Decano hay uno solo

El decano del futbol argentino recibía al decano tucumano en un partido donde los dos equipos debían dejar una buena imagen y un saldo positivo debido a distintas circunstancias. Los del norte, acostumbrados a ser animadores de la divisional, venían de capa caída luego de la derrota como local frente a Independiente Rivadavia y en medio de un clima enrarecido con su DT.

El imaginario colectivo tomaba este dato pensando que el partido era ganable para Quilmes.

Lo primero que fue sorprendiendo en la previa del partido fue la iniciativa de Caruso para realizar tres variantes a priori llamativas. La banda izquierda fue ocupada por Romero, que sin sobresalir ni tener una actuación descollante, superó las últimas presentaciones de Jacobo Mansilla. Se lo notó más movedizo y un tanto más participativo. Telechea relevó al hasta ayer deslucido Cauteruccio y su figura pasó sin pena ni gloria, intento pivotear por todo el frente de ataque pero tuvo poca recepción de pelota.

Sin lugar a dudas el cambio más llamativo y el que hizo poner el grito en el cielo de la gente fue el ingreso de Díaz por Rimoldi, el jugador que más regularidad había mostrado desde el inicio del torneo. Paradójicamente, esta fue la sustitución que más pasó desapercibida gracias al correcto desempeño del ex Huracán. Mostrando un juego más corto y un poco más concreto. Quite y toque, quite y toque, pero careciendo del atrevimiento y las embestidas hacia delante de Rimoldi.

El partido arrancó tibio, pero con un Quilmes que mostró una responsabilidad que lo obligaba a salir a buscar los tres puntos desde el arranque.

Garnier, de gran partido, se hizo amo y señor del sector central del campo de juego y fue bien acompañado por Leandro Díaz. Caneo salió a volantear la banda derecha aparentemente, pero sabemos que poco y nada hay de cierto en esta posición, ya que constantemente abandonaba dicha área para plantarse delante de los volantes centrales intentando ser el nexo entre estos y los dos puntas.

Quilmes iba y buscaba. Y en una jugada claramente con sello Cervecero, luego de un pif, Garnier le daba tranquilidad a todo el pueblo Cervecero.

El Cervecero fue dominador absoluto durante toda la primera etapa. En el segundo tiempo el equipo de Caruso siguió buscando pero le costaba más de la cuenta cerrar el partido y por momentos Atlético generaba contras bastante peligrosas. De hecho estuvo a tiro de convertir, pero un inspiradísimo Trípodi dijo que no, sacando dos bochas impresionantes, dignas de aquel viejo Emanuel.

La justicia se hizo presente y en una muy bonita jugada desde la izquierda, Caneo con pisada y centro le dio la posibilidad de redimirse a Cauteruccio que con un certero cabezazo selló la historia.

Ahora viene Central, otro que está obligado a ser animador. Situación ideal para empezar a demostrar diferencias. Si es lo que se busca. Quilmes necesita urgentemente una victoria de visitante. Tanto por los puntos como por la confianza que lograría ganando fuera del Centenario.

Acompañemos y alentemos, el objetivo es el mismo para todos: lograr la tan anhelada regularidad que nos convierta en verdaderos protagonistas.

 

Fotos de Silvana Livigna para Pasión Cervecera

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