Quilmes perdió en San Luis y la sensación de que el veranito de los diez puntos sobre doce llegó a su fin.
Este fue sin dudas el peor partido de la era Caruso. Particularmente me sorprendió demasiado el cambio de actitud que sufrió el equipo con respecto a los cuatro partidos anteriores.
La noche encontraba a dos equipos urgidos por los tres puntos, por motivos distintos, claro está. Todo empezó tibio, ninguna de las dos partes intentaba nada y la pelota vivía en el aire, hasta que Garnier tuvo el primer grito azul y blanco en sus pies pero al llegar exigido la conexión no fue fortuíta.
La paridad duró hasta el primer gol del Tomba. Fontanini perdió en el cabezazo y un delantero mediocre como Ramirez le dió de volea y con un poco de complicidad de Galindez selló el uno a cero en favor del bodeguero. A partir del gol local se esperaba la típica reacción Cervecera pero esta vez ese empuje brilló por su ausencia. Como de costumbre Nuñez hacia agua por toda la banda izquierda tanto en ataque como en defensa. ¿Y Broggi, Caruso?
Godoy cruz lejos de conformarse con la mínima siguió insistiendo con un Villar profundo y un Donda punzante y de esa constancia y falta de conformismo nació el segundo gol bajo el sello made in Rafaela en contra. Ya con el 0-2 bajo el brazo, el Cervecero tuvo que ir si o si al frente, pero lo hizo de una manera desordenada, intrascendente y muy fría.
Caneo no se puso la pilcha de conductor jamás y erró una muy clara sobre el final del primer tiempo. En el segundo fue más de lo mismo, el equipo mendocino aflojó un poco pero solo al principio. Kalinski armó un jugadón pero pecó de egoista y remató al arco cuando por la derecha entraba solo Romeo. Hubiese sido el descuento y el combustible para la esperanza.
El Tombino volvió a arremeter algunas veces más demostrando por que es el escolta de Velez Sarfield. Particularmente este golpe de realidad me transporta a épocas pasadas y si bien aun no está dicha la ultima palabra considero que el Cervecero tiene lo que merece (o más).
Las oficinas se convulsionan, prejuzgan, fingen y ríen. El enfermo del decano viaja, alienta y se entristece. SIEMPRE.
Fotos de Alberto Hougham (enviado especial)
Fotos de Mariano Draghi (Revista 1887)
