Tres puntos importantísimos se quedaron en casa en un partido chivo, muy chivo. El equipo correntino no se parecía ni en lo blanco del ojo a Guillermo Brown, los del litotal son de buen pié, son un equipo aguerrido, y los tres de punta que arrancaron en el once inicial hablaban de un equipo ofensivo que sabe a lo que juega.
Pero el Decano no se amedrentó en ningún momento y saco a relucir su chapa de grande y de candidato.
El primer interrogante surgía desde la defensa semi improvisada por las suspensiones de Martinez y Serrano. Pero la dupla de centrales conformada por Carli y Olivera estuvo bastante a tono con el equipo y no desentonó. Mandarino jugó un partidazo, se comió la banda derecha, defendió, se proyectó y hasta se dió el lujo de conquistar el primer tanto mediante un certero cabezazo tras un tiro de esquina.
A partir del gol se dió la ambigüedad de que por un lado Quilmes llegaba al area rival pero por otro perdía la pelota bastante seguido en la mitad de la cancha. Se notó un poco impreciso a Garnier. En una desafortunada jugada llegó el empate de los correntinos casi al final de la primera etapa.
En el segundo tiempo Quilmes, a sabiendas de que debía ganar si o si para quedar a un punto del los tres punteros, salió a ganarlo como seá y en una gran recuperación de Telechea, Cauteruccio materializó esa necesidad.
Quilmes volvió a sufrir a lo Quilmes ya que Boca Unidos se vino bastante y gran parte de la media hora final el partido se jugó en campo azul y blanco.
Se ganó bien, dejando atrás a un gran rival. Tal vez la conslusión mas primitiva que me surge despues de los dos primeros partidos del año, es que noto un equipo mas sólido, más serio, un equipo mas equipo. Hay colaboración por doquier, hay fuerzas para revertir adversidades y algo muy lindo es ver que hay juego. La madurez está empezando. El sueño está en camino.
Fotos de Alberto Hougham para Pasión Cervecera
LO QUE FALTA PARA VER A QUILMES CON ALMIRANTE BROWN…
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