Nuestra realidad

En una noche horrible por donde se la mire, el Cervecero volvió a jugar mal y cayó derrotado frente a un rival directo. Tristeza por todos lados.

Poco se puede decir sobre la nefasta tarde noche del lunes. Si vamos a lo estrictamente deportivo se volvió a jugar pésimo, otra vez la falta de ideas, la desconcentración, la nula profundidad en ataque y la ausencia de firmeza defensiva.

All boys ganó bien. Aunque duela decirlo. Salió a la cancha a jugar el partido que había que jugar. Esa mentalidad responsable y coherente jamás la tuvo el Cervecero, incluso por momentos la actitud se asemejaba a la de un amistoso.

Los que habían jugado bien frente a Arsenal esta vez no estuvieron a la altura de las circunstancias. Y si en algo coincido con el entrenador, es en el hecho de que perdimos con Colón y con Allboys. Dos rivales directos y en condición de local. Así se hace todo muy cuesta abajo.

Todos desbordamos de alegría tras los dos triunfos consecutivos, pero tampoco sorprende que haya pasado esto, porque si hay dos cosas que identifican a Quilmes son la irregularidad (en todos sus ámbitos) y la carencia absoluta de identidad.

Se vienen tres compromisos extremos. Salir bien parado dependerá de el trabajo de concientización que el técnico ejerza sobre los jugadores, de cortar por lo sano lo que haya que cortar y de la alineación de varios planetas.

Comments are closed.