Mientras Braña y López, los Rodrigos del pincha, construían una victoria que en La Plata se presumía como anunciada, en Quilmes comenzaban a aflorar las dudas. Todo lo que había nacido en el debut frente a Colón en cuanto a la intención de ser un equipo protagonista se hizo añicos al chocarse contra una dura realidad llamada Estudiantes, Sabella, Verón, etcétera. Digamos que la preocupación del hincha, y seguramente del cuerpo técnico, hoy no es mayor por haber caído ante un rival de tamaña magnitud, que quizás no es una aplanadora al mejor estilo Chelsea (no puede parar de golear), pero es un conjunto difícil de vulnerar atrás y con jugadores que juegan hace tres años juntos en el medio campo. Quilmes lo pagó y caro. Pero no sólo pagó por haberse cruzado contra el pincha en la segunda fecha del torneo. También hubo cuestiones propias que ayudaron a que el monólogo de Estudiantes se haga realidad.
Como primera observación, la mitad de la cancha. La marca fue lo más flojo. Poca presencia y timing de OJ Morales, sumado a la poca colaboración de Varela y Gervasio Nuñez para cubrir sus puntas y no buena actuación de Aranguiz, fueron los condimentos perfectos para el pic-nic que armaron los locales (qué raro decirlo jugando en el Centenario) en casi todo el partido. Más allá de que la resistencia en el resultado haya durado 80 minutos, es difícil discernir si la actuación colectiva fue realmente muy floja o si el haber enfrentado al todavía campeón de América, potencia y desnuda las limitaciones que hoy son reales, pero esperemos no definitivas. Además no nos engañemos, el cero se mantuvo por un monstruo que hay en el arco y no por un partido bien planteado (desde adentro), sobre todo en el primer tiempo.
Al margen, de que la defensa no tuvo el mejor partido, tampoco fue algo desastrozo, sin dejar de decir que actuación de Martínez sigue ofreciendo incertidumbre. En este sentido, hay que entender que los dos centrales posiblemente sean otros cuando el físico de Gioda y Gerlo lo permitan. Yo no me detendría en este aspecto aunque es cierto que falta mucho trabajo.
Hay algo que volvió a hacer ruido y es la falta de peso ofensivo que tiene el equipo. Parecería que si no es por una inspiración de Raymonda o por un milagro en la pelota parada, Quilmes no va a poder hacer un gol y esto sí que es un defecto. JJ Morales sigue muy lejos del resto de sus compañeros cuando recibe la pelota. Varela y Gervasio no son, por el momento, terminadores de sus corridas. El “patito” no encuentra su socio y Aranguiz aporta más a la recuperación que a la creación. Veremos que brindan Hirsig, Romeo, Caneo y algunas otras variantes con más minutos.
Si usted quiere excepcione el partido de ayer por lo ya hablado (es Estudiantes), pero si repasamos los últimos 10 partidos, entre debut, amistosos previos y B nacional, el equipo no pudo nunca marcar nunca dos goles en un partido. Puede ser apresurado mostrar la disconformidad que los resultados y el juego han generado hasta el momento, pero es lo que se ve. Todavía hay tiempo para mejorar y no hay que desesperarse ni ser negativos. Sí, habrá que cambiar la postura y entender que por más que la ilusión sea grande, cuidar los 36 puntos que la AFA aún da y arrebatar lo que se pueda parece que será la premisa.
Fotos de Silvana Livigna
Fotos de Diego De Vicentiis