La quietud y el silencio del living después del ruido del pelotazo de Peratta tirandola lejos del área, después de atajar el penal, asustan.
No me queda más espacio para el infortunio y la amargura. Solo puedo pensar: ¿Algo mas puede pasarnos?
Y aquí es donde empiezo a buscar justificativos y explicaciones a este presente que se estira en el tiempo hasta perderse en un horizonte imaginado. Y concluyo: Dios, es justo. Lo que te da por un lado te lo saca por otro, y esa debe ser la explicacion sencilla y valedera de todo lo que estamos padeciendo. Sino ¿cómo explicar partidos empatados cuando se debieron ganar o perdidos cuando los tuviste, por lo menos, empatados?
¿Cómo aceptar esta realidad futbolística que va más alla de la buena o mala suerte? Con la celestial posibilidad que sólo el Supremo tiene de empardar lo que esta desajustado. ¿Y entonces? Pagamos todos los hinchas del Cervecero en un eterno purgatorio donde perdemos, erramos penales sobre la hora, soportamos a Varela, a Ojota Morales, a Núñez (¡¡¡NUÑEZ!!!!), traemos 25 jugadores, un DT que repite hasta el hartazgo que no quiere dirigir pero lo traemos igual, hipotecamos la institución, pregonamos escuelas, centros de reuniones multitudinarias, dibujamos en el agua una institución a futuro que ni el más espabilado de los asociados puede aceptar como que vamos a tener, pero aceptamos que vamos en su busca, y pasamos a ser una masa de zombies, aceptando un equipo sin identidad, apuntando a ser algún record de esos que solo sirve para la cargada (menor cantidad de puntos/goles/partidos ganados en un torneo corto por ejemplo), y esperando a futuro ALGO que pueda cambiar esta realidad, pero a la vez cuando ese ALGO es tangible, está a la mano, y puede ser usado para cambiar, lo dejamos y seguimos esperando ALGO, en una voragine espantosa, donde todo da vueltas, y nada es lo que parece.
No, si es como digo… Dios es justo. Te da lo que te saca… y te saca lo que mal te hiciste.
Todavia sigue el silencio en mi living y Tocalli dice con cara de preocupado en la tele “No se más que hacer para ganar…”.