Así no va

VIDEO DE LA NADA…

La ilusión del hincha, cuando el equipo sale a la cancha, se renueva pensando en que el resultado va a acompañar, sin importar la atmósfera que rodea. Evidentemente, esas ganas que se contagian desde el exterior, besan la lona cuando chocan con las pretensiones de Alberto Pascutti y su honorable cuerpo técnico. Resulta enervante para cualquier simpatizante del Quilmes Atlético Club ver como se sale a especular desde el primer minuto para sostener una estructura que no sirve para nada (empate). El único resultado posible era el triunfo, pero fiel a la línea que se baja desde arriba, se jugó en consecuencia y se cosechó un punto para seguir estirando la agonía.

Como siempre en el fútbol, los directores técnicos marcan la postura que pretenden para sus equipos. En Florencio Varela, la propuesta de Pascutti era muy clara: con un esquema extremadamente conservador, había que aguantar en el medio y tirar pelotazos para los faros de adelante. Difícil misión para un equipo con escasas variantes ofensivas y con jugadores abocados a la destrucción antes que a la construcción. Dentro de este contexto, si hubiese existido la posibilidad, se firmaba el empate antes de salir a la cancha. Demasiado amarrete para tratarse de un club grande como Quilmes, al cual están conduciendo hacia una mediocridad terminal.

Defensa y Justicia siempre es un rival incómodo dentro del campo y fuera de el; El Halcón se hace fuerte en casa, llegando con dos triunfos al hilo en esa condición. Por otra parte, las instalaciones del Norberto Tomaghello (una cancha de Primera C) conspiraron contra el desarrollo normal de las tareas periodísticas. Quilmes, con tres derrotas consecutivas jugando como visitante, apenas ganó dos veces en ese recinto.

Para afrontar el duro compromiso que se avecinaba, Pascutti metió a Andrés Manzanares (sí, después de 17 fechas sin jugar como titular) como lateral derecho, corrió a Sebastián Luna como volante por ese sector e improvisó con Roberto Bonet acompañando a Ricardo Aparicio en el doble cinco. Un sistema 4-4-2 en el cual toda la responsabilidad para crear pasaba por la zurda de Nilo Carretero, a quien le costó jugar con esa mochila. Roberto Saporitti, orientador local, optó por un esquema más audaz y salió con un claro 4-3-1-2.

El clima, en las tribunas, invitaba a un buen espectáculo. La parcialidad local tomó el partido como un verdadero clásico y, aunque claramente están a años luz de Quilmes, llevaron un buen número de seguidores, aunque todo el cotillón utilizado en la previa contrastó con el poco aliento a lo largo del partido. A su favor, el partido brindó poco y nada.

En el comienzo, Defensa salió decidido a ganar el medio y Quilmes, tal como se imaginaba, fue desprolijo y le cedió territorio al rival para que domine con total comodidad. Los volantes locales empezaron a ganar por los costados y Fernando Lorefice, beneficiado por la ausencia de enganche, manejó el balón con criterio. El ex Independiente se conectó muy bien con David Vega, quien complicó a Luna jugando a sus espaldas. Federico Barrionuevo, generador de juego, nunca pudo adueñarse de la pelota y eso produjo que las opciones de gol sean mínimas. Por el lado Cervecero, algunas llegadas al fondo del mediocampista derecho y después, lo mismo de siempre: pelotazos desde todos lados para intentar llegar a Reggi y a Morales, que estuvieron aislados en todo momento.

Carretero se mostró muy impreciso a la hora de conducir y Bonet, en una función desconocida, aportó velocidad y muchas pelotas regaladas. El partido, que tuvo vértigo en los primeros diez minutos, entró en una escalera descendente y los arqueros, espectadores de lujo, pasaron totalmente inadvertidos. Lo único rescatable fue un tiro libre desde la puerta del área que Gustavo Reggi, con una ejecución tragicómica, se encargó de desperdiciar. El primer tiempo fue interrumpido constantemente y los médicos de ambos equipos debieron ingresar al campo en reiteradas oportunidades para atender a distintos jugadores. Cristian Faraoni, árbitro del encuentro, se apiadó de los espectadores y concluyó una etapa paupérrima, sin llegadas ni peligro.

En la cabeza de Pascutti las cuentas cerraban a la perfección, pero desde todos lados se veía que a Quilmes le faltaba claridad en la mitad para poder abastecer a dos nueves que de ninguna manera pueden jugar juntos. Por momentos la ordinariez se adueñó del equipo y era necesario, sin dudas, el ingreso de García u Olivares para darle más verticalidad a las acciones. Sobre el final, el DT mandó a mover al pibe nacido en Wilde, pero….

