Cirugía mayor

“Bisturí… Tijeras… Pinzas… No, no responde. Va a haber que extirpar”

El pronóstico de este Quilmes es reservado. Terapia intensiva y al borde de caer en coma cuando todavía falta un campeonato y medio. No hay doctor o especialista con poderes milagrosos para salvarlo en estas circunstancias. Hay que operar ya mismo, antes de que sea demasiado tarde. Y la mayoría de los problemas están demasiados claros como para no darse cuenta.

Lamentablemente, el único que no los notó antes de jugar contra Banfield fue Madelón. Si era verdad que había visto los anteriores partidos de Quilmes ¿por qué cometió los mismos errores de la era Tocalli? Nuevamente tuvimos que sufrir con la total intrascendencia de Núñez, los enriedos de Raymonda, el ni fu ni fa que es Hirsig y la endeblez de una defensa que siempre es un peligro. Y para colmo tenemos que perdernos 45 minutos de nuestro mejor jugador (se sabe que es Caneo), seguir viendo tapados a los pibes y lamentarnos porque ni Trípodi está a la altura.

Con esto no quiero caerle a Leonardo Carol. Escuché que mucha gente en la platea lo insultó y me parece muy injusto. Si bien cometió errores obvios, va recién un partido. No nos desesperemos porque va a ser peor. Además tampoco tiene la culpa de los mocos de Tocalli en las 11 fechas anteriores y de los dirigentes al armar el plantel. Démosle tiempo para que labure, para que demuestre lo que vale y ver si puede revivir a este Cervecero con cirrosis.

Aunque después de lo que vi ayer, pienso que el gran objetivo para este campeonato es ganar al menos un partido. Y la verdad, es que lo creo muy lejano. Jugamos contra un buen equipo, no hay duda, pero tal muestra de desinterés por parte de la mayoría de los jugadores, de falta de compromiso, de no sentir que le tocaron su orgullo y tener vergüenza para tirarse de cabeza a trabar una pelota, no alimentan una mínima esperanza para que se revierta la situación.

Por eso hace falta cirugía mayor. Meter mano en el equipo, sacar ya a los que no estén anímicamente preparados para jugársela por este fierro caliente. Si hay que perder, perdamos sin guardarnos nada. Que los jugadores cuando termine el partido puedan mirar a la tribuna al levantar las manos para saludar y no que tengan que agachar la cabeza. No queremos putear más. De una vez, que entren Cerro, Garnier, Gómez, Caneo, Quiles, etcétera, etcétera, etcétera. Así no va más.

Comments are closed.