Llanto del cielo

DECIMOCUARTA FECHA – APERTURA 2006

Quilmes 2 3

Belgrano

22
13
6
24
26
28
5
14
8
7
11

Damián Grosso
González Bordón
Vidal Sosa
Julio Moreyra
Esteban García
Fernando Saavedra
Martín Romagnoli
Alvaro Pereira
Sebastián Rusculleda
Diego Torres
Bustos Montoya 
   

Germán Montoya
Juan Serrizuela
Franco Peppino
Juan Cáceres
Ricardo Rojas
Jorge Cervecera
Walter Bustos
Mario A. Bolatti
Ezequiel Arriola
Paolo Frangipane
 Mariano Campodónico

22
13
6
24
14
19
5
28
26
7
11

Goles: PT 1′ Bustos Montoya (Q), 3′ Mario Bolatti (B), 30′ Alvaro Pereira e/c (Q), ST 1′ Frangipane, ST 13′ Diego Torres 
Cambios: ST 11′ Di Alessio X González Bordón, 27′ Giménez X García y 42′ Soria por Saavedra
Arbitro: Claudio Martin.
Estadio: Centenario
Campo: Bien
Público: 4.000

Llanto del cielo
Lloró el cielo toda la tarde cuando la realidad cervecera nuevamente se plasmo en la evidencia futbolística deplorable. Mucho huevo, muchas ganas, pero en este deporte hay una sola ecuación matemática “Mas Goles a Favor y Menos Goles en Contra = Triunfo” algo que parece no terminar de entender este plantel. Yo no discuto que esta tarde hubo puntos altos en el cervecero, caso Romagnoli, Torres en algunos aspectos, Bustos Montoya, pero hay que ser realistas, Quilmes mereció ganar, pero volvió a perder, como ya se nos viene haciendo costumbre en este “campeonato”. (6 puntos sobre 42 no es digno de llamarse –campeonato-)

Hoy la tarde quilmeña se empapó de llanto cuando un pibe como García que apenas si hace sus primeras apariciones en primera división tuvo el “toupè” de hacerse el canchero con la pelota, perderla en la mitad de la cancha y regalar otro gol más a los contrarios. (Gomes y Moreyra ya han aportado a la causa también).

El cielo lloró cuando vió la desastrosa labor de la defensa cervecera, a la cual le llegaron…¿cuántas?…¿cinco, seis veces?…y le anotaron tres goles. De la mitad de la cancha en adelante, la historia cambia. Quilmes atacó mucho, marcó diferencia, se mostró dentro de todo preciso, firme y rápido, creó situaciones a lo tonto, pero NADA.

La tarde parecía haberse cerrado, tanto en el aspecto climatológico como en lo que respecta al arco del visitante, excelentemente defendido por su arquero. (Al cual le deben 3 puntos hoy). Sin embargo, varias cosas me quedaron colgando, preguntas sin respuestas.
¿Por qué tanto “miedo” de Torres para encararlo en velocidad a Serrizuela?
¿Porqué siempre la misma maniobra de Rusculleda a la hora del enganche o desequilibrio?
¿Qué significó la entrada de Di Alessio, o la de Gimenez?
Si algo hay que rescatar de esta nefasta tarde es la actitud de los jugadores a la hora de ir a empatar el encuentro, pero continúo con mi concepto
¿Por qué SIEMPRE HAY QUE IR A EMPATAR?
¿No se podrá alguna vez en la vida Quilmes querido ir a buscar el segundo?

Yo no soy jugador profesional ni mucho menos, pero ¿es tan difícil mentalizarse que si no se gana la primera división se acaba? Y no quiero darme por vencido todavía, mantengo esa mínima esperanza de cómo leí en algún post del foro “saber que este equipo que hoy por hoy vemos jugando en Quilmes no es ni por asomo al de Gomes, osea que algo cambió y fue para bien”. Pero merecimientos o no merecimientos, cambios o constantes, aciertos o errores, Quilmes paga con sangre las desinteligencias defensivas, y eso, en nuestra situación, no es admisible. El partido se perdió, así lo marca la historia, la anécdota de habernos empapado, de haber puteado a Serrizuela y así lo marcará también la tabla de posiciones, en donde Quilmes sigue hundiéndose, nosotros seguimos alentando, gastando tiempo, plata, ganas y gargantas, y el cielo quilmeño sigue llorando, abatido, indignado, cansado y herido…y seguirá llorando a escondidas mientras la realidad cervecera continúe hiriendo de muerte el azul y blanco en nuestros corazones.

El Mejor
Romagnoli – Bustos Montoya; Por parte del medio-campista, excelente labor, siempre buscando el juego asociado, convirtiéndose en un ejemplo a seguir en esa zona de la cancha, marcó muy bien y se mostró firme en cada pelota dividida. En caso del delantero, si bien no DESLUMBRÓ, hay que reconocerle que ahí estuvo para abrir el marcador rápidamente, con olfato y seguridad. Tuvo muchísimas oportunidades de gol que no fue él que las desperdició, sino el arquero rival Montoya quien las atajó. (Un arquero “común” se comía varias)

La Banda
Unas 3.500 personas se hicieron presentes en el Estadio Centenario a pesar de la lluvia y el posterior frío. Muchas banderas y familias. Nadie se movió de sus lugares hasta el pitido final. Mucha gente en la popular y en la techada, poca y nada en la preferencial. Se cantó contra Boca (próximo rival) y luego de mucho tiempo se volvió a entonar: “Señores dejo todo, me voy a ver a Quilmes, porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, quieren salir campeón, que lo llevan adentro como lo llevo yo”, cántico casi olvidado en lo que va de este torneo.

La Nota de Color
1 – Las simpáticas puteadas a Campodónico en el pre-calentamiento del visitante en el campo de juego. Cinco o seis hinchas se la agarraron de manera simpática con el delantero rival quien respondió con risas y gestos y siguió el juego, entendiendo perfectamente el folklore del fútbol. Mientras tanto, no fue tan así con Serrizuela, a quien se lo bastardeó de manera constante durante todo el partido y no fueron cinco o seis, sino varias decenas, que se arrimaron al alambrado para hacerle sentir al ex defensor el enojo cervecero para con su persona.
2 – Luego de un tiempo se lo volvió a ver a “Salchicha” en la popular cervecera. Siempre con su carisma, su sonrisa y su buena onda, saludó a todo aquel que se le cruzara por delante y se ubicó en su habitual lugar en la segunda bandeja en donde sufrió junto con todos la derrota cervecera.

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