El que saltó al campo fue Diego García, que reemplazó, de entrada, a Gustavo Reggi, quien sufrió una supuesta distensión muscular. Defensa y Justicia, que ya había metido un cambio por la lesión de Mariano Sabadía (entró Pablo Bueno), volvió con los mismos once que terminaron. Por suerte para Quilmes y para el partido, el ingreso del delantero entrerriano le dio al equipo todo lo que venía faltando. El Gurí se ubicó, como de costumbre, bien abierto por los costados. De sus pies nacieron las pocas llegadas del Cervecero: con una linda maniobra sobre la izquierda, metió un centro al corazón del área para que Juan José Morales, tirándose de palomita, conecte de cabeza y reviente el poste derecho de Guillermo Hernando. Luego, García recibió un gran pase de Aparicio y, al recibir, adelantó demasiado la pelota y no logró definir. Otro que se animó fue Luna, quien sacó un remate bajo que se fue apenas afuera. El elenco de Saporitti perdió la pelota y únicamente pudo llegar a través de una resolución errónea de Adrián Aranda.

El reloj caminaba y el partido, más allá de algunas intenciones, seguía siendo aburrido. Nadie arriesgaba, nadie tomaba la posta y Quilmes, siendo algo superior, empezó a bajar la cortina gracias a cambios defensivos que partieron desde el banco de suplentes. Después de un tiro de esquina, Ramiro Fassi, totalmente solo, cabeceó mal y perdió una chance inmejorable. En la segunda jugada, Roberto Tucker volvió a volcarla al área pero nadie llegó a concretar. Era claro, si se apretaba más, la victoria no era imposible, pero nuevamente el miedo invadió. Marcelo Guzmán ingresó por Roberto Bonet (nuevamente se fue en deuda) cuando restaban once por jugar; egresó un “volante de salida” para dejarle el lugar a uno netamente contenedor. Ya sin ganas de ir por los tres puntos, todo se encaminó para el lado de los conformistas. Faltando un minuto, Juan Olivares entró por Morales, en un cambio para perder tiempo.

Faraoni, de buen trabajo, le dio salida al encuentro. Desde el banco de Quilmes se vieron abrazos y alegría por la unidad obtenida. Los de Varela también se fueron conformes.

El gusto de la Cerveza, para los verdaderos hinchas, es amargo en todo su esplendor. La disconformidad, por la postura del equipo y por los cambios, es mayúscula. Lamentablemente éste Quilmes juega a lo Pascutti y eso lleva a soportar las pobres producciones de todos los partidos, sin identidad….sin nada. Como lo comenté en fechas anteriores, el final de la novela está escrito. Sin un conductor SEGURO Y FIRME es imposible llegar a Primera División. Quilmes no sabe a lo que juega, los futbolistas no entienden lo que pide Pascutti y éste, con 25 fechas en el lomo, no encontró ni el esquema ni los nombres. Panorama negro mientras ciertos personajes continúen. Mientras, nosotros sufrimos y el Cervecero da pena siempre que pisa una cancha.

DEFENSA Y JUSTICIA (0): Guillermo Hernando; Emiliano Ciucci, Fernando Alloco, Silvio Duarte y Facundo Fernández; Darío Zárate, Fernando Lorefice y David Vega; Federico Barrionuevo; Mariano Sabadía y Adrián Aranda. DT: Roberto Saporiti. SUPLENTES: Diego Carranza; Claudio Greco, Miguel Monay y Gerardo Solana.

QUILMES (0): Marcelo Pontiroli; Andrés Manzanares, Roberto Tucker, Ramiro Fassi y Mauricio Almada; Sebastián Luna, Ricardo Aparicio, Roberto Bonet y Nilo Carretero; Juan José Morales y Gustavo Reggi. DT: Alberto Pascutti. SUPLENTES: Matías Giordano; Juan Manuel Herbella, Enzo Kalinski y Antonio Piergüidi.

CAMBIOS: 44m Pablo Bueno por Sabadía (DJ); Entretiempo Diego García por Reggi (Q); 71m Emiliano Romero por Barrionuevo (DJ); 79m Marcelo Guzmán por Bonet (Q); 80m Domingo Zalazar por Aranda (DJ) y 89m Juan Olivares por Morales (Q).

AMONESTADOS: Bueno (DJ); Manzanares, Luna y Guzmán (Q).

ARBITRO: Cristian Faraoni.
ASISTENTES: Carlos Borgarello y Alejandro Mazza.
CANCHA: Defensa y Justicia.

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