Pasó tiempo desde mi última visión a un equipo cervecero. Ese instinto del ser humano, de protegerse, de supervivencia ante las cosas que lo dañan, hizo que me quedara en el garaje de mi amigo Arturo, cada vez que jugaba el equipo, ya que ahora tengo salidas ambulatorias de lo del Dr. Quilibrio.
Mi mama, Nelson, el Nono y los demás, me llevaban dopado hasta lo de Arturo, me metían en el garaje, para lo que corrían una Siambretta desvencijada con olor a pis de gato, unos colchones sucios con un aroma medio sospechoso a revista porno y tarde de nubarrones de mano ocupada y tapiaban todas las puertas y las ventanas con maderas viejas que clavaban a los marcos, para que yo no pudiera escaparme a ver el partido, por lo mal que me hacia.
Me cortaban la luz, se llevaban la tele blanco y negro que mi amigo tenía para sus momentos de “elevación” como el los llamaba, pero que realmente lo usaba para ver a Tinelli y a la Canosa a solas y con tranquilidad, y durante 2 o 3 horas, quedaba bajo el efecto de la mesobatodona (Grande Quilibrio) pasando por las fantasías oníricas más inverosímiles, mientras en algún lado, el cervecero jugaba su fecha.
Tuve cada sueño estas semanas. ¿Vieron que generalmente los sueños uno se los olvida?
Bueno, yo tengo grabada una final contra el Barsa, con Messí y todo, del otro lado, al que le ganábamos (sufriendo eso sí, en definitiva somos Quilmes aún en sueños) en tiempo suplementario 4 a 3 luego de ir 3 a 0 abajo, con uno menos y con un penal sobre la hora, la final de la Champions. No me pregunten porqué jugamos la copa esa en mi sueño, ni menos porqué esa final se jugo en el viaducto de Sarandi (Local el Barsa) y todos los de Arsenal (eran 43) nos hinchaban en contra. Dentro de las incongruencias de los sueños, este, que transcurría en nuestros días, tenía la particularidad de que en nuestro equipo, jugaba el Indio.
Digo particularidad, porque en 2009, en mi sueño, el Indio era como cuando jugaba, tenia unos 22 o 23 años.
¡¡¡¡Y como la movía!!!!
A él le hicieron el penal, que pateó Bertolotti a los 134 minutos del partido (90 + 30 del suplementario más el descuento). El referí era Castrilli. Uno de los lineman era Cobos. El otro, no sé porqué, Luis Aguilé. Bertolotti apareció en mi sueño, pateó el penal y desapareció.
El 9 del equipo, era Sergio Elio Fortunato. El 8 el boliviano Edwin Romero, el arquero Palacios, todos iban para adelante, todos la tocaban, pero al 7 no se la daban, hasta que en mi nebulosa de sueños: el Indio le grito a Touriño “A ese no, no se la des,”. “¿A quien?” “A ese, el 7, se llama Esteban García. No se la des… no sabe.”.
Para completarla, en mi sueño después lo echaron por pegarle una patada de atrás y darle un cheque sin fondos a Henry. Tengo la imagen de Esteban, saliendo de la cancha con esa carita de asustado que tenía cuando estaba acá… Se ve que ni en sueños me la puedo olvidar.
El DT de la contra era Pascutti. Sí, parece que había podido llegar a dirigir al Barsa, merced a unos incendios que asolaron Cataluña, y gracias a que un iluminado que nunca falta, dijo una de esas frases celebres: “el humo se combate con más humo”. Ahí nomás lo llamaron. En el sueño, hablaba, hacía gestos, llamó por teléfono otra vez pero se lo desconectaron por una deuda y hablaba por señas.
Me puso contento que le ganáramos, y que en mi sueño ya no fuera mas nuestro DT. Me quedo la sensación que nos cago, y aunque sea en sueños, que le ganemos me hace bien. Más porque los ayudantes de campo eran Pogany y Mario Gómez.
Termina el sueño, me despabilo un poco y miro la hora. Falta casi una hora para que empiece el partido. Siento cosquilleo, adicción, ganas de rajarme. Me relajo. Voy dormitándome, hasta las 6 o 7 más o menos, que es cuando ya seguro terminó el partido y cierro los ojos esperando otro sueño. Cuando estoy casi dormido, escucho: PPPPSSSSSSSSSSSSSSSST!! EH Lio!!!!
