Más allá de que el hombre es esclavo de sus palabras, está comprobado que en la Argentina, el sentido literal de «palabra», ha caído en un sentido, en un terreno inescrupuloso, poco verosímil. Pero aquí aparece Alberto Fanessi con sus «más de nueve refuerzos no van a llegar». ¿Creemos? No sé si ésta es la
cuestión a la que se debe apuntar; serán 11, 10. ¿Quién lo sabe? Caso contrario, que se arroje la primera piedra. Yo no creo, pero no lo vaticino desde el terreno de la negatividad, no tiene sentido. No puedo modificar esa estructura. Tampoco debemos apelar al capricho. Ahora, ¿por qué ponemos
énfasis en la cuestión en este momento, no? ¿Por qué no antes? Difícil respuesta. Que sean los que tengan que ser, pero que sean para jugar. Para relleno están las empanadas (recomiendo las de Capitán Aceituna). Y por qué no serán nueve. Porque la base se desmoronó. Porque el entrenador creyó en su jugador idílico: Pablo Batalla. Con el prestidigitador más importante de los últimos años con la del Cervecero, jugando en. todos saben donde jugará el próximo año, Fanessi apelará al Plan A, B, X y la concatenación de letras. Y no serán nueve, pero que si son 15, que sean 11 titulares y cuatro suplentes de los que te generan dudas de las lindas. Y si son 10, que el banco sea con lo mejor de nuestro potrero de Alsina y Lora. Porque Fanessi
acertó con la llegada de Marcelo Pontiroli, clave para todo. La experiencia a veces no es un peine que te da la vida cuando te quedás pelado. Y se confía en Héctor Vidal Sosa, en un Gorostegui de pedigree velezano, creado a la usanza de Fanessi, en su paso por las inferiores fortineras. Y habrá que ponerle plenos a la consagración del chileno Saavedra. Quedó la imagen de que con un poco más de pista, puede andar. Y el medio va recontra aceitado con García y Medina. Y además hay otro García que puede enseñar el camino
con rodaje y anuencia del entrenador: Diego. Que no se la crean, eso esperamos. Schmith es un interrogante por la banda izquierda, aunque con gran técnica dicen en las tierras del ex gobernador y presidente. En este caso también, todos saben de donde proviene. Ya está el enlace para el moño,
para la jugada asociada, para el entregue manso y redondo: Adrián Giampietri Se esfuerza la Maquina. Esperamos que no lo sobrevuelen fantasmas de tener que hacer cinco firuletes en una baldosa. Que sea él, el desfachatado, el vertical con la redonda en la diestra. Adrián no debe pensar en aquellos que
tienen la puteada ahí nomás de la boca. Que se las cierre. Arriba, la artilleria está preparada para dejar groguis a las defensas rivales: Diego Ceballos, Pajaro Marclay, Germán Alemanno. Una tribu de buenos
contribuyentes al gol y a los desbordes. Deberá haber una conjunción de ambas cosas como para tratar de sellar un pacto eterno con el gol. Carencias de Quilmes en Primera. Y quizá se esté afrontando un terreno ríspido en estos días, donde a veces se piensa que falta, falta, falta y después, con el diario del lunes, uno cae en la certeza de que sobran por todos lados.
Entonces caerán como cataratas las primeras quejas. Obvio, si los resultados no acompañan. Sino, todo será un paradisíaco arco iris, en los cuales ni los Zinho ni los Pavón, nos colmarán la paciencia. Y no gastemos chimangos en contar del uno al diez. Sí pidamos a gritos, pista para los chicos, para que
no suframos aterrizajes forzosos. Más en épocas en la que Nilda Garré no encuentra radares.
Comienza un nuevo camino, quizá una etapa en la cual apelamos a que las estrellas que hacen de Quilmes su banquete, se queden con sus migajas a cuestas, padeciendo hambre. Y está claro, para aquellos pasquines a los cuales les gusta que seámos los glamorosos de la B, que Fanessi puede ser la piedra filosofal de una nueva armada. Y esperamos no chocar con soluciones instantáneas que acerquen votos. Que esto que se viene sea con la materia gris aceitada, con la convicción de que no hay que apelar a cheques voladores y supuestas hipotecas para derrochar el mejor Don Perignon.
Volvimos a la B, todavía no lo entiendo. Bah, todavía no CAI…
Fede Doval