Ja! Ja, ja! Qué lindo, nene. Qué lindo es ir a esa cancha. Cuanta felicidad me da, cuanta confianza, cuantos motivos para hacer la fiesta perfecta. Y kapanga que no la hicimos. Que me cuente ese puñado de bichitos pegados contra el cemento de la local que se sintió ver el vaselinazo de Chirola. O el Tomahawk que salió de los botines de…WILLY, sí WILLY. O, por si no les alcanzaba, el mimo de Jacobo.
Otra vez les tiramos la casaca encima y la historia es conocida por todos. Papáternal cuando va a visitar a su nene lo atiende bien. Tan bueno es que, cuando nos fuimos, les dejamos un regalito en la puerta que les va a servir para que se queden con nosotros en Primera: a Caruso (mal que mal, todos sabemos que seguramente lo salve). De nada, hijo…
Qué buen papá es Quilmes. Que bien que está últimamente. Se lo ve feliz, radiante, mejor físicamente y con un envión que se lleva todo puesto. Quizás me esté ganando el exitismo, pero la verdad es que es muy difícil hoy dejarlo a un costado. Porque si te ponés a pensar, hay equipo. De verdad.
El lunes el nivel fue alto. Ganamos por golazos que no van a salir siempre, es cierto, pero me deja tranquilo la situación. Salen todas, sí, pero también se prueba por la confianza que se tienen los muchachos. Y está bien que la tengan, porque las cosas están saliendo: Hay una idea, hay actitud y entendimiento del momento, hay un poquito de culo y mucho de mérito.
Aunque siempre, también, queda alguna mancha difícil de sacar. Por ejemplo, que un equipo derrotado, que no sirve ni para trapo de piso, se te ponga 1-2 cuando tenías todo dominado y, encima, te deje con uno menos. Eso no puede pasar más, eh. Porque quizás zafamos por el rival, pero otro no te va a perdonar. Ni Independiente y toda su mala leche.
Ahora hay que mantenerlo. Con una baja durísima como la de Cobo, pero con un buen respaldo en el banco (cosa que no había en el Inicial), se puede ir a ganar. El empate no es malo, ojo, pero necesitamos festejar en esta “final del mundo” para que de a poco se terminen yendo los fantasmas del descenso. Y, quién te dice, en una de esas rompemos con la lógica histórica y no terminamos un año sufriendo…