Complicado y Aturdido

VIGECIMOTERCERA FECHA – NACIONAL B 2007/2008

Quilmes 1 1

Platense

  Marcelo Pontiroli
Alfredo González Bordón
Walter García
Héctor Sosa
Diego Sequeira
Damián Musto
Richard Pellejero
Raúl Gorostegui
Pablo Batalla
Germán Alemanno
Diego Ceballos
   

Marcos Forgiarini
Gonzalo Torres
José Luís Barreal
Guillermo Báez
Federico López
Jorge Álvarez
Nicolás Torres
Pablo González
Martín Madrid
Santiago Frean
Lucas Concistre

 
Goles:PT: 20m, Sosa (Q), 46m, Baez (penal) (P)
Amonestados:García, Sosa y Ceballos (Q); Lopez, Baez, Barreal, Frean y Giacopuzzi (P).
Cambios:ST: 13m Olivares X Gorostegui (Q), 15m Rodriguez X Alemanno (Q), 21m Gomez X Gonzalez (P), 26m Beraldi X Baez (P), 27m Giampietri X Sequeira (Q) y 33m Giacopuzzi X Frean (P).
Arbitro:Mauro Giannini
Cancha:Estadio Centenario


Impreciso y carente de ideas, Quilmes no pudo superar a Platense y vio terminada su racha positiva jugando en el Centenario. Fue empate en uno con sabor a derrota para el Cervecero, que se puso en ventaja a través de un cabezazo de Vidal Sosa. El mismo paraguayo cometió un penal que derivó en la igualdad definitiva.

Los problemas institucionales por los que atraviesa Platense parecían el aliado perfecto para esta noche de jueves. El Decano del Fútbol Argentino tenía enfrente a un rival caído anímicamente por los malos resultados y golpeado por la reciente salida de su técnico. Sacar provecho de todas estas dificultades era el objetivo de los de Fanesi. No obstante, Quilmes empezó el partido absolutamente perdido. La pelota era patrimonio exclusivo del visitante, mientras el mediocampo Cervecero no encontraba la manera de controlar el vértigo provocado por Madrid y Frean. Fue el peor inicio del equipo jugando como local a lo largo de todo el torneo.

Después de unos cuantos minutos con el Calamar dominando las acciones a su antojo, el Cervecero se despertó. Musto y Pellejero se afianzaron en su rol de recuperadores, Batalla se puso el traje de conductor y Alemmano empezó a conectarse con sus compañeros. Así llegarían las primeras situaciones de riesgo para el arco defendido por el joven Forgiarini. A los 20 minutos, de un tiro de esquina jugado corto para el centro de Gorostegui llegó el primer grito del encuentro. Vidal Sosa se anticipó a su marcador y conectó un impecable cabezazo para llevar tranquilidad a los hinchas.

Recién con el resultado en su favor Quilmes empezó a desplegar su mejor repertorio. Así aparecieron en escena las corridas de Sequeira, los precisos toques de Batalla y el buen funcionamiento general. No parecía que la resistencia del Calamar pudiera durar mucho más. El conjunto visitante se veía agobiado y superado en todas las líneas. Pese a disponer de varias posibilidades claras para ampliar la diferencia, la primera etapa se iba terminando. Y como se dice en el fútbol, los goles que no se hacen se ven hacer. En tiempo cumplido, una clara infracción dentro del área le dio a Platense un penal inesperado, ya que hacía casi media hora que no cruzaba la mitad de la cancha. El mismo autor del gol local, Vidal Sosa, cerró la noche con una de cal y otra de arena. Muy cerca estuvo Pontiroli de detener el disparo de Báez, pero la pelota se coló en la red y el empate ya estaba decretado.

Habiendo asimilado el golpe sufrido en el final del primer tiempo, Quilmes salió del vestuario dispuesto a marcar la diferencia. Sin dejar espacios para los intentos aislados del rival, los de Fanesi comenzaron a acercarse al arco de Forgiarini, quien lentamente se iba convirtiendo en figura. Con el ingreso de Olivares, el equipo ganó en verticalidad, profundidad y rapidez. El juvenil causó serios problemas en la defensa visitante, aunque le faltó que alguien le aporte el toque final.

Los minutos se consumían y la impaciencia crecía. El Cervecero intentaba por todos los medios, pero no sabía como penetrar una defensa conformada por casi todos los hombres del rival. Ya con Giampietri en cancha, la actitud del equipo era netamente ofensiva, pero la falta de definición era lo que sostenía a Platense con vida. Cada vez más desprolijo y preocupado por un resultado que no le cerraba, Quilmes se abalanzó sobre el arco del Calamar con lo que encontró a mano. Perdiéndose cada vez más en su propia ansiedad, el conjunto de Fanesi estuvo muy cerca de ganarlo en varias ocasiones, pero siempre terminó sin saber cómo definir.

Quilmes perdió dos puntos importantísimos ante un rival diezmado e irregular. No caben demasiados análisis posteriores a este rendimiento. No se jugó como se debía y se dejaron valiosas unidades en el camino, que podrían lamentarse en el futuro. Se repitió una historia que parecía haberse alejado: la de un equipo que no se puso firme jugando como local. Ahora es tiempo de pensar en la recuperación y de hilvanar una racha que ponga al Cervecero bien arriba, cueste lo que cueste.
Ariel Caparelli

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