Quise tomarme mi tiempo para pensar en todo lo que pasó del sábado hasta acá. Las repercusiones y las reprimendas que nos van a caer a todos los hinchas de Quilmes por el actuar de unos pocos. Y me decidí. Entre escribir otra nota del descenso inminente que se nos viene o comentar los sucesos que nos llevaron a ser tapa de diario, preferí lo segundo.
Me pregunto por qué uno tiene que leer que haya gente que escriba en los foros y en los comentarios de las notas que “no fue tan grave” o “está bien, si son unos hdp…” Y, así estamos. Digo, a los que apañan semejante vandalismo, si los cagarían a piedrazos y les destrozarían el auto por equivocarse en su trabajo ¿les gustaría? Porque al fin y al cabo eso es lo que pasa con los jugadores. Hacen mal su trabajo, o mejor dicho, no obtienen resultados. Pero no mataron, ni violaron a nadie para recibir tal castigo.
Nada justifica tal muestra de salvajismo y falta de educación. Y no sólo por los que tiraron piedras y rayaron los autos lo digo, si no también por los que pasaban por la comisaría e insultaban a los jugadores o los trataban de botones. Aunque quizás eran los mismos. Si bien es caer en un lugar común criticar estos hechos, repudiar la violencia y demás, es lo mínimo que podemos hacer los que rodeamos al fútbol, porque la movida es toda la misma. ¿O quién alguna vez no se comió algún palazo gratis de la policía? Si esto fuera un deporte más o menos civilizado, sin punteros políticos en las tribunas, no tendríamos que sufrir cada vez que vamos de visitantes o que la ley reprime a la masa sin distinguir (lo cual también genera más violencia).
Aclarado esto, ahora vamos a profundizar. ¿Dónde están Meiszner, Anibal, Coloma, etc. ahora? Son ellos los primeros que tienen que dar la cara en este momento. No puede ser que no hayamos visto, leído ni escuchado nada de ellos, más que JLM se comunicó por teléfono con Marchi. Responsables prioritarios de lo que le pasa a Quilmes, ni aparecieron en la comisaría o en el estacionamiento para hacerse cargo de la situación. Una vergüenza…
Ahora parece que varios van a dejar el barco. No los culpo, nadie quiere laburar en un ambiente así. Y si bien más de uno no estaba para jugar en Quilmes, esta no era la forma de mostrarles la puerta de salida. Los bárbaros, corruptos y asquerosos delincuentes que se creen justicieros del hincha de Quilmes (gracias por lograr que nos suspendan la cancha), no nos representan. O por lo menos a mí. Están todos rayados.
PD: Declaraciones de Fernando Brandán, jugador de la reserva, a El Sol: “Hacía tres minutos que se había retirado un móvil policial del lugar y entró un grupo de diez hinchas, rompieron unos autos y así como entraron, salieron». Mmm… ¿casualidad o zona liberada?