulsaron al Indio por un incidente con el defensor José María Suárez. Arriba: Palacios, Mainonis, Milozzi, Togneri, Rando y Medina. Abajo: Apariente, Raschia, Gómez, Lupo y Gramajo.

No jugó en la histórica victoria ante Boca por 1 a 0, en la Bombonera en la fecha siguiente, estuvo en el banco de suplentes pero hacían falta defensores para aguantar el triunfo. Jugó todo el segundo tiempo del partido siguiente, la victoria como local por 2 a 0 sobre San Telmo.

En la fecha siguiente, en la victoria como local ante Atlético Tucumán, fue titular y convirtió su único gol en el torneo, luego de una memorable jugada de Filardo que arrancó desde la mitad de cancha por punta derecha, superó en velocidad a su marcador y al llegar al área asistió al Indio que llegaba de frente al arco y facturó.

En la fecha siguiente, en la derrota 1-4 ante Independiente en Avellaneda fue titular y se fue expulsado faltando 10 minutos junto a Ricardo Pavoni por agredirse mutuamente. Fue la última participación del Indio en un torneo al que le quedaban aún tres fechas y el tramo final para el que Quilmes clasificó. Conclusión, como ya mencionara, muy buen torneo de Quilmes y mal torneo de nuestro héroe, que participó en 6 partidos, tuvo 2 expulsiones y anotó un gol.

El año 1977 comenzaba para el Indio con un compañero de la temporada pasada, Néstor Togneri, como Director Técnico, y la ida de dos grandes jugadores cuya ausencia se sentiría, como lo eran Walter Mainonis y Ricardo Lupo, que pasaron a San Lorenzo. La novedad respecto al Indio en este torneo fue que con la conducción de Togneri, jugó mayormente como volante ofensivo, de “10”, su antiguo puesto, y no como delantero como lo venía haciendo en la temporada anterior. Era tranquilo el comienzo cervecero, en los primeros 6 partidos, había cosechado 1 triunfo, una derrota y 4 empates. En la séptima fecha, un jueves, Quilmes logró una importante victoria en La Plata, ante Estudiantes, por 3 a 1 y el Indio convirtió su primer gol en el torneo, el tercero del equipo en ese partido.

Al domingo siguiente Quilmes goleó al ascendido Lanús por 4 a 0, con una muy buena demostración colectiva comandada por el Indio, que jugó su partido número 100 con nuestra querida camiseta, el informe del partido publicado por la Revista Codex Deportiva llegaba como título “Quilmes Gómez Club la máquina del sur”. Luego vendría una nueva victoria, la tercera consecutiva de ese equipo, 2 a 0 visitando a Atlanta, para posteriormente recibir a Independiente, en un 0 a 0 jugado ante una multitud y en el que el Indio tuvo la posibilidad de desnivelar pero no pudo con el arquero rojo, Carlos Gay que realizó una gran atajada.

Luego de una derrota en Rosario, 0-2 ante Central, vendría un partidazo electrizante que protagonizaron en nuestra cancha Quilmes y All Boys y empataron 4 a 4. Omar convirtió el 3-0 cervecero a poco de iniciarse el segundo tiempo, picando la pelota por encima de la cabeza del arquero Spillinga en el arco que daba espaldas a la calle Solis. Luego, increíblemente el visitante empató 3 a 3, Quilmes pudo desnivelar con un penal pero el arquero visitante se lo atajó a Milozzi; faltando 3 minutos Kaliszuck metió el cuarto y todo era fiesta hasta que dos minutos después empataron los de Floresta. Terrible partido con siete goles en el segundo tiempo.


En el partido que Quilmes empató como local ante Independiente el 24/4/77, el Indio enfrentó a quien fuera su compañero en las divisiones cerveceras, Daniel Bertoni. Con ellos otro que compartió inferiores, Miguel Filardo. A la derecha: El equipo que perdió, 1-3 con River en Guido y Sarmiento el 4/9/77. Arriba: Gaño, Wenner, Recavarren, Pellerano, Rando y Medina. Abajo: Filardo, Raschia, Fortunato, Gómez y Salinas.

Luego de una derrota a manos de Colón en Santa Fé por 4 a 0, Quilmes recibió a Huracán y lo venció por 2 a 1, el Indio convirtió el primero a poco de iniciado el encuentro. El último partido antes del receso que hubo ese año por una serie de partidos amistosos que jugaría la selección, fue ante Boca en la Bombonera y de allí nos trajimos un 1-4. Hasta allí Quilmes llevaba 15 partidos jugados y el Indio había sido titular en todos, jugando en buen nivel.

El Indio contó, en el Libro Azul y Blanco Mi Corazón, como tomó el plantel aquel receso de 50 días: “… empezamos a boludear. Comíamos picadas en el Parque de la Cervecería. Trabajamos mal en el receso y casi nos vamos al descenso. Fue imprudencia nuestra, le dimos poca bola a Patricio Russo, que era el preparador físico».

En la vuelta al fútbol Quilmes perdió 2-3 de local contra Ferro. El último de la tabla le quitaba el invicto como local.. Dos fechas después en el partido en que se le ganó 2 a 1 como local a Gimnasia de La Plata, el Indio fue expulsado cuando faltaban 10 minutos y el partido era empate. Dos minutos después desniveló el goleador Fortunato que convirtió un penal.

Pasaron cinco partidos sin el Indio, con 3 derrotas y dos empates, el equipo de Togneri venía cayendo en picada y en su reaparición en Santa Fe, ante Unión, la cosa no cambió, fue derrota 2 a 0. En la fecha siguiente Quilmes recibió a River y el 1-3 en contra fue el último partido del técnico conduciendo al Cervecero.

