Carta a los jugadores (de los hinchas)

Cuando elegimos los convites de la Play Station, elegimos jugar con Quilmes, claro. Soñando con que Vidal Sosa lo anule a Sir Tevez, o que Olivares deje pagando a Puyol y su melena de Tarzán, a la espera también de que los volantes anulen los intentos del potente remate de Adriano. Nuestro documento reza que antes que argentinos, hemos nacido en Quilmes. Está omnipresente en nuestras horas: en los café, en los kioscos, en el puesto de diarios… Es una constante a pesar de esta realidad magra que nos aleja de todo intento de disfrute. Culpa exclusiva de ustedes, los que nos hicieron creer que en 19 fechas el ascenso estaba consumado y en un puñado inferior tiraron todo a la mierda. No buscaron la gloria, no sabemos si la quieren, pero lejos están de lograrla bajo esta sintonía. Solo ustedes y ese vestuario guardan bajo un par de llaves el secreto de esta mierda, pero serán ustedes los dueños de la mediocridad. Porque es mediocridad muchachos. No querer el ascenso es un ataque a la ilusión de ustedes, de nosotros, de todos… Se comieron un técnico, bajo esta forma de juego, van por el segundo. ¿Después de junio que? Será un abuso de justicia que alguno juegue en un equipo de Primera División teniendo en cuenta la performance demostrada. ¿Por qué escribimos esto ahora? Porque lo mismo les ocurrió a los Desábato, Alayes, Braña, Benítez, Elizaga, Saavedra, Gerlo y alguno mas que se escapa. Revirtieron ese presente de tiniebla por un futuro glorioso. Vaya que lo lograron… Por convicción y osadía, simplemente.

“Un 12 de marzo de 1911, debutó en el Club Nacional de Football de Uruguay Abdón Porte, mediocampista defensivo. Con el paso del tiempo, Porte se ganó el apodo de El Indio en El Tricolor, gracias a su manera sin igual de dejar todo en la cancha, pareciéndose más a un luchador que a un jugador, cosa que lo terminó convirtiendo en el referente máximo del conjunto y capitán indiscutido del mismo. A principios de 1918, cuando El Indio ya tenía 38 años, en miras a la temporada que estaba por comenzar, la Comisión Directiva de Nacional decidió sacarlo del equipo titular porque consideraban que ya no rendía lo que de él esperaban y lo reemplazaron por Alfredo Zibecchi, cosa que Porte no logró aceptar y que marcó el inicio de su fin. El 4 de marzo de ese año, El Tricolor jugó contra Charley y le ganó 3 a 1, en un partido en el que, más allá de lo decidido, El Indio jugó de entrada. Por la noche, como era costumbre, jugadores y dirigentes se reunieron en el club para festejar el triunfo. Y, ya entrada la madrugada de ese 5 de marzo, Porte se dirigió solo y sin que nadie lo advirtiera hacia el centro de la cancha, agarró el revólver que llevaba consigo, se apuntó al corazón y disparó. Tenía 38 años y su cuerpo sin vida fue encontrado por el perro del canchero del club, Severino Castillo”.

Sin tomar una decisión tan trágica como la de Porte pero con los códigos y valores por la camiseta que éste manejaba, la situación sería otra. No sabemos qué hacer, queremos una respuesta en la cancha y que encuentren las respuestas en el vestuario por esta pálida realidad. Depende todo de ustedes, nosotros solo podemos seguir alentando desde nuestro lugar. O los pocos que quedamos porque con la displicencia que han mostrado en esta segunda parte del torneo han alejado hasta a los hinchas de nuestras tribunas. Ustedes se irán, nosotros seguiremos, a la espera de que la gloria nos una, así como también deseamos que estas letras no deban utilizarse jamás.

Los hinchas, con un dolor en el alma inconmensurable…

Comments are closed.