Miré para todos lados, ya despierto para ver quien me llamaba, y no vi a nadie. Me acosté de nuevo, y otra vez:.
!!!PPPPSSST ¡¡¡¡Acá!!!!¡¡¡¡ Nabo!!!!!
Y vi sobre mi hombro, un diablito de unos 20 cm. de alto con cuernitos en la frente, un tridente y cola como de diablo, pero vestido con la camiseta del cervecero y envuelto en una bandera azul y blanca.
¡¡¡¡¡Dale Lio, vamos para la cancha, dale!!!!!.
No, le dije. ¡¡¡No puedo, me hace mal!!!.
Dale pelotudo, a todos nos hace mal, con lo que juegan estos, le hace bien a un masoquista nada más, pero somos o no somos cerveceros eh!!!!!
Dudé un poquito, y sobre mi otro hombro, escuché: NOOOO, NOOOOO. ¡¡¡¡NO y NO!!!!!
Había un angelito, con alitas en la espalda, medio suspendido en el aire, con un arpa chiquitita, y un circulito brillante sobre su cabeza, con la azul alternativa, que parpadeando casi angelicalmente, me dijo: ni se te ocurrirá ir, no?????? Mientras tiraba serpentinas azules y blancas de unos 3 a 4 metros de largo para todos lados y me hacía no con los dedos.
Y… pse. No sé… dije yo encogiendo un poco los hombritos.
No Lio, esta mal. Ya prometiste no ir, y eso sería fallarle a los que te quieren, a los que te cuidan, al Dr. Quilibrio que es un santo.
Es un forro, dijo el diablito. Te pastillea para que no jodas, gil. Y te usa para sacarle plata a los otros hinchas de Quilmes, ya son 105 los cerveceros internados en la clínica de él, gracias a vos.
106 dijo el angelito, hoy entro uno que lo llevaron entre 4, un hombre mayor, en estado casi cataléptico, rojo de presión y sólo sabía decir “…me tienen los huevos al plato…” “ me tienen los huevos al plato….”, estaba como loco.
Y los demás, tu vieja, tu abuelo, el putito ese de tu padrino, el otario de tu tío, te traen acá para poder ir a la cancha mas tranqui. Dale, vamos a hacer quilombo, total futbol no vamos a ver. Rompamos algunas cosas, gritamos un poco, hacemos alguna transa y volvemos, negociamos algún pendejo y volvemo….
Los miré a los 2, uno aleteando frágilmente, el otro con cara de enano maldito y me asustaron. Empezaron a discutir entre ellos, medio que casi se agarran.
¡Basta! Les dije.
Voy a la cancha, pero ni a hacer quilombo, ni a enfermarme.
Juega mi equipo y lo quiero ver. Es un sentimiento, en las buenas y en las malas.
Los deje a los 2 con cara de sorpresa. Me raje para Ferro, después de romper unas maderas y saltar por una ventana.
Le afané un poncho medio rojo, blanco y negro a un boliviano que vendía CD truchos en Rivadavia y Rosa, cerca de la estacion Caballito, y me mande con la hinchada de los de Chacarita. Entre desapercibido con ellos.
Una vez dentro de la cancha, ubiqué a los de mi familia, que me miraron con la misma cara que los de la película “Los muertos vivos” miran a los zombis cuando se les acercan.
Tranquilos, les dije. Estoy bien, y no voy a hacer ningún quilombo.
¿¿¿Aunque no juegue Kalinsky??? Me dijo Nelson.
Si, quedate tranquilo.
Miré todo como para ubicarme, lo miré al Nono, y le dije:
Qué flaco esta Pascutti, se ve que no la pasa nada bien eh????
Y hasta se encaneció de golpe, pobre gil, ¿esto te lo hace solo Quilmes no?. Qué lo parió…
El Nono, René, Silvano y Nelson se miraron. Esa mirada cómplice que yo ya conocía, apareció de nuevo.
Ahora que ¿¿¿¿??? ¿¿¿¿Qué pasa????? Díganmelo despacio.
Lio, no es Pascutti. Se fue.
¿¿¿¿En serio???? IUPPPIIIIII.!!!!!!!!!!!! Mi sueño se hace realidad….
