El sitio mas famoso de apuestas online pagaba una fortuna a todo aquel que apueste a ese equipo intrascendente, mediocre y poco goleador que era Quilmes.
Pero los popes del gambling electrónico no contaban con los rugidos salvajes de un tal Corvalán, ni con las pinceladas mágicas de un fulano llamado Miguel Caneo, ni con la potencia goleadora de un desconocido Pablo Vázquez, ni con los huevos de hierro de catorce tipos que esta tarde-noche dejaron hasta lo que no tienen en el campo de juego y aunaron esfuerzos para dejar este sentimiento irracional en la elite del fútbol argentino.
Quilmes ganó, gusto y pudo haber goleado en un territorio y frente a un rival imposibles desde el vamos, pero aunque no quiero sonar trillado, esto es fútbol y todo puede suceder.
Creo que todo el pueblo azul y blanco va a coincidir conmigo si digo que no existe ni la más mínima duda que la producción de hoy fue la mejor desde que el Decano retornó a primera. Si, hoy se jugó un partidazo, hoy hubo un equipo con todas las letras en el campo de juego.
El partido empezó de igual a igual entre ambos equipos, es sumamente difícil discernir entre cual era el puntero y cual era el último y en descenso ultra directo. Los dos equipos tuvieron chancees y de entrada se plasmo un gran despliegue por parte de jugadores como Diego Torres, Enzo Kalinski, Pablo Garnier y muy especialmente por la indiscutida figura de la cancha Miguel Caneo (perdón japonés si alguna vez hablé mal de vos, te debo tanto…)
El equipo del sur pudo ponerse en ventaja con un cabezazo de Romeo pero Barovero contuvo bien, en cambio Vélez fue más efectivo y se fue al descanso ganando por la mínima.
Quilmes no se amedrentó en ningún momento y entendió que se va al frente o se va al frente, sea Vélez, Newells, el Barcelona o el Milan. A nadie le peso la camiseta ni la situación apremiante, y asi fue como de a poquito paulatinamente se fue gestando una victoria intachable.
Caruso Lombardi ejecutó un planteo excelente, fue oportuno y criterioso con los cambios y asi fue que Vázquez y Cauteruccio se transformaron en los pilares del ataque Cervecero.
Diego torres hacia casi lo que quería por la banda derecha, el mugre se comía crudos a los atacantes de Velez, Kalinski se cansó de recuperar pelotas y el queridísimo Panchito Cerro, si bien le toco jugar en una posición en la que no se siente cómodo, cumplía con creces.
Quilmes lo empato mediante el eterno Caneo al aprovechar un rebote y romper el arco velezano en mil pedazos. Al rato muchos casi se infartan tras un tiro en el palo que pudo haber puesto a Velez nuevamente en ventaja.
Varios amigos de tribuna comentaban por lo bajo que el punto no venia nada mal teniendo en cuenta el calibre del rival, pero gracias al dios del fútbol los jugadores tenían otros planes en mente. Una corrida estupenda de Torres sumado al certero disparo de Vázquez conformaban el milagro. Quilmes estaba ganando su primer partido de visitante en el campeonato nada más ni nada menos que al que mejor hace las cosas en casi todos los torneos. De una jugada monumental de Cauteruccio nació el tercero y muchos nos empezamos a pellizcar.
Que delirio por favor, que banda, que aguante, que sentimiento, que huevos dentro de la cancha, que huevos en las tribunas.
No es mi estilo tribunear ni pecar de resultadista, disculpen si hoy faltan los tecnicismos, el análisis serio y las palabras bonitas. Hoy es puro sentimiento, el desahogo mas necesario. Que lindo es ser hincha de Quilmes.
Ricardo Caruso Lombardi le cambio la cara a este plantel ya no quedan ni migajas de dudas, faltan ocho batallas, ocho finales, esta pelea no terminó, este envión anímico sirve tanto como los puntos obtenidos.
Quisiera cerrar la nota diciéndole algo a un ex entrenador de Quilmes que acaba de decir que el triunfo del Cervecero fue demasiado premio.
R G vos también la tenés adentro.
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Fotos de Silvana Livigna para PasionCervecera
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