Quilmes ganó indiscutida y categóricamente el partido que tenía que ganar. Tenía que traerse casi por obligación los tres puntos después de perder dos de manera inmadura frente a Patronato de local.
El Cervecero jugó en muy buen nivel y superó a Chacarita durante todo el partido. De entrada lo fue a buscar, como nos gusta a los hinchas, como la historia lo obliga, como los resultados dictaminan.
Una vez más el 4-4-2 mentiroso soltó a Caneo por delante de Romero, Garnier y Díaz y detrás de los puntas, los cuales rindieron muy bien. Telechea con una velocidad y una personalidad enorme y Vázquez que con un juego mucho menos vistoso pero igual de necesario esta vez estuvieron a la altura de las circunstancias. Como ya mencione, Quilmes tomó la iniciativa desde el primer minuto. Caneo mostró mejorías y apoyándose en Díaz fue entretejiendo las conexiones.
En una pelota casi perdida en el sector izquierdo Caneo la supo aguantar muy bien, tocó para Vázquez quien a su vez asistió a Telechea para que el ex Tigre meta una corrida impresionante y una mejor definición de zurda que se convirtió en la victoria parcial del Cervecero enmudeciendo al nuevo medio estadio funebrero.
A partir de ahí Quilmes cedió más de lo indicado la pelota al rival y eso asustó un poco.
Chaca intentó empatar apostando todas sus fichas a la habilidad de Ereros, sin dudas lo único rescatable del equipo de De la Riva.
El segundo tiempo fue prácticamente pura posesión y manejo del Decano que al contrario de lo que hizo la fecha pasada no se conformó con el 1 a 0 y fue por más.
Los ingresos de Cauteruccio y Mandarino dieron sus frutos y fueron ellos mismos los que gestaron la segunda conquista. Luego de un quite bárbaro de Díaz, el uruguayo se puso la pilcha de estratega y manejo la contra entregándole la pelota a Mandarino que fusiló a Tauber y sentenció la historia.
Quilmes siguió manejando la pelota a su antojo y cada vez era más notoria la diferencia táctica y técnica entre un equipo y otro. A minutos del final Caneo su cabeza, su corazón y su pierna para el tercereo y Dolci descontó para la estadística.
En líneas generales Quilmes tuvo una gran actuación.
Tripodi evito varios malos tragos, la defensa comandada por Martínez estuvo firme y segura, en la mitad mejoró mucho Díaz, Garnier aporto lo suyo y Caneo esta vez fue de menor a mayor y fue pieza fundamental. Los relevos impecables: Cauteruccio puro lujo y efectividad, Mandarino regularidad y la sorpresa del gol.
Esta victoria significa mucho más de lo que parece, es acortar distancias con River, el cuco vulnerable, es volver a ganar de visitante, es dejar los fantasmas paranaenses en el pasado, es empezar a creer y a crecer.
Fotos de Alberto Hougham para Pasión Cervecera