El sindicato de los huevos

Había una vez un grupo de hombres que con pico, pala y otras herramientas intentaban construir un edificio.. Bah, en realidad lo que intentaban era impedir que el edificio se desmorone. Les costaba mucho, el gigante de hormigón estaba prácticamente en el suelo. Dos arquitectos ya habían fracasado en la misión de dirigir a ese grupo de obreros. Hasta que llegó el tercero y ahi fue cuando los trabajadores se calzaron realmente el overol y entendieron de que se trataba la historia.

De mas esta decir que los obreros son los jugadores de Quilmes (que lejos están de tener el nivel de vida y sacrificio de un verdadero obrero) y el arquitecto es Ricardo Caruso Lombardi. Un tipo que le devolvió la vida, ni mas ni menos, a este equipo.

El cervecero ganó su tercer partido consecutivo en una noche para el infarto. Gran encuentro. Gran justificación que denota por que el fútbol es el deporte mas hermoso del planeta.

El partido empezó parejo, con dos equipos que intentaban jugar en campo rival constantemente, calculo que será por esto que les digo que intuye desde un principio que íbamos a ser testigos de un apasionante encuentro deportivo.

Quilmes golpeo de entrada, en una jugada que arrancó desde el sector derecho y el interminable, inagotable y ya queridísimo Bernardo Romeo la empujo para desatar la locura del gentío azul y blanco.

Apenas un minuto duró la alegría ya que la defensa (que tuvo una mala noche) cedió la espalda casi en su totalidad y permitió a Banfield llegar rápidamente al empate. Otra vez desde cero.

Quilmes siguió intentando, con un  Kalinski firme y con presencia, secundado esta vez por Cerro ya que Garnier no pudo se de la partida. La dupla de volantes centrales Santiagueña fue el eje para que Miguel Caneo se una vez mas el gran conductor que tiene este equipo. Fue el el que cambio un clarisimo y bien cobrado penal por el segundo grito de la noche.

El Decano se fue al descanso en ventaja, pero daba la certera impresión de que no le había sobrado nada y la alerta se encendía.

Esa alerta fue respaldada por los dos goles que Banfield convirtió en la segunda parte. Tremendo cachetazo. Para los obreros, para el arquitecto y para los fieles.

Pero si hay una característica innata en Caruso y que supo plasmar evidentemente en el equipo es el poder de reaccion frente a las adversidades.

El dios del sur siguió metiendo y empujando, de tanta insistencia nacio el empate. El gratamente sorpresivo Pablo Vazquez aguanto una bocha difícil en el área y con oficio de sobra le taladró (valga la redundancia) el arco a Bologna. Delirio generalizado. Pero al igual que con Velez, otra vez Quilmes no quiso saber nada de conformismos y lo fue a ganar. Y lo ganó nomas.

Fue el premio a la perseverancia, el tesoro merecido por no achicarse frente a nadie en ningún lado.

Que contento que estoy. Perdónenme, escribo mejor cuando nos va mal, me cuesta contener mi alegría, me entorpece, pierdo objetividad. Solo intento regalarles un sentir y una humildes lineas que reflejan mi pensamiento y el pensamiento de toda la gente que hace esta página.

Estamos muy contentos. Sabemos que aun falta mucho. Estamos por la buena senda. El 99% de esta nueva realidad llena de fe y esperanza se la debemos al arquitecto de lo huevos y la actitud: Ricardo Caruso Lombardi.

Escuchá los goles, gentileza de FMSUR 88.9


Fotos de Silvana Livigna para PasionCervecera

DSC 0067 DSC 0080 DSC 0101
DSC 0117 DSC 0121 DSC 0139
DSC 0140 DSC 0225 DSC 0242
DSC 0255

Comments are closed.