Lo rajaron, se fue, dimitió, lo que sea, bárbaro. ¡¡¡¡¡Empezamos a estar bien!!!!! Todo puede empezar a mejorar. Seguro vienen los de Inferiores, hacemos un proyecto dándoles continuidad, los apoyamos, apoyamos a quienes los dirigen.
Un momento…
¿¿¿¿¿Y este entonces quien es??????
Se volvieron a mirar entre ellos, nadie largaba prenda.
-Íntimamente, le veía cara conocida, pero algo adentro mío, se resistía a decirlo.
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Este quién es????????????????
¿¿¿¿¿QUIÉN EEEEEESSSSSS?????? Diganmelooooooooooooooooo…………
Es el Chaucha Bianco, Lio.
Me atendieron bien en la enfermería de Ferro.
Igual yo llevo siempre mi medicamento, y una copia completa de la historia clínica -me lo recomendó Quilibrio-, por el tema de la superposición de remedios que puede llevar a una intoxicación severa.
El medico de guardia dijo:
Está compensado, pero fue muy peligroso que viniera. Por suerte se desmayo en cuanto empezó el partido.
Si dura un poco más, y veía, la formación con todos los troncos esos que estaban antes con Pascutti, a Pontiroli y a Tucker en el primer gol, a todos con pocas ganas, el planteo del técnico este, no se, no creo que hubiera salido de su estado, y estaríamos lamentando una tragedia.
Me dieron otra dosis de calmantes y debo haber soñado que estaba en una corrida de toros, porque escuchaba Ole, Ole, Ole, y en mi sueño, el toro era a veces Pontiroli, otras éramos nosotros los hinchas, y el torero los dirigentes, y no les digo donde nos metían la espada, porque me hace mal…
Ahí me desperté.
Ya termino pibe, podes ir a tu casa, me dijo el medico. Estas bien medicado eh!!!! Cuidate, no vayas a la cancha a ver a esos muertos….No te tenés que hacer problema.
Le di las gracias pero me extraño tanta amabilidad, y unos ojos llenos de lagrimas, una cara curtida, muchas batallas… ahí había algo mas.
¿¿De qué cuadro es?? Le dije. Deja, el fútbol ya pasó para mi, dijo, y se dio vuelta rápido.
Tan rápido que se le levantó un poco el delantal, y abajo tenía una Envion verde medio raída por el tiempo, con la 10 estampada.
Con vos emocionada me dijo: No pierdas el sentimiento pibe, peleá, peleala hasta el final, chau. Y se fue cantando. Le escuche algo de “Alma los blancos. Arriba….”
Menos mal que tenía un palmaltoque forte aplicado, sino creo que tantas sensaciones, me volteaban definitivamente.
Era mucho para un día.
Volví a lo de Gervasio, no hable con nadie, me metí en el garaje, agarre una de las revistas – era una Paparazzi vieja, medio pegajosa vaya uno a saber, o mejor no, de que- con Soledad Silveyra en la tapa mostrando el ombligo, y diciendo “nunca quiero estar sola…” una coca, unas galletitas húmedas, no humedecidas que no es lo mismo, volví a poner todas las maderas tapiando las puertas y ventanas, cerré con llave desde adentro, tire la llave en el inodoro, y cuando mi vieja, que volvió con el enterito hecho pelota porque se cago a trompadas con la barra brava de Chacarita, me dijo que saliera, le conteste:
Ni en pedo. Me quedo acá hasta que esto cambie.
Hago huelga de hambre a partir de ahora, por un que se vayan todos, el club mejore, y se lo administre correctamente”. Avisale a uno de los de la página, uno de bigotitos que hace quilombo con los jugadores, que sale siempre por los medios, todo lo que hago que él le va a dar difusión por la radio y los diarios..
Bueno Lio, vamos a ver que hacemos, me dijo mi mama bien fuerte.-
Eso me tranquilizó.
Lo jodido fue que despacito, le dijo al Nono:
Dijo que sólo sale si el Club se arregla, y que no come hasta que eso pase, no???
El Nono asintió quedamente.
Mi vieja pregunto: ¿¿¿Sabes si hizo testamento Lio??? ¿¿¿¿¿O yo lo heredo igual?????
Un sudor frío me corrió por la espalda, otra vez.
Nací para sufrir.