Vergüenza es robar. Vergüenza es comprar un partido, un campeonato o ganar en los escritorios lo que no se puede en la cancha. Especular, defenderse, sobrevalorar al rival, no es vergüenza. Pero es un error que podés terminar pagando muy caro.
Decíamos desde esta columna que Caruso se equivocaba con la línea de tres. Bah, en realidad era sólo una opinión hoy avalada por el resultado final. Al revés de lo que pasó en Varela, esta vez al equipo le costó horrores construir una jugada pero se supo defender.
Claro, por características de los jugadores, había más volantes con vocación defensiva que de ataque. Así, Corvalán y Serrano estuvieron más preocupados por cuidar sus espaldas que por acompañar a Caneo. Díaz, al jugar de cinco, perdió llegada y Miguel estuvo sólo como perro malo. Y si la manija no funciona, no se pueden abrir las puertas.
Por eso le doy más mérito a Látigo Giménez, que jugó mal el PT, pero que armó un jugadón en el segundo para dejar mano a mano a Caute (de baja performance otra vez, aunque destacable que haya metido la única que tuvo…el equipo). También me sigue chocando la salida del ex Atlas para que ingrese Nico Torres. Que se yo… para mí es casi imposible que el pibe te pida el cambio cuando estaba con confianza y sabiendo que se estaba ganando un lugar. Y es obvio que nunca va a decir lo contrario a lo que diga el técnico, ¿no?
Además de eso, ésa variante metió atrás a Quilmes. No digo que Caruso les haya dicho que metan la colita en el área, sino que el cambio de nombres, el resultado, y lo inofensivo que era Huracán llevaron a que los jugadores asimilaran el mensaje de una manera errónea.
Con todo esto no quiero cargarle todas las tintas al técnico. Hay varios players en un nivel muy bajo y se nota la falta de Telechea. Caruso tuvo más aciertos que errores en Quilmes, lleva 14 partidos sin perder y está en zona de Promoción en un torneo dificilísimo. ¿O alguno no firmaba antes de empezar estar cuarto? Eso es mérito y reconocimiento para el DT.
Pero también tengo ganas de decirle algo. Vergüenza no es desaprovechar la oportunidad de dirigir a un grande, dejando al Cervecero bien parado. Pero sí es dar el tema por cerrado hace dos semanas y hoy no cortarle las alas a los dirigentes de San Lorenzo para cumplir con la palabra que le dio a Aníbal. Después de tantas idas y vueltas pensé que cuando el presidente dijo: “Caruso se queda hasta junio” era el final de la historieta. Hasta ese momento entendía si se iba. Ahora no. Ahora sería una vergüenza y una falta de respeto. Comprendo que CASLA es un paso adelante en su carrera (a mí entender), pero Quilmes no es la trola de nadie. Fijate.