El título de esta crónica no hace referencia a la goleada sufrida año y medio atrás en Corrientes. Mas que nada intenta ser un refresh de la constante política que le encanta a Quilmes de reforzar hasta los utileros. Esté quien esté en el poder.
El Cervecero debutó una vez más en una nueva edición de la tan odiada y competitiva primera B nacional y al menos a mi me defraudó mucho. Esperaba muchísimo más. No me imaginaba esto. No tanto por el resultado sino por el rendimiento individual y colectivo. Definitivamente las presunciones en este tipo de acontecimientos son, al menos, desacertadas.
El partido empezó relativamente parejo, pero con un Quilmes que se sentía cómodo en las tierras litoraleñas. Y es por eso que iba bastante por las bandas. La ansiedad por ver a los nuevos refuerzos en cancha se hacía inevitable. Joel Carli está al mismo nivel que Leyes, un tanto inseguro abajo e intrascendente arriba. Agüero no me convenció como central y el título de nuevo patrón de la defensa cervecera le quedó enorme. A Benitez lo vi quitar poco y distribuir mal. Ay Kali como vamos a extrañarte. Lo mejor fue sin dudas el despliegue, las ganas y la presencia del ex Defensores de Belgrano Jacobo Mansilla, que en una linda corajeada aprovechó y con la de palo comenzaba a ilusionar a todos loquitos enfermos del Decano .A partir del gol arrancó una etapa elaborada y plena de confianza por parte del equipo de Caruso Lombardi, con un Mansilla muy inspirado pero con un Caneo que nunca logró convertirse en lo que realmente es. Al japonés se lo vio errático, fastidioso y extrañamente violento. Y en una jugada de ataque previa a un lateral, Miguel no aguantó más que lo agarren y cargoseen y se sacó. Lo entiendo. Es un ser humano. Cero reproches de mi parte.
Fin del primer tiempo y comienzo de un partido completamente distinto. Desde un principio la dupla de técnicos del equipo local dispuso de un tridente ofensivo que termino dando muy buenos frutos. Visconti, el ogro Nuñez y el jovencito Ríos conformaron un tándem que termino volviendo loca a la defensa cervecera. Jugada plagada de infortunio entre Tripodi y Carli, y Núñez ni lento ni, mucho menos, perezoso cachetea a la blanquita en el agobiante calor correntino. Caruso ya expulsado manda a la cancha a Mandarino para reforzar el medio y quita al siempre peligroso Cauteruccio. Inexplicable cambio. Si a Vázquez no le llegaban las pelotas por su inacción, menos le llegaban sin un delantero por fuera.
Boca Unidos quería la victoria y Visconti hacía lo que se le antojaba por el sector derecho y era muy dificultoso para el Mugre evitar los peligrosos centros que el lungo clavaba en el área. En uno de esos envíos el pibe Rios le ganó en el saltó a Carli y el triunfo parcial de Boca era un hecho. La inferioridad numérica que sufría Quilmes tuvo su fin. Otra vez en igualdad de condiciones. Garnier, quien tuvo un pésimo partido, intentaba con centros frontales que iban a parar a las manos de Sessa o a los esteros del Iberá. No había una sola idea y para colmo Caruso saca al mejor de la cancha, quien casi lo empata con un tiro que rompió el palo derecho. Esperaba mucho más de Telechea y Giménez. Dubitativos y de escasísima proyección. Beautiful tunel a este último y los correntinos que sellan una muy buena victoria en el comienzo del torneo.
Quilmes jugó muy mal, Quilmes jugó muy a lo Quilmes. No se noto en absoluto ese empuje y esa perseverancia de las últimas fechas del torneo anterior mientras se intentaba el milagro.
De la base
Trípodi: error grosero en el primer gol del local, inseguridad en algunos centros. Buena intervención en un mano a mano peligroso.
Martínez: Desprolijo pero insistente. La idea, aunque básica, fue efectiva, sacar todo no importaba donde.
Corvalán: alternó buenas y mala en la marca. Se proyectó poco por el peligro que significaban los tres delanteros rivales.
Caneo: Muy flojo. Nunca fue el conductor esperado. Reaccionó violentamente y se fue antes del final de la primera etapa.
Garnier: Lejos el peor de Quilmes. No convence como volante central único. Tuvo un doble pif vergonzoso en el segundo tiempo.
Cauteruccio: muy poco del uruguayo, no encontró nunca su lugar en la cancha.
Vázquez: sin la movilidad de siempre. No lo supieron abastecer ni tampoco se autogeneró los recursos.
Los refuerzos
Carli: Flojo en la marca, casi nada en ataque. la banda defensiva derecha se convirtió en el karma de Quilmes.
Agüero: muy a la sombra de Martinez. No fue el patrón que se esperaba y perdió varias de arriba.
Benítez: quitó algunas pero le terminó pesando el mediocampo.
Mansilla: el mejor del QAC. Movedizo, insistente, combativo y veloz en el medio. Punzante en ataque. Convirtió y casi lo empata.
Telechea: siempre recibiendo de espalda, centros muy bajos.
Mandarino: aparentemente veloz y con empuje. No entró en un buen momento del equipo.
Giménez: Casi nada. Se comió un caño hermoso que devino en el tercero de Boca Unidos.
Muy mal debut del Cervecero. Sólo espero que esto no traiga aparejada una desmotivación muy grande. Se debe trabajar mucho y en cosas puntuales. Tenemos un plantel numeroso y las variantes deben aparecer. No me gustó para nada el equipo ni el planteo del técnico. Quilmes es siempre candidato, por historia y gente.
Ojalá que estos nuevos, y no tan nuevos hombres, estén a la altura de las circunstancias.
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