Quilmes endemoniado (666)

A la pipetuá… tremebundo regreso de Quilmes al futbol en este nuevo año.

Gigante, implacable, majestuoso, apocalíptico, esperanzador y soberbio triunfo Cervecero.

Un adjetivo por cada gol… no queda otra.

El equipo de Caruso jugó, junto con el de Instituto, el mejor partido en lo que va de la temporada y cerró la primera rueda de una inmejorable manera.

Desde el vamos los tres puntos eran el único objetivo posible, dado que de local y analizando el tenor del rival, un empate, o peor aun, una derrota, se hubiesen considerado un fracaso y un muy mal primer paso.

Pero creo que ni hasta el más optimista de los cerveceros hubiese imaginado tamaño resultado y semejante nivel de juego.

De entrada nomás Quilmes salió a merendarse crudo a Brown y a los tres minutos la figura de la cancha, Fernando Telechea grito el primero de 2012.

Tranquilidad y a bajar un poco las ansias del debut y esa imperiosa necesidad de convertir lo antes posible.

Un pequeño susto tras un error de Trípodi y un gol de los chubutenses aparentemente mal anulado paralizaron momentáneamente los corazones de esos locos azules y blancos a quienes no les importó ni el antipopular horario ni las responsabilidades ni mucho menos el agobiante calor.

Pero a partir de ese momento el Decano tomó real conocimiento de la posibilidad de descontarle dos puntos al primero y al segundo y empezó de manera prolija y concreta a manejar los hilos del partido.

Caneo fue el equilibrio, Telechea la energía, Díaz el despliegue y Mansilla la profundidad. De hecho fue el propio Jacobo quien se encargó de sellar el 2 a 0 con un poema digno del mejor escritor.

Descanso.

La segunda etapa fue un desparpajo de futbol, inteligencia, contundencia, alegría, magia y goles. Otra vez seis.

Telechea, Telechea, Cauteruccio y Telechea.

Gracias Fernando por tus cuatro goles, gracias por correr tanto, gracias por no querer hacer el quinto y dársela a Caute para que el uruguayo tome confianza, gracias por aplaudir tanto a la gente de Quilmes, gracias por esa hermosa media tijera.

Bue…un gran reconocimiento para Leandro Díaz ¿no?. El ex huracán se morfo el mediocampo, un Iniesta cervecero. Jugó tanto de volante central acompañando a Garnier como por la derecha. Ida y vuelta incesante, no alcanzaban los ojos para ver la rapidez de cómo alternaba quites en el medio y las proyecciones por la diestra atacando sin cesar a la defensa del equipo de la patagónica ciudad.

Volver a creer en Mansilla, un tipo al que siempre defendí. Gran partido del ex Defensores.

La defensa bien eh. Regular el mugre, firme Martínez, con presencia Serrano y de muy buen pie y seguridad Carli.

Tal vez, y muy a mi pesar, la nota negativa la dio el adoradísimo Tripodi, ya que no fueron ni una, ni dos si no tres las salidas en falso. A laburar en ese aspecto.

Perdón si notan el análisis del partido un tanto desordenado, es que me desborda la alegría.

Surge la pregunta si importa o no el nivel del rival a la hora de juzgar la actuación de Quilmes. Claro que importa, y mucho. No nos olvidemos los siete puntos de local que perdimos frente a Merlo, Patronato y Desamparados. Además la confianza que esta goleada le aporta al grupo se cotiza en diamante.

Un abrazo a todos, nos vemos el domingo.

 

Fotos de Alberto Hougham para Pasión Cervecera

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LO QUE FALTA PARA VER A QUILMES…

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