Eso dolió

Toda discusión futbolera es fácilmente extensible. Alcanza con que existan dos posturas disímiles para propiciar una charla de horas y horas, no hay verdades absolutas y, como fenómeno social, el fútbol ofrece a todos la posibilidad de opinar con cierta argumentación, que podrá ser o no compartida. De esa manera, podemos tener diferentes miradas sobre lo que implica el empate con el Deportivo Merlo en la tabla de posiciones y en la vida de Quilmes.

Lo que creo que no podemos discutir es el verdadero hecho trascendente de la noche del viernes en Villa Raffo. La lesión de Telechea, a 14 fechas del final, y su casi segura despedida de la temporada, son golpes fuertes, cortes profundos mirando al futuro. Si bien el plantel en su conjunto ha dado muestras de confiabilidad, la baja de Fernando será, sin dudas, uno de los rivales más duros que le quedan superar al Cervecero.

En el partido, pasó poquito. Si bien la idea fue plantarse unos cuantos metros más adelante que contra River y presionar a Merlo, costó bastante. Por virtud del rival, sí. Pero más que nada por deficiencias propias. Salvo en los últimos minutos del primer tiempo, donde le faltó algo de suerte para lastimar, en general Quilmes fue un equipo mucho más largo que de costumbre. Con poco corte en el medio y dificultades para cohesionar sus líneas, vio el partido lejos de Capogrosso.

En defensa no hubo demasiados problemas, pero de mitad de cancha en adelante, los rendimientos individuales fueron irregulares. Y el Cervecero nunca fue patrón del partido, algo muy común en 2012. Un rival cómodo en el letargo estuvo cerca de llevarse algo más. Así, si hablamos de la cuenta previa, se perdieron dos puntos que habrían permitido alcanzar la punta. Pero no parece ser lo más grave. Al fin y al cabo es un partido y se sabe que el plantel puede estar a la altura de las circunstancias.

Viene una final. Es necesario ganarle a Ferro por un montón de motivos: por la localía, por los puntos, por la confianza… pero sobre todo es una prueba de carácter. Se impone demostrar (y demostrarse) que se puede vivir y pelearla hasta el final sin una de las figuras de la temporada. Hay que aprender a ganar sin Telechea, intentar que duela lo menos posible adentro de la cancha. Porque afuera jode un montón.

¡Fuerza Tele!

 

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