Carácter. Actitud. Personalidad. Hambre. Enjundia. Llamalo como más te guste. Así ganó Quilmes en Sarandí para quedar a un peldaño de lograr su objetivo de permanecer en la primera división. En combo, consiguió a la vez varias cosas muy complicadas: dio vuelta un partido después de más de un año; lo hizo ante Arsenal, con lo difícil que resulta entrarles si están en ventaja; y además logró ganar en un reducto donde no lo hace casi nadie.
No es pertinente analizar un partido de fútbol o una campaña de un equipo en forma aislada, como si fueran fenómenos despojados de un contexto que los afecta, que los modifica, que los condiciona. Y es menester tener en cuenta estas cuestiones tanto para entender el triunfazo que metió Quilmes en el Viaducto de Sarandí como para empezar a explicar por qué este equipo tiene la permanencia en la mano y sólo le falta juntar los dedos.
La cátedra dirá que el Cervecero no mereció ganarle a Arsenal, y hasta se podrá escuchar que hizo, en líneas generales, un partido no muy lúcido. Claro: desde afuera es fácil. Nadie se fija en la ingente mochila que cargaba este plantel sobre sus espaldas, con la necesidad imperiosa de ganar en esa trinchera inexpugnable que es el Julio Grondona para ahuyentar cualquier tipo de fantasma y dar -si bien las matemáticas dicen otra cosa- el último paso de un año estresante como pocos.
Y Quilmes, que siempre tuvo de hijo al Arse, en los últimos tiempos sufrió y mucho ante un rival que se lo toma como una final del mundo. Tanto que el historial quedó empatado por primera vez y hasta eso estuvo en juego el último sábado. El equipo, entonces, bancó la parada y se trajo un triunfo que vale por un montón de cosas que están por fuera de los números, de lo que nos importa a todos que es continuar un año más en la A.
Porque este equipo superó un sinfín de adversidades durante todo el año: lesiones de todo grupo y factor, puntos que se escaparon increíblemente, ridiculeces arbitrales y hasta alguna que otra campaña de desprestigio. Para año nuevo la cosa pintaba fulera y los muchachos, que acaso sufrieron todavía más complicaciones en este semestre que en el anterior, supieron sacar la cara por la causa. Fijate que Leyes, que hace quince días no tenía minutos en el año de AFA, termina haciendo el gol más importante. Inequívoca foto de este Quilmes.
Disculpen el embale. Claro que esto no está terminado. Habrá que estar más concentrados que nunca para sumar el punto que falta y arrancar a jugar el torneo que viene antes del final de este, porque por supuesto que la idea es no volver más ahí donde ya sabemos. ¿Y quién nos va a quitar la ilusión? Si todo lo mucho o poco que hemos logrado todos (jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas) no es más que el resultado de una constante lucha en la que nadie más creyó.