Sí, bueno, ya sé que no era muy difícil el título. Pero sí ganar el partido que ganó el Quilmes en Mendoza. Me da la sensación de que son esa clase de encuentros que te marcan, que te dan chapa y al Cervecero le hacía falta. Porque una cosa es ganarle en tu casa a Almirante Brown, y otra muy distinta es revalidar lo bueno de visitante, a pesar de que Independiente está lleno de problemas. Ojo que arrancamos eh…
Varios puntos positivos de la visita a la provincia del buen vino. Pero vuelvo a rescatar a solidez defensiva que aportan Martínez y Agüero. Trípodi fue un espectador de lujo para un partido que lo tuvo al Cervecero como protagonista y dominador, más allá de no manejar la pelota por momentos. Estamos en la B Nacional. En el ascenso, por más buena que esté la categoría. Y acá se gana con orden, con una buena defensa. Pueden tener errores, como cualquiera, pero siempre se estuvo bien parado.
Sumare a esto la presencia de la pareja de volantes centrales que parece afianzada con dos partidos jugados juntos. Me parece que Caruso encontró en Rimoldi la solución a un problema importante que tenía tras la salida de Kalinski y Cerro. Se mantiene la fiereza de Garnier en la marca y se le aporta a inteligencia y la salida clara del ex All Boys. Así, llegó el gol de Telechea eh…
Arriba no hay mucho que discutir. Peleados con la red parecen Vázquez y Caute, pero generan, se entienden y tienen mucha jerarquía para la categoría. Y además, hay variantes, porque desde el banco se resuelven problemas, como lo hizo el ex Tigre, o los que fueron entrando a partir de lesiones (Mandarino, Serrano, Goñi –¿qué tomará este nene para sacar así?-).
Sin embargo, la conclusión más importante que saco es que hay una columna vertebral armada y afainzada. No sé cuantos equipos puedan darse el lujo de tener una base conformada desde la tercer fecha y con relevos que cumplen. Y el que empieza con el pie derecho, termina con el pie derecho, mientras que el que bien entra, bien acaba. ¿No Tele?