El oscuro ciclo de Tocalli dijo basta. Entre desilusiones y desaciertos el intento del plan ambicioso que comenzó allá por junio se hizo pomadas contra el anunciado iceberg dejando un futuro en ruinas y el barco hundiéndose. En el fondo del mar espera la B Nacional y a miles de kilómetros, la continuidad en la Primera División se burla desde una costa de la que Quilmes se aleja cada vez más. ¿Es imposible reflotar este barco que parece no tocar fondo? No. Pero sin dudas habrá que lidiar con un plantel limitado en cuanto a calidad y contra un promedio muy flaco que únicamente engordará si aparecen los triunfos.
Ya no está Hugo, que es uno de los principales responsables de este presente. Por el armado errado del plantel. Por decisiones equivocadas en la mayoría de las alineaciones que presentó cada fin semana. Por poner su idea futbolística por encima de las necesidades de Quilmes. Por no haberse podido adaptar a la exigencia de un club que no le podía dar un plazo mayor para obtener resultados. Por no darle al hincha una sola victoria en 11 fechas. Por esto y otras cosas, siempre acompañado por la complicidad de sus dirigidos, Tocalli sepultó la ilusión del hincha que tendrá que conformarse con alcanzar 42 puntos para jugar una promoción o simplemente con algunas victorias en partidos especiales para guardar en el cajón de los recuerdos.
Hay una nueva propuesta. Algo menos ostentosa pero más práctica en la previa. Nadie asegura que será mejor, aunque es difícil que sea peor. Hay que aprender de los errores. Hay que mirar éste nefasto comienzo como un ejemplo a no seguir en lo que queda de la temporada. Es fácil hablar con el diario del lunes. Pero muchas de las críticas que hoy recaen sobre el ex entrenador, fueron planteadas antes por muchos de los hinchas, escritores y seguidores de Quilmes. No puede seguir pasando que la única idea de juego sea pelotazos a JJ Morales. Que la única forma de que Quilmes haga un gol sea a través de centros. Cada lateral para Quilmes es pelota del rival, habrá que trabajar sobre eso. Uno de cada tres centros que caen al área de Trípodi es cabezazo del rival, y habrá que tratar de evitarlo.
Madelón será el encargado de eso, como de conseguir un pico en el rendimiento y la confianza de la mayor parte del plantel. También deberá mirar más el presente y las condiciones, y menos el currículum de los 18 concentrados para cada partido. Tendrá que darle más lugar a los pibes. Y fundamentalmente tendrá la obligación de elegir muy bien los 4 ó 5 ó la cantidad que sea de refuerzos que vengan a fin de año y de depurar un plantel al que le sobran al menos 8 refuerzos bastante caros de mantener.
Llegó la hora. La de Leonardo Carol. La mayor de las suertes para él. Llegó la hora de dejar atrás una etapa que solamente ha restado en la historia futbolística de Quilmes. Pero gracias al fútbol hay una nueva oportunidad. Y gracias a que se trata de fútbol, todavía hay esperanza para el hincha. Muchos lo pedían. Ahora sí, ¡A jugar sin Hugo!