Un triunfo y poco más

Contrario a las hipótesis que podían trazarse antes del comienzo, fue Rafaela el que tomó la iniciativa ante un conjunto local impreciso en los pases y un tanto descompensado en la marca. Si bien los avances del equipo santafesino carecían de profundidad, el mediocampo de Quilmes hizo agua durante los primeros minutos y el trámite del encuentro resultaba adverso. A partir de que los volantes cerveceros volvieron a tomar contacto con la pelota, el trámite se equilibró y las acciones se mudaron a tierra de nadie. El encuentro pasó a ser decididamente aburrido.

El encargado de llevar la bandera del juego ofensivo en Quilmes fue siempre Giampietri, quien mostraba su capacidad en el pase pero no contaba con la colaboración de sus compañeros. A Olivares le costaba mucho asociarse con el enganche desde el sector derecho y Gorostegui pasaba estaba más avocado a la marca que a la proyección. Ante este panorama, la pelota no llegaba limpia a Ceballos ni a Alemanno. El ex Rosario Central terminaría redondeando una de sus actuaciones más flojas desde que llegó al equipo.

Pasada la mitad del primer tiempo, Quilmes finalmente se despertó y acorraló a los de Juan Amador Sánchez contra su propio arco. Las acciones de ataque no eran deslumbrantes, pero mediante la presión ejercida por Musto y Medina desde el centro del campo, sumada a las apariciones de Olivares y Giampietri, el Cervecero se encontró varios minutos jugando bien cerca de Pezzuti. Tras un centro desde la izquierda, tal como había sucedido ante Belgrano, Diego Ceballos apareció para mandar la pelota a la red con un preciso cabezazo. Iba media hora de juego y Quilmes encontraba la diferencia que tanto había buscado.

Con la tranquilidad generada por el adelantamiento en el marcador, la seguidilla de ataques sobre el arco visitante no se detuvo. Fueron varias posibilidades las que tuvo en equipo de Fanesi para comenzar a sentenciar el partido, pero todas se diluyeron en la incapacidad para definir. El primer tiempo se moría. Quilmes se iba conforme por haberse puesto en ventaja, aunque ya lamentaba las situaciones de gol perdidas.

La primera mitad del partido había sido mala y la sensación general en el estadio era que la segunda debía ser mejor inevitablemente. Este análisis se fue por la borda en apenas unos minutos, porque las imprecisiones siguieron ganando terreno y ambos equipos se desdibujaron aún más. Rafaela se adelantaba tímidamente buscando el empate, pero no tenía ni siquiera una pizca de solvencia como para inquietar a Pontiroli. Quilmes seguía fallando en los pases y los delanteros parecían no existir porque sólo entraban en juego esporádicamente. Así se fue pasando el tiempo.

Animado por la tangible posibilidad de lograr la igualdad en los últimos instantes, Rafaela siguió adelantándose y cometiendo los mismos errores que a lo largo de toda la tarde. Giampietri se volvió más intermitente y sólo en algunos pasajes pudo generar cierto riesgo sobre el arco de Pezzuti. El Cervecero pudo haber marcado el segundo tanto en algunas de sus aproximaciones, aunque la falta de constancia en los ataques impidió generar una presión fuerte sobre el rival. El pitazo final decretó la despedida del 2007 para el Centenario. La gente sabe que no fue la mejor tarde del equipo, pero despedir un año tan traumático con una victoria y la vuelta —por ahora momentánea— a la punta del torneo terminó siendo un buen motivo para dibujar miles de sonrisas.

Algunos números

Gorostegui llegó a las 5 amarillas y no podrá estar ante Unión. Hasta este momento era el único —junto a Pontiroli— que jugó todos los partidos.

Ceballos marcó su gol número 5 en el torneo y es el máximo artillero del equipo. Sus 1.120 minutos en cancha le dan un promedio de un tanto cada 230 minutos.

Giampietri jugó por primera vez los 90 minutos desde su vuelta. Acumula 390 desde el inicio del torneo, habiendo sido titular dos veces y entrando desde el banco en 9 ocasiones.

Ariel Caparelli