Y un día apareció el Quilmes de Vivas. Sin estridencias, sin un brillo refulgente y sin avasallar a nadie, pero por primera vez desde que el Chango se metió el buzo de DT, el equipo hizo ver en cancha lo que quiere para sí mismo. Claro está que esto importaría mucho menos de no haber existido la irresoluble volea del Pitu González que le permitió meter un triunfo que aunque le pongamos ganas vamos a tardar un rato largo en olvidar.
Pero existió nomás y, aunque no suene políticamente correcto, el resultado siempre condiciona el análisis. Quizá no por lo que se dice sino por cómo se enfoca. Y como Quilmes ganó tienta quedarse con lo positivo, que fue bastante. Por empezar, el hecho de estar a la altura de las circunstancias ante un rival de fuste y con nombres propios importantes es digno de remarcar. Un dato para entender parte del valor del triunfo: San Lorenzo cayó de visitante por primera vez en 2013.
Fue sin duda el mejor partido en lo que va del torneo. Costaba en la previa imaginar un gol de Quilmes. Marcábamos con razón que el equipo no parecía capaz de terminar jugadas, de transformar la posesión en peligro en el arco de enfrente. Y vaya si lo hizo el lunes último. Sobre todo en el segundo tiempo, fue el equipo agresivo que imaginábamos desde la propuesta pero todavía no habíamos podido ver.
Cuesta encontrar un rendimiento individual bajo. Peratta, Abecasis, Boghossian, Caneo, Telechea con su gol, el propio Zacaría, ni hablar del Pitu. Todos ellos en alto nivel. Y la idea que empieza a calar y el equipo que se planta y no se amedrenta con un par de cachetazos sino que se termina imponiendo con estricta justicia. Ahora, los números cierran y no sólo eso sino que hay muchos más argumentos para creer que la cosa puede andar.
Por supuesto que faltan cosas. Lo que menos tuvo Quilmes fue quite en la mitad de la cancha y pocas cosas son tan necesarias en el fútbol de hoy. Ojalá con Chapu recuperado ese ítem se corrija. Claro que no gustó la mayoría del primer tiempo, en la que el equipo se vio claramente superado y todo el estadio esperó durante largos minutos el 1 a 1 que caía de maduro. Falta mejorar los relevos, sobre todo por las bandas. Y tantas cosas más.
Pero el balance resulta positivo por donde se lo quiera mirar. Hemos dicho muchas veces que la idea es compleja y uno de los temas es justamente que el conjunto se descuida atrás por la presión que ejerce de mitad de cancha a tres cuartos. Va a pasar, es parte del plan. Lo importante es estar preparado y acercarse día a día al ideal del técnico. En estos esquemas, los más peligrosos son los rivales como San Lorenzo, que tienen tanto buen pie. Se pasó la prueba y no es poco.
Fotos de Silvana Livigna para PasiónCervecera