Habia renovadas ilusiones, comenzaba un nuevo torneo, se hicieron incorporaciones, se repatrio a Caneo, se lo trajo nuevamente a Garnier, se sumo un uruguayo “de los bravos”, Ghiso asumio como DT y prometio juego de buen paladar… Y sí, todos de nuevo tragamos saliva, juntamos aire y a soplar mi vida.
Pero Quilmes, «este» Quilmes, no sopló nada. Por el contrario, el domingo, debieron tirarle un poco de aire para que pudiera reponerse del caluroso sofocón que sufrió en Corrientes a mano del gran Boca Unidos.
Este magro equipo local, recien ascendido, con jugadores ignotos y sin pasado en nuestras distintas divisionales, le pintó la cara al Cervecero. Y se la pinto dándole 4 manos de pintura bien pesada y demostrando a su vez, en la tórrida tarde correntina, que si se lo proponía podía dar más manos, o en su caso, abultar el resultado, de por sí indecoroso, que el Cervecero tenía puesto en su visita mesopotámica.
El QAC fue a Corrientes, suponemos que, a plantarse cara a cara con el local (mínimo!). Y decimos que se supone porque, pese a la premura con que se sumo a Caneo a las prácticas y su segura inclusión desde el inicio con los correntinos, este quedó sentado en el banco y el mediocampo de Quilmes amaneció con Garnier, Guzmán, Kalinski y el Battaglia que hace portación de apellido (y nombre).
Con esa formación, ya el atrevimiento de Vitrola (Vitrolita???), quedó más en intención que en realidad. No pasó mucho de esto que con 2 llegadas a fondo del local las cosas se pusieron 2 á 0. Mientras esto pasaba del visitante no se caía una idea.
Desconexiones profundas en defensa posibilitaron los goles del local, y muchas situaciones de gol que por suerte, por Tripodi y porque sí -gracias los palos-, no se concretaron.
En el reinicio entró Miguelito, que merced a jugadas individuales y arrestos personales, dejó sentada su jerarquía de distinto en la cancha. Pero sólo no puede… ni va a poder.
Lo demas del equipo es realmente pobre.
Un nuevo tanto del local, a poco del inicio del complemento, selló la suerte del partido.
El cuarto gol sólo sumó cuotas de vergüenza a este paso del Cervecero por Corrientes.
Ahora ya no queda nada para agregar a este equipo. Este es el conjunto que tenemos, y el que representará a la institución las próximas 18 fechas con la intención declarada, pero parece que no muy asumida, de buscar uno de los cuatro ascensos.
Por lo que se vio, lo que hicieron los que compiten con nuestro equipo en esta situación, llámese All Boys, Olimpo, Unión, Instituto, estamos lejos.
Ojalá esto se pueda revertir, pero los tiempos y los momentos ya se acortan cada vez más, y todo eso empieza a apremiar.
Con un equipo sin ensamble, con jugadores recien llegados y tirados al campo de juego, y un algo más que se percibe pero no se puede definir, el panorama esta oscuro.
Ojalá aclare.