Quien lo reemplazó fue el Piojo Yudica, con quien el equipo debutó perdiendo por 4 a 0 en su visita a San Lorenzo, pero luego hilvanó una serie de cinco partidos invicto (2 victorias y 3 empates) en los que el Indio se anoto con un gol de penal en el empate 1 a 1 de local ante Estudiantes, otro gol en el 1 a 1 en la visita a Lanús en un partido en que jugó como volante por derecha (de 8”, puesto que repitió en los 5 partidos siguientes) y fue víctima de infracción en las jugadas de los dos penales que convirtió Fortunato en Quilmes frente a Atlanta para la victoria por 2 a 0.

Luego de una serie de 5 partidos en que perdió 3, ganó 1 y empató 1, recibió a Boca y lo venció por 1 a 0 con gol de Edgardo Paruzzo. Hubo dos situaciones claras que tuvo Omar para ampliar la diferencia, una pegó en el travesaño luego de definir por encima del arquero y en la otra su disparo fue despejado sobre la línea por el veterano defensor Pancho Sá.


Foto izq.: Luego de un entrenamiento, Omar con Miguel Filardo y el colorado Omar Trillo. A la derecha: Victoria ante Boca por 1 a 0, el 16/10/77 en Quilmes. Edgardo Paruzzo acaba de convertir el gol del triunfo y el abrazado por el Indio. Completa la foto el festejo de Sergio Fortunato.

Luego de un empate visitando a Ferro, Quilmes recibió y venció por 2 a 1 a Temperley, el Indio abrió el marcador convirtiendo su último gol en ese año. Quedaban 5 partidos para terminar el torneo, de los que jugó 4, incluido aquel célebre con Racing en Guido y Sarmiento, en el que el empate “benefició” a ambos. En el último partido Quilmes, que se había salvado del descenso cuatro días antes, con aquel empate, presentó en Rosario ante Newell’s una formación alternativa, con habituales suplentes.

En resumen, el Indio jugó en 38 de los 44 partidos del torneo, en todos como titular, convirtiendo 6 goles y mostrando un muy buen nivel, que lo llevó a formar parte de una lista de 50 jugadores preseleccionados que Menotti tenía en vista para integrar la Selección que se preparaba para el Mundial del año próximo, que se haría en el país. Pero el destino quiso que en la segunda fecha del Torneo Nacional, en ocasión de recibir a Boca sufriera una seria lesión que lo alejaría de las canchas por cuatro meses.

Luego del debut en el torneo Nacional con derrota 0-2 como visitante de Chacarita, con Omar ocupando la punta izquierda del ataque cervecero llegaría la noche fatal. Fue el miércoles 23 de Noviembre de 1977 y en la Nota que publicó la revista Mística él lo contó: “Venía jugando bien, estaba en esa lista y esperaba tener al menos una chance, cuando en un partido con Boca me fracturé el peroné. Fue una jugada desafortunada, Pancho Sa llegó tarde a un cruce. Chocamos y me rompí. Hay hinchas que todavía me dicen que hubo un poco de mala leche, pero para mí fue una desgracia. Estuve parado mucho tiempo, perdí mi oportunidad en la Selección y recién pude volver a jugar en Quilmes al año siguiente«.

En el Libro Azul y Blanco Mi Corazon, Omar relata lo sucedido después de esa desafortunada jugada: “Vi venir al Doctor D’Angelo, que estaba preocupado, igual que yo. En camilla me llevaron al vestuario. Mi esposa estaba ahí, llorando. El doctor nos tranquilizó y nos fuimos a la clínica san Ramón. Me hicieron una placa en la que se vio que tenía fracturado el peroné. D’Angelo me calmó diciendo que en cuarenta días volvería a jugar. Mi esposa me sostenía el tobillo. Pero a la noche, cuando dormía y tenía la pierna colgando hice un movimiento. En el giro se desplazó el tobillo. Casi me ponen el yeso, de no ser por una enfermera, que les dijo a los médicos que yo sentía dolor y sugirió que me hicieran una nueva placa. Me durmieron, acomodaron todo y pase mucho más tiempo del previsto sin jugar. Fueron cuatro meses que incluyeron rehabilitación y recuperación en Mar de Ajó, corriendo sólo por los médanos… Si me hubieran enyesado sin hacerme la segunda placa, no jugaba nunca más…”.

El partido terminó 1 a 1 y la lesión se produjo a los 26 minutos del primer tiempo. Está demás decir que quedó trunca su participación en el Torneo Nacional de 1977. La estadísticas dicen que jugó 2 partidos y no convirtió goles. La campaña cervecera fue mediocre, quinto en una zona de 8 equipos, con 5 ganados, 5 perdidos y 4 empatados.

Finalizo el capítulo con una opinión vertida en aquella época por su Director Técnico, el “Piojo” José Yudica: “Si el Indio hubiese realizado las cosas que hizo en Quilmes con la camiseta de Boca, habría sido tapa de El Gráfico todos los martes”.

Para contarles más verdades de la carrera de nuestro héroe y las fantasías que dibujaba en la cancha los espero en la siguiente nota.

Continuará…

————————————————————————————————————–

El Indio Gómez – Cap. I: Sus inicios, su primer título
El Indio Gómez – Cap. III: Su segundo título, su experiencia en el exterior
El Indio Gómez – Cap. IV: Su tercer título, ultima etapa como jugador


0
Sin categoría 828 Comentarios desactivados en El Indio Gómez – Cap. II: Sus primeros años en la A

Comments are closed.