A fuego lento

De a poquito y en puntas de pie, Quilmes camina. Silencioso, sin brillar ni por un segundo, va. Caminando por las piedras avanza. Tropezando, chocando pero no se cae. Podría correr, eh. Más si se analiza la fragilidad de algunos rivales, como Atlético. Aunque, ¿quién corre en esta categoría? No somos ni más ni menos que ninguno. Sin embargo, es poco.

Está bien, siempre es importante ganar, más de local. Pero ayer era el momento para que el equipo empiece a delinear una imagen. Siempre tuve esa ilusión de que el Cervecero vuelva a mostrar esa cara agresiva que tenía en Primera. Cuando de verdad salíamos a buscar los partidos, a todo o nada. No sé si hay mejor plantel, pero sí más recursos que se desaprovechan.

La realidad es que todavía no nos enteramos a qué juega. Parece estar bien parado atrás, aunque se cometen muchos errores. Pero dónde se gesta el fútbol, que es en la mitad de la cancha, no hay definición. Ayer, por momentos, se vio apenas algo, un espejismo, con Chirola y Caneo apareciendo por ambas bandas. Incluso creo que Caruso erró al no poner a Rimoldi, que era, hasta acá el que buscaba una salida limpia, a pesar de los pelotazos constantes de los centrales (es su juego, no se le puede pedir más).

Y ojalá que Caute se haya sacado la mufa del todo. Su ingreso fue el cambio de ritmo que necesitaba Quilmes y le dio opciones de pase a Caneo, de gran levantada en la segunda etapa. Me sigue preocupando el tema del 9. Diz ayer bajó un par de pelotas pero no alcanza. Teniendo a Vázquez a disposición no caben dudas quién debe jugar, pero como relevo me gustaría ver a Grbec, que hizo nada más que 20 goles la temporada pasada.

Aunque todos sabemos que Caruso tiene sus caprichos. Está todo bien si se queda, pero si se va a San Lorenzo y nos deja sus inventos, va a pasar como siempre. El que saca la billetera para pagar las malas decisiones es Quilmes. Pasó con Tocalli. Pero bueno, no es raro que tropecemos 1000 veces con la misma piedra. Es la historia del club.

Así a fuego lento se va cocinando el futuro del Cervecero. Quizás, dios quiera, quedamos a punto para diciembre. Tal vez nos quemamos antes. Esperemos para darle un aplauso al asador.

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