UNDECIMA FECHA – APERTURA 2006
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Quilmes | 1 | 2 |
Lapus |
![]() |
22 |
Damián Grosso Alfredo C. González Bordon Héctor Vidal Sosa Fernando J. Crosa Alvaro Pereyra José Chatruc Horacio Cardozo Martín A. Romagnoli Sebastián Rusculleda Diego Torres Bustos Montoya |
Carlos G. Bossio |
13 |
Cambios: ST 13′ F. Saavedra X Cardozo, 19′ Di Alessio X Rusculleda y 42′ Soria X Pereyra Gol: PT 1′ Rusculleda (Q), ST 11′ Santiago Hoyos (L), ST 14′ Manicero (L) Arbitro: Federico Beligoy. Estadio: Centenario Campo: Regular Público: 6.500 |
Jugó con los sentimientos
Esto ya no es entendible, escapa por completo a toda búsqueda de racionalidad. Dos puntos logrados por sobre treinta y tres disputados comienza a determinar el cruel y muy factible destino de este equipo dentro de escasos ocho o nueve meses, el descenso. Uno no debe escaparle a la realidad, menos en un comentario, en el cual el hincha busca refugio en una frase, una opinión, o tan solo, leer y coincidir, o leer y discrepar respecto a la triste realidad que atraviesa NUESTRO Quilmes. El plantel de Quilmes y sus allegados tuvieron el descaro de jugar, “boludear” (en criollo) con los sentimientos de miles de hinchas, que nos ilusionamos constantemente de que Quilmes pueda jugar a algo, o ganar un partido, pero apenas logra ventaja, se retrae, regala absolutamente todo, y nos defrauda nuevamente.
Comenzado del partido, ni nos pudimos acomodar las cabalas que la delantera elegida por Pogany (O por la gente…) decretó rápidamente la apertura del marcador. Corrida de Torres por derecha, centro pasado y Rusculleda de cabeza, abriendo así millones de sentimientos encontrados en todos nosotros que lastimosamente morirían con el pasar de los minutos.
Porque Quilmes dejó el CORAZON en ese gol y no lo recuperó más. Retrocedió toda la cancha regalándole a Lanús la pelota, el planteo, el mediocampo y el manejo de los tiempos. Sin muchos sobresaltos y con 11 jugadores colgados del travesaño, Quilmes se fue al descanso. ¿Aplaudido? Se preguntará usted si no se pudo acercar al Centenario. No, en absoluto. La gente reprobaba el juego del cervecero y pedía “huevos”, salir a “terminar” el partido.
La etapa complementaria Lanús le salió al Cervecero mostrando los dientes, en búsqueda del empate. Dicho y hecho, empate del visitante a los 11 minutos, en un centro desde la izquierda que cabeceó solo Hoyos en el medio del área y al cual el arquero Grosso (figura a mi parecer ante Arsenal, hoy muy flojo) no salió a descolgar. Era empate parcial, Quilmes mal parado y Lanús con ganas de más. El cervecero continuaba, en su afán de cuidar el resultado, retrayendo absolutamente todo el juego, que ya de por si era cortado y monótono. Mucho por izquierda abusando de la buena voluntad de Pereira, quien jugó bien. Chatruc ni salió del vestuario, se lo vió dentro del campo de juego en una platea extremadamente preferencial, al lado de los jugadores. Los delanteros completamente desconectados del resto del equipo. (Lógico, si los demás jugaban para atrás constantemente, o a pelotazos sin sentido, que el 90% de las veces tenían como destino, piernas de jugadores del rival).
El visitante necesitó de cinco minutos más para que con otra pelota llovida, nadie la tocara, y Grosso la dejara pasar, colándose por el palo izquierdo del arquero cervecero, y dejando estupefactos a los 6.000 hinchas cerveceros presentes en el estadio. El gol, perpetrado por Manicero a los 16 del segundo tiempo.
No hubo mucho más, centros sin destino, Torres con individualidades por derecha que llegaron a muy poco. Una para Bustos Montoya sobre el final del partido que un defensor de Lanús sacó sobre la linea, y final. Nueva derrota que QUEDO clavada en lo más hondo del pesar cervecero.
En una etapa negra de nuestro Quilmes, en una temporada que ya se la conoce como la segunda peor temporada de la historia (La peor, 1937). EL cervecero sigue sin ganar, sumando así la paupérrima cifra de 16 partidos sin alegría.
CENTENARIO de pasiones, de misterios, de victorias y derrotas. Estadio de corta vida pero gigantesca mística, en donde absolutamente todo el que se digne de llamarse “Hincha de Quilmes” debe sentirse como en su casa, feliz, alegre, orgulloso de ver a su camiseta, sus colores, su pasión.
Hoy el estadio cervecero se desconoció ante la patética actuación de personajes macabros que llenan sus bolsillos y parten rápidamente a otros destinos.
Pero quedó algo allí, en los escalones de la popular, en las sillas de las plateas, algo invisible pero tangible, concreto, tan feroz como al mismo tiempo manso, que llora, grita, salta y se contrae en cánticos albiazules creados desde lo más hondo y sincero de nuestro sentir…hoy en el centenario quedaron 6.000 corazones, que mañana por la mañana serán barridos por los de limpieza y devueltos a cada uno de nosotros para volver a ilusionarnos una vez más con que se puede, con un milagro, con un Quilmes fiero e imprevisible. Porque como bien me dijeron hoy: “En unos días me vuelve a picar el bichito” y si, justamente, en dos o tres días estaremos todos ansiando reencontrarnos con nuestros colores, los que alentamos a más no poder, y aunque hoy por hoy se vivan destiñendo, todos sabemos, cantan azul y blanco. Pero la realidad nos golpea constantemente, en los diarios, revistas, páginas de Internet, televisión, cada vez que nos muestran la tabla de los promedios, o la de posiciones y caemos en la cuenta de que ESE es el porvenir cervecero en estos días. Especulaciones y tristezas, una tras otra.
Pero que de esto se aprenda, y el día de mañana se mejore, para no volver a cometer los mismos errores y conseguir que nuestra blanquita vuelva a brillar de la manera que merece.
El Mejor de Quilmes
Gonzales Bordón; dejó la vida en cada pelota, se convirtió en pilar de la defensa esta tarde, fue rápido, siempre para adelante, y buscando el juego. Marco muy bien y estuvo firme a la hora de presionar al rival.
La Banda
Unas 6.000 personas se hicieron presentes en el Estadio Centenario. Mucho canto, delirio en el gol de Rusculleda, desazón y tristeza infinita finalizado el partido. Cánticos contra la dirigencia y los jugadores. Aplausos a Pereira en el cambio, y a Gonzales Bordón en varias oportunidades. Se dejó bien claro que, sea cual sea la realidad cervecera, LA BANDA ESTA.
Reserva
No hubo
SANTIAGO TOSELLI
stoselli@pasioncervecera.com