Peor, imposible

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Quilmes jugó su partido más flojo ya no sólo en este torneo sino en un rato bastante largo. La caída en Floresta ante All Boys, dura por cierto, inesperada también, no puede ser sino un límite. Necesariamente, el equipo debe sentir que tocó fondo y predisponerse a salir. Es inconcebible jugar tan mal a nivel de primera división. Y un rival de presupuesto mucho menor, sin una jerarquía individual desorbitada ni mucho menos, con un mínimo rigor táctico te pasa por encima.

En general, cuando hay un gol tempranero en un partido, se suele decir que “no se puede hablar de merecimientos”. Acá sí. Quilmes arrancó perdiendo 1 a 0 a los 6 minutos del primer tiempo y ya previamente había hecho todo lo posible para sufrir la desventaja. Pérdida en ataque, Leyes marcó a un poste y a cobrar. Olvidate, nunca más: Echenique podría tranquilamente haber dado por finalizado el partido en ese momento y del equipo nos llevábamos lo mismo: nada.

El equipo de Vivas tuvo enfrente al peor arquero del campeonato -por supuesto en mi opinión personal-, y jamás lo obligó a ensuciarse el buzo. Nunca, en 90 minutos, pateó al arco. Las ambiciones de poder terminar los pocos avances que se lograron caían por su propio peso en los pies de un delantero que mide dos metros, juega de espaldas al arco siempre, recibe de la cintura para abajo y le cuesta horrores girar para quedar de frente.

Podemos rescatar la lucha de Braña contra todo el mundo en la mitad de la cancha, un par de cosas de Lucas Pérez. No más. El resto de los rendimientos oscilaron de malos hacia abajo y salió esto. No se puede tomar como un mero lunar ya que el equipo también jugó mal la fecha anterior y no fue goleado por Arsenal por obra de un milagro. Hoy, no sale nada y parece imperioso intentar un volantazo táctico o al menos de nombres para dar vuelta la taba.

Dicho todo esto, un llamado a la cordura. Se juegan 7 fechas, quedan 31. La última vez que Quilmes perdió 4 a 0 -ante Racing- estaba clavado en la zona de descenso y le quedaba poco más de un semestre para zafar. Lo consiguió. Critiquemos, puteemos, armemos equipos. Para eso somos hinchas. Pero dejemos trabajar. El equipo tuvo también buenos momentos en el torneo y buscará reeditarlos. Hay tiempo, colchón y hay también plantel, aunque hoy no parezca. Sólo queda mirar para adentro y reaccionar, porque peor no se puede.

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