SEXTA FECHA – APERTURA 2006
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River | 2 | 1 |
Quilmes |
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12 |
Juan Carrizo Eduardo Tuzzio Danilo Gerlo Federico Lussenhoff Lucas Mareque Paulo Ferrari Fernando Belluschi Nicolás Domingo Victor Zapata Ariel Ortega Gonzalo Higuain |
Derlis Gomez |
12 |
Cambios: Gonzalo Juárez X Moreyra, Pablo Giménez X Coyette y Alvaro Pereyra X Barrionuevo. Goles: 41’PT Gonzalo Higuaín (RP), 17’ST José Chatruc (Qu), 29’ST Paulo A. Ferrari (RP) Arbitro: Gustavo Pezzotta. Estadio: Centenario. Campo: Bueno. Público: 40.000 |
Ficción y realidad
El Quilmes real no supera la unidad, duerme en el último escalón de la tabla de posiciones y se compromete partido a partido con el descenso directo. El Quilmes real es el del segundo tiempo ante Gimnasia, el de Godoy Cruz, el de Nueva Chicago, el de los errores infantiles (siendo benévolo) frente a Vélez. Ese es el Quilmes que nadie imaginaba o que en definitiva, nadie quiere imaginar por una razón elemental: ese Quilmes era candidato de fierro a descender. Así las cosas. La imaginación pudo más que el amor propio y los anhelos de fechas de gloria quedaron sólo en un vano recuerdo, al borde de la utopía. Nada de eso ha ocurrido y por eso el luto. Porque en menos de un año, la institución decana del fútbol argentino se devoró al tercer entrenador. Así las cosas, así los hombres. Mario Gómez cumplió con su palabra y luego de no sumar en el Monumental, tarea fácil por cierto, dio un paso al costado.
El Quilmes ideal, el que todos deseábamos imaginar, fue el de ayer en la cancha de River. Fue el del partido ante Estudiantes, el del enorme primer tiempo ante Gimnasia. Porque los jugadores, a pesar de los rumores de broncas con el cuerpo técnico por dibujos tácticos no entendibles, respaldaron al entrenador dentro de la cancha. A pasitos de la gloria, a pasitos de renovarle el crédito a Gómez, al menos hasta el partido ante Newell´s. No se pudo porque enfrente estaba River, porque se jugaba en el Monumental y porque una historia no muy frondosa entre ambos marcaba como resultado más tristezas que alegrías. Pero la mejor versión de José Chatruc demostró desde el arranque que sí se podía y por eso fue y vino por la derecha para aportar en defensa y en ataque. Se cargó los silbidos, enmudeció a la gente, despertó las almas cerveceras y hasta se dio el lujo de gastarlos un rato. La desfachatez de un Rusculleda, que no tiene pinta de insinuar sino de agarrar la redonda y encarar hacia donde duele, alimentaba la ilusión. Romagnoli renovaba con su entrega el fuego sagrado y fue el encargado de hacer mediocampo una zona propia, cobrando peaje y obstruyéndole el paso a todo aquel con casaca rayada.
Pero no se pudo por varios factores: Quilmes vuelve a darse el lujo de quedarse con diez en el peor momento del partido. Sin cambios por hacer, se tuvo que improvisar el dibujo y lo que era una linda obra terminó en garabato. Además, Crosa sigue regalando para la rifa anual de los defensores hacia los delanteros rivales. Pensión completa. El poco peso ofensivo es otra falencia a tratar. Los delanteros no tuvieron situaciones claras de gol en el lugar donde siempre hay tiempo: el área. Así las cosas, así este Quilmes que de a poco entierra ilusiones a la par de los técnicos. Uno más pasará por la historia aunque esta vez da la sensación de que con Gómez había tela para cortar.
Los tiempos y las urgencias de otras temporadas que depositaron a Quilmes en una situación de alerta rojo anularon la capacidad de trabajo de un cuerpo técnico que encontró un remendado de 20 jugadores y debió darle en treinta días una entidad al plantel. Eso que se llama equipo, nunca se encontró. Pero ojo, la culpa nunca es del chancho. Una vez el Predicador de Sarandí confesó que los que «renuncian son cobardes». En esa frase se encuentra la génesis de por qué este presente devastador comenzó a forjarse en la cancha de Almagro cuando alguien se contradijo y su omnipotencia nos dejó en medio de un caos del que no podemos salir.
Compramos espejitos de colores por querer hacer la América y en breve, en vez de hacer el cheq in, tendremos que pagar peaje en acceso norte..
Premio Indio Gómez: José Chatruc; Su mejor partido en Quilmes. Hubo que esperarlo 7 meses. Ojalá sea el comienzo de algo importante. Su aporte fue vital tanto en defensa como en ataque.
FEDERICO DOVAL
fededoval@pasioncervecera.com