Lucha por la identidad

Si los rescatistas chilenos les salvaron la vida a 33 mineros que estaban a 700 metros de profundidad en la mina San José, Leonardo Madelón habrá pensado que reciclar las miserias de un Quilmes moribundo no era una utopía. Cuando la mano viene cambiada, cualquier migaja es válida para calcificar los huesos de la esperanza. El entrenador del Cervecero, sagaz por donde se lo mire, implementó en Avellaneda una receta que todos conocen pero que pocos se animan a reproducir. La teoría a veces se transforma en una manta que ampara la esencia de los especuladores. Pero Madelón fue más allá. Entendió que el que no arriesga no gana, y a la vieja frase le agregó una propuesta que confluyó en una serie de argumentos que le dieron a Quilmes un protagonismo que no había tenido en el Torneo Apertura. Arriesgar no es sinónimo de improvisar. Arriesgar implica plasmar una convicción sin temor al ridículo. Porque de convicciones se nutre el espíritu del hombre…

“En la cancha de Racing pensamos como un grande”, categorizó Madelón en un programa televisivo que se emite por ESPN. Razón no le falta. Quedó demostrado que con un planteo inteligente y con jugadores comprometidos se puede recobrar una llama que hasta hace dos semanas era reprimida por el viento. Quilmes, por primera vez en el campeonato, fue un equipo. Se podrá ganar, perder o empatar, las tres posibilidades están dentro del abanico, pero cuando las características de un conjunto se solidifican es difícil retirarse con la mirada anclada en el césped. Si Madelón consigue mantener la postura en los partidos siguientes, más la suma lógica de puntos, el final del año debería encontrar al Cervecero con la espada afilada para seguir batallando en la segunda parte de la temporada.

¿En qué parte del manual decía que la solvencia iba a surgir de Alsina y Lora? Probablemente en ninguna. Sin embargo, Enzo Kalinski y Francisco Cerro, dos santiagueños formados en las divisiones inferiores del club, cimentaron una igualdad que estuvo muy cerca de ser halago histórico. Lo cierto es que Cerro gritó por megáfono lo que el predio irradia desde el costado más oscuro del sol. Pancho fue la bandera de cientos de chicos que deben irse a otros clubes porque las determinaciones políticas siguen insistiendo con los Gustavo Varela y Santiago Hirsig, entre otros.

Ahora habrá que continuar por este camino. Y a pesar de que haya que sumar muchos puntos, si la firmeza de Quilmes se mantiene rigurosa como en el choque ante Racing va a ser difícil que alguien le robe un punto.

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