El 14 de agosto se conmemoró el Día de Quilmes, donde todos los nacidos y habitantes de nuestro distrito (el más lindo del mundo) volvimos a golpearnos el pecho orgullosos de nuestro sentido del pertenencia que sólo los quilmeños tenemos.
Esa fecha (14/8) remite a 1812, cuando se da por extinguida la reducción de los indios Kilmes (habitantes de nuestro suelo desde el año 1666) y comienza el trazado del pueblo. Habitualmente se confunden las dos fechas y se cree que el 14 de agosto remite a la llegada de los indígenas en 1866, pero todavía no ha sido documentada esa fecha con precisión. Por lo tanto, nuestra tierra cumplió 344 pero es un error decir que fue el 14/8.

Quilmes arrancó mal en 1957, pero una multitud lo acompañó en el clásico que se jugó en el viejo estadio
Dejando eso de lado, la situación da el pie justo al clásico olvidado del fútbol argentino. Hace un tiempo escribí sobre eso en www.almalosblancos.com.ar y aquí entrego detalles de ese apasionante enfrentamiento que muchos nunca pudimos ver.
De Quilmes y Argentino de Quilmes se podría decir que casi tres generaciones no han podido disfrutarlo a pleno, si se tiene en cuenta que los últimos partidos de 1981, hace ya 29 años, fueron un «revival» de un choque que tuvo su época de oro allá por los años ’50 y con 4 capítulos sueltos en 1964 y 1965.
Como los autos circulando sobre Rivadavia (entre Yrigoyen y Mitre, claro); Mitre doble mano; el viejo estadio de Guido y Sarmiento; las medialunas de Oriente, los boliches Cuernavaca, Summun, Mexx o Electric Circus; Estadio Chico; Supermercados Llaneza; la calesita frente a la estación; el cuartel de los Bomberos sobre Garibaldi, el clásico es sólo un recuerdo (y hasta más lejano que estos ejemplos).
Este partido genera una postura dividida entre los hinchas de Quilmes. Algunos -los más veteranos- reconocen el título de «clásico» (y hasta mantienen mediante sus recuerdos una «pica» importante contra el conjunto de La Barranca), otros lo reconocen como el clásico histórico, pero le restan importancia al enfrentamiento en sí (algo que provocó la falta de partidos por los puntos) y otros que han llegado al punto de desestimar la importancia del partido, que creen que la palabra «clásico» le queda grande al cruce por la diferencia que existe desde hace tiempo entre los dos equipos.
En lo particular, me encuentro en el segundo grupo. Creo que fue un gran clásico y que hoy por hoy no genera mayores expectativas. Además, el correr de los años castigó más a Argentino de Quilmes que al Cervecero en cuanto al poder de convocatoria (el fútbol en general ha caído mucho, pero hoy sin dudas los parciales del QAC podrían llenar la visitante de Alsina y Cevallos, aunque dudo de que los hinchas del Mate puedan llenar la bandeja inferior del Centenario, con capacidad para unas 4.500 personas). Pero si alguna vez vuelven a cruzarse, se debería hablar del regreso del clásico, por la importancia histórica que tiene este duelo.
Pero atención, Quilmes (que es el club cuyos hinchas más resisten el término de clásico, del otro lado no hay dudas) no tiene ni tuvo jamás un rival que generara lo que generaba Argentino de Quilmes. Nunca ningún otro rival convocó tanto a la gente a la cancha a ver un partido sin importancia (como muchas veces jugaron). Lanús, Banfield, Gimnasia y Esgrima La Plata, Chacarita Juniors, Deportivo Morón, todos estos enfrentamientos con marcada rivalidad no lograron ni de cerca lo que generaba el clásico de la ciudad (en 1981 el duelo logró muchísima convocatoria en ambos partidos, sólo comparable a los partidos ante Nueva Chicago, que peleaba la punta del certamen y que ascendió junto a Quilmes a Primera A).
Convocatoria especial
Una forma de tomar nota de la importancia del clásico quilmeño y de la expectativa que generaba en los hinchas se puede contemplar de dos maneras:
1) Con fotos de los clásicos y de los demás partidos de un campeonato (para ver el marco, claro).
2) Comparando datos de venta de entradas o recaudaciones de partidos (lo hice sobre la base de los encuentros que disputó Quilmes, ya que no me especializo en Argentino de Quilmes).
