Como el famosísimo éxito de los Bee Gees el Cervecero se sigue manteniendo vivo. Triunfazo ante un duro rival que vino a Quilmes aún con chances de campeonar pero se topó no solo con un equipo aguerrido si no también con un equipo que por momentos, está tarde jugó un muy buen fútbol.
El primer tiempo fue parejo y un tanto aburrido. A los pocos minutos miles de corazones azules y blancos estuvieron a punto del colapso con un tiro en el palo que por milagro no se convirtió en el uno a cero del visitante. De haberse consumado ese tanto la historia hubiese sido completamente distinta.
La lluvia dejaba jugar poco y nada y la pelota volaba por los aires de campo a campo. Fricción por doquier. Los intentos de quite un tanto duros devinieron en la rápida amonestación de los dos volantes centrales del Cervecero. Pese a esto hay que reconocer que tanto el enorme rubio platinado y el gigantesco santiagueño la rompieron. Altísimo rendimiento para dos jugadores que supieron ser la columna vertebral del equipo; Garnier corriendo todas, recuperando muchísimas y dejando la vida en cada jugada. Kalinski ofreció una performance mas vistosa, mas elegante si se quiere. Caneo volvió a ser el que queremos que sea siempre y gracias al doble cinco pudo desenvolverse con mayor claridad y efectividad que en los dos partidos anteriores.
El segundo tiempo fue todo del Decano. Salio decidido a ganarlo ya que tanto los jugadores como el DT entendieron de movida que el punto no servia (ni sirve) en lo absoluto. Y acá es cuando crece la imagen de la que sin dudas fue la figura de la cancha: El uruguayo Martín Cauteruccio demostró una vez mas por que es una de las pocas incorporaciones efectivas que supo tener este plantel millonario. Un gol hermoso digno de un player de categoría, una cuota de sacrificio, un exquisito pase a Romeo y alguna otra cositas mas forman el combo que ofreció este interesantísimo jugador.
En la tribuna social, muchos socios teníamos la duda de que era lo que iba a hacer Quilmes a partir del gol de ventaja. Muchos pensaron que se retrasaría y ese sería el mismísimo suicidio del club stevensoniano. Pero, no. El buzo de DT se lo calza hace un tiempo un tal Caruso Lmobardi, que aprendió de su propio error en el partido frente a arsenal y mandó a todo el equipo a buscar el segundo. Gol que llegó tras un jugadón de Kalinski + remate de Caneo y clink caja. El ingreso de Cerro aportó peso específico en el medio campo, lo que no significó retraso absoluto, para nada. El cerve quería mas y pudo haber terminado en goleada tranquilamente.
El 2 a 0 estuvo bien. Fue el fiel reflejo de lo que pasó en la cancha.
No quedan dudas que los jugadores captaron el mensaje y que dejarán todo en estas ultimas cuatro finalísimas.
No tengo la bola de cristal y es imposible vaticinar si el invierno será frió o cálido. Ganamos uno de los cuatro que hay que ganar.
El animo tiene que estar por la estratosfera. Estoy contento. Como no voy a estar contento si estoy enfermo por este club.
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Fotos de Silvana Livigna para Pasión Cervecera
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