Hay muchas formas de analizar un partido de fútbol, pero yo prefiero agruparlas en dos grandes doctrinas: con el resultado y sin él. Recomiendo utilizar mayormente la segunda. Porque en el otro caso, las posibilidades de debatir, de cruzar opiniones saludablemente, se irán acortando hasta dejar de existir de manera inexorable, por la contundencia que implica, por ejemplo, la tabla de posiciones, que no es otra cosa que la sumatoria de los resultados.
Si a este partido le sacamos la chapa, que marca 0-1 final, notaremos que el Cervecero fue claramente superior a su rival. Obviamente, dicha supremacía se manifestó más nítidamente en algunos momentos (final del primer tiempo o comienzo del segundo, por ejemplo) que en otros, pero nunca estuvo en duda. Con un mediocampo firme, y muy metido en lo que se jugaba, Quilmes cortó circuitos, le quitó gravitación a los jugadores rivales posiblemente desequilibrantes y se animó a jugar. Creó situaciones claras y mereció llevarse los tres puntos.
¿Y entonces por qué perdió el equipo de Caruso Lombardi? Acá entra en escena el segundo análisis. Por un lado, Quilmes no pudo ganar un poco por su falta de profundidad arriba, otro poco porque Cambiasso sacó dos pelotas imposibles en el segundo tiempo, y otro poco porque lo afanaron. No suelo hablar de los árbitros, pero esto fue alevoso. Todas las divididas para All Boys, dos penales claros y un gol legítimo no cobrados a favor de Quilmes. Por eso no tenemos tres puntos más hoy, y estamos con la soga del descenso en la garganta.
¿Y por qué no sumamos de a uno? Porque los muchachos no entendieron que, como está todo, llevarse algo de Floresta no estaba tan mal. Simplemente porque, faltando un minuto, en un tiro libre en el que el local metió sólo tres jugadores al área, los tres anticiparon ante una defensa totalmente desconcentrada y, obviamente, la jugada terminó en el fondo del arco de la Miranda. Gravísimo error, que, junto con los errores arbitrales, le saca puntos a Quilmes.
Y los cambios. ¿Por qué Gervasio? ¿Por qué Morales? ¿Por qué dos tanques arriba? Las tres modificaciones fueron deficientes y, desde allí, el equipo fue perdiendo consistencia. Igual, memoria. Por Caruso tenemos vida, y habrá que seguir sufriendo. Y habrá que estar atentos, porque viene Boca al Centenario y no nos tenemos que dejar meter las manos en los bolsillos. Porque en este fútbol te hacen lo que quieren. Porque con ellos, con los paladines de la justicia, no se puede.
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Fotos de Silvana Livigna para Pasión Cervecera
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Fotos de Giselle Peralta para Pasión Cervecera