Con la segunda opción, que debería ser más concreta y además es más fácil de conseguir, hice un seguimiento entre 1946 y 1965, período en el cual Quilmes y Argentino de Quilmes se enfrentaron en 24 oportunidades (no compartieron categoría en 1950-51, ni de 1958 a 1963). Ir más atrás en el tiempo hubiese resultado inconveniente porque no hay tantos datos de recaudaciones, mientras que en este lapso de tiempo (con la salvedad que no se contaron las segundas fases de los certámenes de 1948, ni 1964 y que faltan datos de la recaudación de 5 partidos sobre más de 400 disputados por el QAC) el resultado indica que el incremento en recaudación y/o venta de entradas entre un partido «normal» y el clásico alcanza el 192%. Es decir, si en todos los partidos de Quilmes durante casi dos décadas el promedio de boletos vendidos hubiese rondado los 5.000 por partido (una suma interesante para la época), en los clásicos la venta habría alcanzado las 9.600 entradas vendidas. Todo un dato.
Y me animaría a decir que por parte de Argentino de Quilmes el porcentaje sería superior, ya que el Mate no peleó tantos campeonatos como el Cervecero y además tiene la hinchada minoritaria en la ciudad, por lo que su cantidad de entradas vendidas (o de datos de recaudaciones) ha sido inferior a la de su eterno rival.
Es más, en 4 de esos 12 años, el clásico fue el partido de mayor recaudación de Quilmes en el año, con especial epicentro en 1953, cuando el derby de Guido y Sarmiento fue el N° 1 en ese rubro del Cervecero y el de Alsina y Cevallos el N° 2 (se recaudaron 37.800 pesos en uno y 30.738 en el otro, mientras que el promedio anual del QAC fue de 11.027,61 pesos). En las otras oportunidades, partidos contra Unión, en Santa Fe (3 veces), o equipos «de paso» en la categoría (Gimnasia y Esgrima La Plata, Ferro Carril Oeste, Atlanta o Platense, estos tres últimos perdieron mucha convocatoria, pero en esos tiempos arrastraban bastante gente) ocuparon el primer puesto y el «colado» fue un Temperley-Quilmes en 1965, donde se vendieron casi 9 mil entradas (convocatoria que superó por poco más de 200 boletos al clásico que tuvo el golazo de Ernesto Lencina, de tiro libre, en La Barranca).
La historia resumida
Total por campeonatos: Se enfrentaron 57 veces. Quilmes ganó 26 y marcó 98 goles. Argentino de Quilmes venció en 18 oportunidades y señaló 72 tantos. Empataron 13 veces.
Quilmes local: Jugaron 28 veces. Quilmes ganó 15 y obtuvo 56 goles. Argentino de Quilmes logró 5 triunfos y 29 tantos. Hubo 8 empates. Aclaración: En 1919 un partido se le dio por ganado a Argentino de Quilmes porque unos días antes el Cervecero había abandonado la Asociación Argentina para pasarse a la Asociación Amateurs. El resultado tomado para este historial es el oficial: Quilmes PP-Argentino de Quilmes GP.
Argentino de Quilmes local: Jugaron 27 veces. Quilmes ganó 11 y obtuvo 42 goles. Argentino de Quilmes logró 11 triunfos y 41 tantos. Hubo 5 empates.
En cancha neutral: Jugaron 2 partidos y ambos los ganó Argentino de Quilmes por 1 a 0.
Los grandes festejos del QAC: El Cervecero tiene más alegrías que su rival de toda la vida en el clásico y entre los más destacados triunfos están el del primer enfrentamiento, el espectacular 9-1 por la Copa Competencia de 1906 (es la máxima goleada histórica del clásico, durante años erróneamente se computó este encuentro como jugado en La Barranca, pero se disputó en Guido y Sarmiento), el 5-1 de 1953 (máxima victoria en la era profesional del fútbol) y el del 47 que condenó a Argentino de Quilmes al descenso a la tercera categoría. Además, Quilmes acumula 5 partidos sin perder (la última vez fue en 1964) con 4 victorias y un empate.
Los grandes festejos del Mate: El equipo de La Barranca también tuvo lo suyo. Dominó el historial entre 1908 y 1910 y ganó un partido que generó mucha expectativa en 1927 (tras ocho años sin clásicos). Además merece destacarse una igualdad 3-3 en 1956, ya que estaba abajo 0-3. Pero alegría, qué duda cabe, fue la de 1938, cuando derrotó a Quilmes en las dos finales de Segunda y ascendió a Primera División.
Goleadores: A. E. Wells 9 para Quilmes y Joviano Escobar 6 para Argentino de Quilmes.
Patricio Minig es una de las personas que más sabe de la historia de Quilmes, es un estadígrafo referente de la ciudad y actualmente es uno de los integrantes del CIHF (Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol). Podés seguirlo a partir de ahora con sus columnas en Pasión Cervecera ademas de su sitio dedicado al QAC:
o estar en contacto vía Twitter en @PatricioMinig.