«Este es crack, de lo mejor que vi en el club», «Lo que juega Paolito, no se dan una idea», «El pibe tiene que crecer, pero la rompe». En Quilmes tu vida, tu contrato, te lo jugás en un partido. Maquiavelico, destruye neuronas, sádico… Así están planteadas las cosas y vaya que hay pruebas señores. Y las frases no salieron de la tribuna sino de sus ex compañeros. Así lo pintaban a Paolo Cardozo, aquel al que Jorge Ghiso hizo debutar ante Boca Unidos en aquel 0-4 cuando el partido ya no era partido. Por eso es que te marca, diferente a lo que le pasó a Damián Gómez quien tuvo que validar laureles ante Platense y su esfuerzo le valió ganarse un año con el plantel de primera. En el desmantelamiento del plantel, Cardozo cayó en la volteada tras haber firmado su contrato con el club y aceptar un trabajo diferenciado y con vitaminas para tenerlo a punto. El martes a la tarde Tocalli le confirmó que no será tenido en cuenta y que deberá buscarse club, lo que fue un golpe al mentón para el futbolista que ayer decidió recluirse en la casa de sus padres en Don Torcuato esperando cobijo. Dolido y sin entender porque la calesitano para de dar vueltas, Cardozo volverá a las prácticas y se reunirá con los dirigentes para ver como delinear su futuro. Te jugás la vida en un partido, Maquiavelico es poco.