Maldita sensación…

Avellaneda era una estación de tren que solía pasar cada vez que viajaba a mi trabajo hace algunos años atrás, más precisamente 3, desde mi ventanilla veía los dos estadios y siempre soñaba que faltaba poco tiempo para volver a ver a Quilmes entre los grandes.

Ayer domingo llegó ese día, Quilmes estaría entre los grandes, esta vez visitando el Estadio Libertadores de America del Club Independiente, un estadio que se inauguró este año luego de ser proyectado y construido durante varios meses.

El cervecero llegaba con la necesidad de sumar de a 3, los últimos resultados frente a Tigre y Huracán habían dejado en claro que si no se ganaba el proyecto de mantener a la institución en la máxima categoría empezaba a tener un destino trágico.

Durante toda la semana Tocalli diagramaba distintos equipos titulares, pero el primer problema con el cual se encontraba era como armar el mediocampo, un lado debíl de este Quilmes, es decir quienes serían los responsables de frenar el ataque del rojo, el cual mas allá de no demostrar en el campeonato tener un estilo de juego difícil venia entusiasmado ya que había logrado ganar su pase la siguiente ronda en la copa sudamericana.

Entre los planes se encontraban varios nombres, Aranguiz, Ojota Morales, Hirsig, Cerro, Coronel, Varela y Caneo, un rompecabezas difícil de armar ya que todos habían tenido sus minutos de juego y ninguno había demostrado ser un titular indiscutido, salvo caneo quien solo tuvo unos minutos frente a Huracán. De estos jugadores seguramente iba a salir la línea de 4 que formaría el mediocampo, no había posibilidad alguna de que sea una línea de 3 y de pronto jugar con un enganche y dos delanteros, Tocalli fiel a su estilo había marcado en cada practica que Raymonda y JJ Morales serían los atacantes volviendo a jugar con un solo delantero definido.

Por el lado del fondo nada cambiaría, Fontanini quien en cada partido demuestra que es un “muro”, Gerlo aún faltándole futbol iría de central junto a Gioda y Broggi quien aún no puede proyectarse y lograr un enviar un centro limpio, aunque cada partido que pasa le asienta más el carril izquierdo.

Esta vez no hubo micros “gratis” desde la sede para socios, es por eso que los hinchas fueron buscando distintas alternativas para acercarse a Avellaneda. Cabe resaltar que el publico cervecero agoto las entradas que brindó Independiente, 3000 populares vendidas.

Luego de caminar esas enormes 2 cuadras costeando el estadio de Racing, luego de pasar por el control de la policía, nos quedaba el mayor desafío, subir una escalera interminable para llegar a la segunda bandeja destinada para los visitantes.

Muchos de nosotros íbamos con curiosidad de conocer un estadio nuevo, distinto al ya conocido, pero lamentablemente nos encontramos con un estadio incomodo para el publico y sobretodo para la cantidad de hinchas que llevó Quilmes, sin acceso para discapacitados, esto lo vivió en carne propia un hincha mas que conocido, “Popi” quien gracias a la ayuda de varios amigos logró subir las escaleras para estar cerca del club de sus amores.

Pero lo peor aún no había llegado, la visión del estadio era pésima, no había manera de lograr ver el arco en donde atacó Quilmes en el primer tiempo. Es increíble con un estadio que tuvo una  inversión de dinero tan grande tenga tantos problemas edilicios, peor aún fue la salida, 3000 personas bajando por una única escalera, en tiempos en donde los accidentes por falta de seguridad parecen que están al orden del día, en Independiente parece que aún no se toma conciencia de lo grave que puede ser que tanta gente tenga que salir por un mismo lugar…

Pero también hubo un partido, aburrido pero partido al fin, donde cada hincha cervecero se quedó con la sensación de que era ganable, de que Quilmes perdió dos puntos más que ganar uno. Tal vez la sensación quedó por el partido que el cervecero planteó dentro del campo de juego, pero también porque enfrente había un Indpendiente frágil, un equipo vulnerable y sin sangre.

En el primer tiempo el esquema de Quilmes cumplió su función, el fondo manejaba la pelota y el arco de Tripodi no tenía sobresaltos, pero el cervecero quien venía de tener un partido de un juego muy malo (Tigre) y un partido con un segundo tiempo para el olvido (Huracán) demostraba que estaba mas armado, que en los pies de Raymonda tal vez se podría desequilibrar la jugada para que JJ Morales quien buscaba todas las pelotas como un guerrero en soledad pueda marcar la diferencia.

La línea que siempre preocupa, el mediocampo, respondía con orden, Aranguiz se asociaba con Coronel y Hirsig junto a Núñez (volvió a demostrar que no está para titular) intentaban acompañar a Raymonda formando un bloque de 3 jugadores al ataque con JJ Morales delante de ellos. Con este esquema Quilmes llegó en algunas oportunidades pero ninguna de ellas con demasiada claridad como para generar preocupación al arco del rojo.

En el segundo tiempo el cervecero no presentó ninguna variante, en los primeros 15 minutos las cosas no habían tenido cambio alguno, con el reciente ingreso de Caneo por Núñez el equipo tendría otro estilo de juego, rápidamente Raymonda buscó asociarse con el japonés para darle forma al ataque cervecero generando el futbol que tal vez todos los hinchas queremos para el equipo, una manera clara y limpia de generar un ataque para que la pelota le llegue limpia al único goleador en cancha que dispone Quilmes. Las llegadas fueron mas claras y profundas pero ninguna puso en jaque a Navarro.

¿La entrada de Varela por Raymonda fue solo para que este ultimo descanse o para “aguantar” el resultado haciendo fuerza en el mediocampo? Pregunta que deberá responder Tocalli, lo mismo para la entrada de Diego Torres por JJ Morales faltando 3 minutos para el final con tiempo adicional ya asignado.

Esto demuestra que Quilmes ayer pudo haber ganado el partido por distintos motivos, pero principalmente porque enfrente tenía a un adversario sin ideas, sin llegada y sin futbol, aunque el cervecero venía con la misma realidad, es de este lado donde los puntos no sobran al contrario se necesitan con urgencia.

La sensación que nos llevamos fue que era ganable pero que desde la mano de Tocalli solo hubo tibieza para realizar los cambios e ir en búsqueda del triunfo…

Párrafo aparte para la nueva camiseta, por fin luego de 6 fechas Quilmes tuvo su indumentaria nueva, ¿habrá cortado el maleficio?

El sábado con Argentinos Juniors el equipo debe salir con toda la fuerza de ganar los 3 puntos, por la camiseta, por los hinchas, por ellos y por la ilusión de estar en el lugar donde Quilmes se merece estar, PRIMERA DIVISION.

Fotos de Silvana Livigna

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